Gobierno porteño clausuró la milonga más famosa y antigua de la Ciudad

Sin Rumbo, una de las milongas más famosas de la ciudad de Buenos Aires, visitada por turistas del mundo entero, fue clausurada en la madrugada del sábado, por el Gobierno porteño, por primera vez en sus 96 años de existencia pese a ser considerada “La Catedral del Tango”, informaron sus organizadores.
La clausura temporaria fue dictada después de las dos por tres inspectores que llegaron al lugar y exigieron que le exhiban los Libros de Habilitación que estaban en una oficina con llave por lo que, pasado mañana, deberán llevarlos a los Controladores fiscales para que reabran el local fundado en 1919 por tres jugadores de carreras de caballos que invirtieron el premio de una apuesta para tener donde bailar.
La milonga, lugar de culto de los tangueros de todo el mundo, es junto con el Club Sunderland, ambos de barrio porteño de Villa Urquiza, reservorio del elegante “estilo Villa Urquiza”, una de las formas más tradicionales de ese genero de baile popular.
Julio Medrano, el organizador del baile desde hace ocho años,  denunció que por la clausura, no pudieron realizar “un baile a beneficio de una amiga de 80 años que había sufrido un accidente cerebro vascular” pero esperaban que en el primer día hábil de la semana “se levante la clausura”.
Roberto Travascio, el dueño del local detalló que ya en el final de la noche, que empieza a las 22, “llegaron tres hombres que fueron atendidos por el bufetero, ante quien se identificaron y le pidieron el Libro de Habilitaciones”.
El encargado de del bufet les ofreció convocar al dueño pero los inspectores se negaron, labraron un acta y convocaron a los responsables al viejo Mercado del Plata para presentarlo ante los controladores
El experimentado milonguero estimó que “cuando llegaron los inspectores ya quedaba poca gente” pero detalló que en estos meses más de 200 personas concurren al local por noche de los cuales en estos meses de temporada baja, el 20 % son extranjeros lo que trepa a casi la mitad de la concurrencia en temporada alta.
El sitio reseña que en “el año 1919, unos jóvenes que se encontraban en la búsqueda de crear un Club, donde reunirse y compartir miles de historias, se fueron un día a apostarle a los pingos”.
“Entonces por un golpe de suerte -recuerdan- salieron ganadores… ¿el nombre del caballo?: Sin Rumbo y así le pusieron al Club, ya que con ese dinero pudieron construir su sueño”.
“Ya para la década del 40 Sin Rumbo era un lugar reconocido, entre el circuito de las milongas porteñas, pero será en 1968 cuando fue denominado “La Catedral del Tango” por los milongueros que estaban y estuvieron sobre esas baldosas.
Los viejos milongueros rememoran que allí bailaron Finito, el Turco José, Escalise, El Alemán, Petróleo, Portalea, María Nieves Rego, Juan Carlos Copes, Eduardo Pareja “Parejita”, La Chimbela y Aldo, el Chino Perico y muchos otros.
También tocaron allí grandes orquestas e intérpretes del tango como Juan D´Arienzo, Carlos Di Sarli, Varela, Alberto Castillo y muchos más.
Así como el tango con firuletes y muchos adornos era originario del sur de la ciudad, en la zona de Villa Urquiza se generó el tango caminado, al estricto ritmo de la música, y ambos se fusionaron en el centro porteño en los cabarets o salones de la calle Corrientes desde antes de ser avenida.

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