Los 50 años del asador criollo La Estancia

Un día cómo hoy, hace 50 años, abría sus puertas el asador criollo La Estancia en la calle Lavalle 941. Corrían entonces años prósperos para las capas medias que superaban el 60% de la población. Lavalle era una nube de gente a la de salida de los cines y Corrientes “nunca dormía”.

La Estancia fue un éxito instantáneo, sus dueños, que venían de una España empobrecida habían prosperado en la gastronomía gracias a la asociación y el trabajo duro.

 

 

No hubo improvisaciones. El lugar era una recreación para las capas medias de lo esencial del gusto argentino. La entrada estaba flanqueada -y todavía está- por dos vidrieras: un fogón rodeado de asadores con chivitos dorándose despacio, a la izquierda; y una parrilla con achuras y diversos cortes de carne, a la derecha. Ambas vidrieras son como extrapolaciones fantásticas, peceras enormes que incluyen cocineros gauchos y paisajes camperos. El salón con capacidad para 450 personas está dominado por un mural de Fontán que representa un potrero, precisamente de estancia, con novillos paseándose por el perímetro, casi a punto de irrumpir entre las mesas.

En 1978, cuando Lavalle se convirtió en peatonal, el salón de La Estancia era atendido por 40 mozos que se turnaban día y noche, se trabajaba tanto que uno de los mozos solía entregar a los clientes la cuenta junto con su propia billetera para que se cobrasen y tomaran el vuelto mientras él atendía otra mesa. En 1980 la Escuela de Gendarmería dejó la planta alta, la gente laboriosa de La Estancia aprovechó la ocasión para expandirse. Inauguró un salón llamado Emperador, decorado al estilo francés, fiel al carácter de la época de “la vaca atada”.

El primer gerente que tuvo La Estancia, Emilio Rodríguez, llevaba curiosamente el mismo apellido de quien fuera cuatrocientos años atrás el propietario del solar: Juan Rodríguez.
En el año de su inauguración, 1962, comenzó a trabajar en el mostrador de La Estancia un joven de apenas 18 años, recién asociado a la firma, se llamaba Avelino Fernández. Años más tarde, se convertiría en uno de los gerentes de La Estancia, junto con Ángeles Manuel María Castañal, Emilio Rodríguez y Fernando M. Sarlenga.
Avelino Fernández falleció el año pasado, a los 67 años de edad, tras una larga enfermedad. Tuvo siempre una participación activa en la industria gastronómica: en 1998, se desempeño como presidente de la Asociación de Hoteles, Restaurantes, Confiterías y Cafés de la ciudad de Buenos Aires, fue consejero de la Federación Empresarial Hotelera Gastronómica de la República Argentina (FEHGRA) en el área laboral, y también llegó a ser la máxima autoridad, el orientador, el ceo, del reconocido complejo gastronómico La Estancia.
Hoy, Ángeles Manuel María Castañal, a sus 83 años, sigue al frente de La Estancia, con la tenacidad y el esmero siempre, acompañado de su hijo Emilio y a los hijos de Avelino Fernández.

Hace tiempo que Lavalle dejó de ser la calle de los cines que desbordaba de gente, ahora es más turística y bursátil. Corrientes dejó de ser la calle que “nunca duerme”. La Estancia, en cambio, desde hace 50 años sigue recreando lo esencial del gusto argentino, con la premisa que le dio nacimiento: ser un fogón encendido en el corazón de Buenos Aires.

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2 comentarios en “Los 50 años del asador criollo La Estancia”

  1. La estancia hermoso lugar festeje mis 15 años y después de 27 años volví a ir ayer 29/7/90 y 29/7/2017

  2. Espectacular, como antaño. Volví después de 30 años y sigue siendo el mejor. Por muchos años más.

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