Foto de Rocío Bao

#8M. Manifiesto de Práctica Feminista

Las trabajadoras nucleadas en la Asociación de Revistas Culturales e Independientes de Argentina (AReCIA) elaboramos el siguiente Manifiesto de Práctica Feminista que, en el marco del Paro Internacional de Mujeres, Lesbianas, Travestis y Trans del 8M, deja en claro el compromiso del sector con un ejercicio de la profesión no sexista ni violento ni discriminador. En ese sentido, AReCIA anuncia la creación de una Comisión de Contención para tejer redes que respalden a aquellas trabajadoras que deben denunciar violencias y, así, apoyarlas, contenerlas y abrazarlas.

Compartimos el Manifiesto.

Rechazamos todas las políticas, explícitas y encubiertas, de ofuscamiento patriarcal.

Retomamos, en un gesto de complicidad y afecto, las palabras que las compañeras de diferentes movimientos feministas han ido manifestando en los últimos años (de las artistas autoconvocadas en el Manifiesto Nosotras Proponemos, los Encuentros Nacionales de Mujeres, el movimiento trans argentino, las cientos de organizaciones que impulsaron y sostienen el movimiento social Ni Una Menos, las trabajadoras escénicas que impulsan Escena Política, entre muchas otras) y colocando este abrazo de palabras y cuerpos en el centro del espacio público, decimos:

Nosotras, las trabajadoras, las artistas, las más pobres, las indígenas, las migrantes, las viejas, las más jóvenes, las adolescentes, las negras, las refugiadas, las travas, las estudiantes, las detenidas, las presas políticas, las criminalizadas, las lesbianas, las trans, las víctimas de trata y explotación sexual, las madres y las que no queremos serlo, las mujeres con diversidad funcional, las amas de casa, las trabajadoras de casas particulares, las cuidadoras, las trabajadoras sexuales, las mujeres en situación de prostitución, las jubiladas, las pensionadas, las docentes, las pibas, las enfermeras, las médicas, las trabajadoras del Estado, las de la economía popular, las luchadoras populares, las sindicalistas, las desocupadas, las precarizadas, las taxistas, las plomeras y las trabajadoras de las revistas culturales independientes, quienes nos sumamos hoy a este largo etcétera de mujeres, lesbianas, travestis y trans diversas, PARAMOS.

Y nos comprometemos con este Manifiesto a sostener, practicar y garantizar una práctica comunicacional feminista, basada en los siguientes principios:

Entre nosotras:

1) Construir en nuestras prácticas una cultura de solidaridad y de no competencia, que tenga en cuenta la diversidad de posibilidades de participación y respete todas las formas de estar y aportar a lo común.

2) No criminalizar el conflicto. Aceptar el debate, propiciarlo. Analizar siempre y primero el contenido de lo que se expresa. Y construir entre todas, analizando nuestras experiencias, nuevas formas de relacionarnos que no sean violentas y respeten todas las posibilidades de sentir.

3) Sola no se puede. Solas no podemos. Juntas, podemos todo. Apoyarnos en la calle, siempre. Y en los espacios laborales, más. Reconocer a la otra como una aliada, un respaldo y también como una obligación de respaldar. Las diferencias de formas de hacer y pensar no nos transforma en enemigas. Nuestro único enemigo es el patriarcado y cuesta reconocerlo cuando nos captura para enfrentarnos hasta hacernos romper lo común. El enfrentamiento que busca la ruptura, entonces, será un síntoma patriarcal a erradicar. Pero también lo serán las órdenes de silencio, de postergación o de no conflictividad, en la supuesta búsqueda de una unidad en la que nunca se prioriza ni nuestra voz, ni nuestra visión ni nuestro aporte. Bienvenido el conflicto que nos transforme, malvenido el enfrentamiento que nos parte.

4) Estimular y apoyar que tomemos responsabilidades, voz pública y, sobre todo, espacios centrales en la toma de decisiones.

5) Crear redes que respalden a aquellas que deben denunciar violencias. Apoyarlas, contenerlas y abrazarlas.

6) Garantizar que en nuestros medios -organizados en la supuesta horizontalidad de la autogestión- ocupemos tareas creativas y de liderazgo, y no meramente “secretarias” o lugares accesorios, cuya función es justamente sostener el dominio patriarcal en los instrumentos que nos gobiernan.

En nuestros medios:

1) Erradicar los contenidos que propicien la cultura patriarcal, con sus consecuentes mandatos de cosificación de los cuerpos, las violencias del consumo y la binarización de las opciones de vivir la vida.

2) Acompañar -y no meramente difundir- aquellas experiencias que produzcan formas de estar juntxs que nos permitan imaginar el post patriarcado

3) Reflejar la igualdad, poniendo en claro que esto implica que en nuestras publicaciones la prioridad es para aquellas formas no visivilizadas en medios comerciales, buscando y poniendo énfasis en las culturas más violentadas por el stablishment patriarcal.

4) Esforzarnos por darle un marco respetuoso, profesional, riguroso y comprometido a todas las denuncias de abuso y violencia.

5) Comprometernos con trabajar por el fin de la impunidad de la violencia institucional, padre de las diferencias sociales, sexuales y de acceso a la justicia y a la cultura, entendidas estas como herramientas que nos ayudan a construir mundos mejores, más justos y más sanos de los que hoy sufrimos.

6) Analizar la posición de las mujeres y otros cuerpos feminizados en relación a la raza, clase social, edad, identidad, orientación sexual, territorio y otros paradigmas que nos permitan subvertir el orden discriminatorio patriarcal que domina el universo de la comunicación.

El patriarcado fracasó.

Hace tiempo comenzamos a construir el después.

Y hoy 8M se nota.

Llegó la hora.

Estamos para nosotras.

Foto: Rocío Bao

 

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