Ex Padelai: El desalojo anunciado

por Mariane Pécora

La tensión comenzó el martes por la tarde. Un fuerte operativo policial se instaló   alrededor de la media manzana de las calles Balcarce, Humberto 1º y avenida San Juan. Exactamente donde alguna vez funcionó el Patronato de la Infancia (ex Padelai) en el barrio de San Telmo. Vallas, carros de asalto, patrulleros  y oficiales hiper-armados  se apostaron a esperar. 

A las cuatro de la madrugada debían cumplir la orden de desalojo que libró la jueza María Lorena Tula del Moral tras la denuncia de usurpación del Gobierno de la Ciudad. Las horas se volvieron tensas. El barrio salió a apoyar a las 62 familias que, hartas de promesas incumplidas, ocuparon el predio hace cuatro años. Pero el operativo estaba montado. A las 8 de la mañana comenzaron a desmantelar el edificio. Algunas familias cedieron, tomaron un subsidio de 2000 pesos, confiaron en la palabra de los funcionarios del Instituto de la Vivienda de la Ciudad (IVC)  y abandonaron la lucha. Otras, resintieron. Siguen resistiendo hasta estas horas.

“La situación es de una profunda incertidumbre para las familias. El Gobierno porteño avanzó sobre el edificio y está retirando las cosas cumpliendo con el desalojo. Se está avanzando de manera pacífica pero en un marco donde el Ciudad no está garantizando algunas cuestiones concretas que reclaman las familias, como que se les asegure una vivienda digna», dijo, esta mañana,  Juan Ardura, miembro del  Consejo Consultivo de la Comuna 1. En ese mismo momento  las familias mantenían una reunión con funcionarios del IVC. Exigían que se  les garantice el derecho a la vivienda y claridad en el compromiso del Gobierno porteño.

«Lo que está pasando  es que  no está claro cuáles son las condiciones, tampoco se sabe dónde van a dormir las familias esta noche, dónde van a llevar sus cosas, etc.», decía Ardura y añadió:»hay que recordar que se está desalojando a los propietarios».
Poco después, Sebastián Alanis, abogado de las familias, anunciaba el comienzo de las negociaciones con los funcionarios del gobierno que se habían hecho presentes en el lugar. «Ahora estamos esperando que se hagan presentes gente del Instituto de la Vivienda a los efectos de que empiecen con el relevamiento de las personas para analizar si entran en la categoría para el acceso de los créditos y por la tarde se desarrollará el tema de los subsidios y veremos si podemos concluir esta parte, digamos la indemnización de todos», decía.

Un subsidio de 2000 pesos, la promesa una compensación económica que varía de acuerdo a cada familia (entre los 15000 y 50000 pesos), un depósito donde guardar sus muebles y sus petates,  es lo único que se llevaron las familias desalojadas del ex Padalei. Por lo demás, deberán pernoctar en los paradores del Gobierno de la Ciudad o vivir con sus familiares, hasta bien se cumpla la promesa de un crédito de 500000 pesos.

El elefante huérfano
El conjunto edilicio que compone el ex Patronato de la Infancia (Padelai), tiene una historia de desavenencias memorables. La media manzana que ocupa, forma parte del Área de Protección Histórica de la Ciudad. La obra responde a un proyecto de los arquitectos Juan Antonio y Juan Carlos Buschiazzo, y se erigió entre 1887 y 1909, con la finalidad de dar albergue a niños huérfanos.
En 1978 por disposición del intendente de la dictadura, Osvaldo Cacciatore, quedó deshabitado. En 1984 fue ocupado por familias sin techo que, para resistir los reiterados intentos de desalojo, constituyeron la Cooperativa de vivienda, crédito y consumo San Telmo Ltda.
En 1991, el Municipio de la Ciudad transfiere el 70% del dominio del ex Padelai a la Cooperativa para que recicle los edificios y los adapte a viviendas familiares, en tanto que el 30% restante se destinaría a equipamiento comercial y comunitario, preservando así el Patrimonio Histórico. El arquitecto Néstor Jertetz, del Movimiento de Ocupantes e Inquilinos (MOI), diseña los planos y los presenta ante el Instituto de Vivienda de la Ciudad (IVC).
Entre 1991 y 1999, ni el ex Municipio, ni el Gobierno porteño, cumplen con el compromiso pactado. Nunca llegan las partidas presupuestarias y se dejan sin respuesta las sucesivas demandas de sus habitantes.
En el año 2000, el Gobierno de la Ciudad pone en marcha la “Operatoria Padelai” y crea la “Unidad Ejecutora Padelai”, con la que pretende desactivar la Cooperativa presionando a los socios para cancelar sus derechos adquiridos y erradicarlos. La mayoría resiste.

 La maza de Ibarra
El 25 de febrero de 2003, Aníbal Ibarra desaloja violentamente el edificio, aduciendo que “los intrusos, que ocupaban el ex Padelai, lo habían llevado al borde del derrumbe a fuerza de construir adentro”. Este es el único edificio histórico en el mundo que estuvo a punto ser demolido por un jefe de gobierno en persona. Efectivamente, tras el desalojo el inefable Aníbal Ibarra, provisto de casco y maza, comenzó a triturar la escalinata de mármol delante de la prensa. El escándalo que desató salvó al edificio.

 El Reino de España
Cinco años el edificio permaneció tapiado y en pie. En junio de 2008, se anuncia la firma de un convenio entre gobierno porteño y el reino de España, “para salvar y dar nueva vida a este histórico edificio”.
En marzo de 2009, la Legislatura porteña declara de utilidad pública y sujeto a expropiación el 70% del conjunto de los inmuebles que componen el ex Padelai, registrados a nombre de la Cooperativa de vivienda, crédito y consumo San Telmo Ltda. Es decir, a nombre de los “intrusos que lo llevaron al borde del derrumbe en 2003”.
El convenio de marras cedió, gratuitamente y por 30 años, el ex Padelai al gobierno del reino de España, a cambio de su recuperación edilicia y la puesta en funcionamiento del Centro Cultural España Buenos Aires (CCEBA).
En los años que lleva en manos españolas, la estructura edilicia el ex Padelai no tuvo ninguna mejora. El único llamado a concurso que se hizo para recuperar el edificio, fue desestimado porque estaba dirigido únicamente a profesionales españoles, violando la legislación argentina en la materia.

Doce monos
Doce millones de pesos pagó el Gobierno de la Ciudad por la expropiación del ex Padelai a una empresa fantasma, pues de esta cifra, los integrantes de la Cooperativa aseguran no haber recibido un centavo. En agosto de 2011, cansados de reclamos y actuaciones judiciales estériles, sus integrantes acampan frente al inmueble. Tras 262 días en la calle, el 6 de mayo de 2012, ingresan al edificio, para quedarse. Allí descubren que su estructura se halla en las mismas condiciones que 9 años atrás, cuando el Gobierno de Ibarra denunció su inminente derrumbe para forzar el desalojo. Y advierten que la mampostería ha sido desbastada.
La cooperativa San Telmo nunca tuvo intenciones de permanecer en el edificio. Lo hizo para canalizar  propuesta: entregar la escritura a cambio de las viviendas necesarias para las familias que lo recuperaron. La pregunta que flota en el aires es: ¿lo lograron?

Fotos: Carlos Brigo/Télam

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