¿Peligra la Salud Pública en la Ciudad?

El hospital Rivadavia es una sombra de lo que era. En 1887 tenía 300 camas para internación, en 1950 tuvo 600, y ahora, en el 2010, tiene apenas 160. Hoy, están fuera de servicio los siete quirófanos del Pabellón Cobo. De los trece quirófanos del establecimiento, hay en uso sólo seis. Esto provoca demoras quirúrgicas de hasta ocho meses en las operaciones programadas, y los perjuicios correspondientes. Un granizo rompió el techo de tejas del Pabellón Cobo hace dos años. Las entradas de agua imposibilitaron los servicios de: oftalmología y endoscopia, cirugía de hombres y mujeres con su internación, proctología y traumatología, e urología. También hay un enorme hueco en el techo de Psiquiatría por donde se filtra agua hasta Kinesiología, que está deteriorando varios consultorios, el gimnasio y su equipamiento, y provoca riesgos de cortocircuitos.

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En muchos servicios hay cables de electricidad a la vista, cajas sin tapas o con las tapas rotas.Otro drama del Rivadavia es la falta de medicamentos e insumos básicos: Odontología, por ejemplo, no tiene material para caries, amalgamas y luz halógena. En la Farmacia Central no hay medicamentos de uso habitual tanto para el propio Hospital como para el Sistema de Médicos de Cabecera, que atiende a pacientes sin cobertura médica.

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Y a la falta de medicamentos se suma la falta de atención, no hay nuevos nombramientos para reemplazar al personal que se jubila o fallece. Hace veinte años la dotación del Hospital era de 1600 personas, hoy es de 1200. Esto implica un enorme atraso o falta en las prestaciones, que no pueden ser suplidas a pesar del esfuerzo de médicos, licenciados, y enfermeras en servicio.

 

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La situación edilicia es casi terminal. Recorrer el Rivadavia supone una aventura. Pasillos en penumbras, ausencia de pisos, desniveles sorpresivos, escaleras rotas, huecos o filtraciones en los techos, cables eléctricos sueltos, demolición, basura y escombros, falta de rampas, desprendimientos en las fachadas de los pabellones, calles anegadas. La aventura resulta mórbida para los miles de pacientes (muchos, con movilidad precaria) que recorren diariamente el Hospital buscando cura, pero exponiéndose a la vez a traumatismos y electrocuciones.

 
 
Investigación y Fotografías: Hugo Finkel
Redacción: Rafael Gómez
 
*Fuente histórica: libro del Dr. Raíces Rodio: Breve historia del Hospital Rivadavia.*El Dr. Raíces Rodio, nacido en la maternidad del Hospital Rivadavia, se desempeñó durante muchos años en el Servicio de Guardia del Hospital, en el Servicio de Clínica Médica; y creó el Museo Histórico del Hospital.