Inicio de la temporada de vetos en la Ciudad

El jefe de gobierno de la Ciudad, Horacio Rodríguez Larreta, inauguró la temporada de vetos porteña. La primera Ley prohibida fue la que habilitaba la expropiación de terrenos a favor del club Atlanta de Villa Crespo. La segunda ley anulada, afecta directamente los intereses de la Cooperativa La Robla, un restaurante recuperado por sus trabajadores, a quienes la Legislatura porteña cedió los bienes muebles existentes en el local de Viamonte 1615 cuando fueron desalojados.

El emblemático bar La Robla, nació en la esquina de Viamonte y Pasaje del Carmen a principios de los años ’80. En 2010, los empleados denunciaron maniobras fraudulentas para ejecutar el vaciamiento del comercio. Al poco tiempo, la firma presentó la quiebra y se desentendió de sus trabajadores. Frente a dicha situación, éstos decidieron autogestionarse para preservar las 21 fuentes laborales y constituyeron una cooperativa. Administraron el comercio, hasta el 10 de junio del año pasado, cuando fueron desalojados. Por entonces, apenas pudieron hacerse de unos pocos muebles. Tras meses de incertidumbre y con mucho esfuerzo, lograron alquilar y poner en marcha un nuevo local en Chacabuco 82. El 3 de diciembre, la Legislatura porteña declaró de utilidad para los trabajadores el mobiliario emplazado en el primitivo local y, también, los que lograron rescatar del desalojo.

A partir de ahora, mesas y sillas les serán arrebatados, pues la Ley que se los concedía fue vetada por el Jefe del Ejecutivo porteño. Entre los fundamentos que Larreta esgrime para justificar este nuevo veto, se señala que la Ley en cuestión no pasó por Audiencia Pública, es decir, que no tuvo doble tratamiento legislativo. Si bien los trabajadores de la cooperativa La Robla todavía no fueron notificados formalmente de esta decisión, señalaron que esta medida significa «cortarles las piernas» luego de tanto esfuerzo, al tiempo que informaron que el único mobiliario que rescataron del viejo local consiste en mesas y sillas. «Es triste que no puedan ponerse en el lugar del otro, el único mobiliario que nos llevamos del viejo local son mesas y sillas, ni siquiera el aire acondicionado», señalaron conmocionados los voceros de esta cooperativa: “Somos gente de trabajo pero acá nunca tenemos paz y la verdad es que lo único que queremos es trabajar y llevar un sueldo digno a casa».

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