Precarización de la educación pública: de la escuela shopping a la escuela tacho


“¿Cómo le explico a mi hija que no va a ir a una escuela como sus hermanitos, que le tocó ir a uno de esos tachos?”

por Belén Burgstaller

Escuelas sin mantenimiento, obras en construcción que duran años y miles de chicos que son expulsados de la educación pública por falta de vacantes. Escenas que se repiten en los diferentes barrios de la ciudad de Buenos Aires donde crecen las denuncias por la precarización de la educación pública.

En 2012 el Gobierno de la Ciudad cerró un total de 221 grados y cursos de nivel primario y medio, a pesar de las advertencias de los docentes y padres con respecto a la falta de vacantes. Durante ese año la participación de la Educación en el presupuesto general era del 27 por ciento, pero para el 2013 el Gobierno bajó esa partida a un 25 por ciento. El legislador de Izquierda Popular, Pablo Ferreyra presentó un informe en el que plantea que hay una subejecución del 58% del presupuesto en infraestructura y que se prevé destinar sólo el 1,8 por ciento del presupuesto de Educación a la infraestructura escolar, en tanto que se asignó un 16 por ciento del presupuesto para la subvención de la educación privada. Por su parte, la Defensoría del Pueblo de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires denuncia en su informe anual que, al igual que años anteriores, continúa recibiendo reclamos por las deficiencias en las condiciones edilicias de las escuelas. Se constataron demoras -dice el informe- en el inicio de obras, deficiente funcionamiento de las instalaciones eléctricas, sanitarias y de gas, instalaciones precarias, anegamientos, filtraciones de techo, desbordes cloacales, etc. Además -dice el informe- se registraron 4.858 niños y niñas en las llamadas listas de espera por falta de vacantes durante el ciclo lectivo 2013, por lo cual se insta al Gobierno de la Ciudad a implementar una política activa de construcción de edificios escolares.

La situación se agrava en el sur de la Ciudad, donde se registra el mayor déficit de escuelas y donde tienen destino la mayor parte de las aulas modulares o container. En diferentes establecimientos de la zona padres y docentes se organizaron para impedir su construcción.

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“Se creen que somos una comunidad de cuarta. Esos módulos que trajeron, diciendo que están construyendo nuevas escuelas, en realidad son un depósito de pobres. Nadie quisiera que su hijo estudie en un container”, reclamaba el viernes Analía, madre de una alumna, mientras bloqueaba la entrada de la Escuela Nº18 en el barrio de Lugano, para que no ingresasen los materiales de construcción.
En la intersección de las calles Roca y Soldado de la Frontera se encuentran la Escuela Infantil N°11 y la Escuela Granja N°18, pertenecientes al distrito 21. En el predio que estas comparten el Gobierno de la Ciudad pretende construir otra escuela, pero con la metodología modular. De modo que el espacio para la recreación destinado a los alumnos de ambos establecimientos se verá disminuido. La Escuela N° 13 todavía no existe pero ya tiene asignados sus alumnos, que no podrán empezar las clases porque la obra recién comienza. Contará con 8 módulos, 6 de ellos serán aulas y los restantes corresponderán a la dirección y el baño. Las paredes son placas prefabricadas con un aislante térmico de poliuretano. La distribución de los módulos no deja espacio para que los alumnos tengan un patio ni un lugar destinado a los actos escolares, dado que son estructuras separadas. Por lo cual, para desplazarse de un sector a otro, para llegar al baño por ejemplo, los alumnos deberán trasladarse en la intemperie.
Luego de las penosas peripecias para conseguir una vacante en la escuela pública, el Gobierno de la Ciudad promociona estas aulas como la única solución a un problema que según plantean los funcionarios, no se podía prever.
Daiana Morena es una de las nenas que no sabe si va a poder empezar el jardín; su madre tuvo que hacer varios reclamos al Ministerio de Educación porteño para que le asignaran una vacante. “Primero, la mandaron al Distrito 19 que es lejos y lo rechacé y quedó en lista de espera. Con todo el lío que hubo hicieron nueve planillas y mi hija no existía. Pasé varios días reclamando y recién me acabo de enterar que mi hija está en un container. Un container está hecho para la basura, no se puede mandar una criatura a un tacho. ¿Cómo le explico a mi hija que no va a ir a una escuela como sus hermanitos, que le tocó ir a uno de esos tachos?”, dice Dana Pimentel, madre de Daiana.

Todos los integrantes de la comunidad educativa plantean que el problema de la escasez de escuelas y, por lo tanto, de la falta de vacantes no es nuevo, pero que se hizo visible a partir de las fallas que presentó el Sistema de Inscripción on line. El Sistema generó un grave prejuicio a 17 mil chicos de los niveles inicial, primario y secundario, que no tiene una vacante confirmada. Este Sistema fue implementado a pesar de las advertencias de la comunidad educativa respecto de que no resultaba adecuado. Las dificultades más notables que presentó durante su ejecución, tienen que ver con que carecía de explicitación de los criterios de asignación de vacantes, otorgamiento de las mismas sin respetar el orden de prioridades establecido en el reglamento escolar, extravío de documentación, errores en la carga y validación de datos. Sólo en los últimos meses del año 2013, el Sistema on line costó más de 15 millones de pesos.

Ante la resistencia de padres y docentes al inicio de la construcción, se hicieron presentes funcionarios del Ministerio de Educación y los representantes de la empresa constructora, a fin de explicar las cualidades de las escuelas modulares. “Los jardines modulares son seguros, es una nueva forma de construcción innovadora” afirmó Fernando Domínguez, director general de Infraestructura Escolar de la Ciudad de Buenos Aires, durante la reunión que mantuvo con los padres y docentes que se negaban a aceptar la construcción. “Según lo que hemos consultado, no es pedagógicamente necesario que los baños estén dentro de las aulas. Todos los módulos tienen un sistema de aire acondicionado frío-calor y la vida útil de la construcción es igual a la de una construcción tradicional. Las tres instituciones van a poder compartir los espacios, como se hace en muchas otras escuelas”, explicó el funcionario.
A pesar de esto, las mayores dificultades que se plantean se refieren a la función pedagógica que los edificios escolares deben cumplir. “Es fundamental que haya bachas en las salas de jardín, los nenes utilizan distintos tipos de materiales en su proceso de aprendizaje, y necesitan constantemente lavarse las manos. Además, ellos recién están aprendiendo a ir al baño y van mucho más que los mayores. Que los baños estén afuera hace que las maestras pierdan el control del grupo. Las bachas de los baños son excesivamente chicas, no hay lugar para que las maestras higienicen a los nenes cuando se hacen encima”, señala Rita Domínguez, supervisora pedagógica del distrito 21.

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Los docentes aseguran que desde el año 2006 vienen reclamando la falta de escuelas en la zona. “La construcción de escuelas modulares como solución inmediata, como parte de una urgencia, es una mentira, esto no es una solución sino una decisión política y por supuesto que no estamos de acuerdo” afirmó Michelle, docente de la Escuela N° 15 y de la 9; y agregó: “Un aula modular no es una escuela y los chicos tienen que aprender en escuelas. En principio, no hay lugares compartidos y uno de los objetivos de la educación es la socialización de los niños. No van a tener un patio para recreación, porque eso va a ser un pasillo, un aula con ventanas mínimas, y tampoco está bueno para los pibes. Por mas buena que sea la caja no cubre las necesidades de una escuela primaria o un jardín”.
El mantenimiento de los edificios es otro de los ejes del reclamo. El año pasado la Escuela N° 4 tuvo que suspender las clases porque se cayó una pared, además tiene paredes electrificadas. Y la Escuela N° 18, que se construyó en el 1967, nunca tuvo cloacas. En consecuencia, dos veces por semana las docentes tienen que suspender las clases o llamar a los padres para que se lleven a los nenes porque el agua se desborda e inunda el patio. Por otro lado, detrás de la escuela ubicada en la calle Roca y Larrazabal hay una obra en construcción de una escuela integral que está frenada desde hace dos años. En Villa Lugano hay varios edificios que pertenecían a escuelas de gestión privada y cerraron. Los docentes reclaman al Gobierno de la Ciudad que los alquile y los ponga en funcionamiento.

Tanto los vecinos de la zona Sur, como los de los diferentes barrios de la Ciudad esperan que el Gobierno porteño atienda sus reclamos. Y que revierta las políticas que solo conducen a vaciar las aulas de las escuelas públicas y a dejar a miles de chicos sin la posibilidad de ejercer su derecho a la educación.

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Las ‘aulas container’ valen el doble
La fabricación de aulas de material cuesta la mitad que las ‘aulas container’. Según un estudio, realizado por asesores de la legisladora María Rosa Muiños (FpV) durante el mes de enero, el costo del metro cuadrado de construcción osciló entre los 7.000 y los 10.000 pesos. Teniendo en cuenta los costos de mano de obra, materiales, electricidad, plomería y equipamiento en general, el estudio establece un promedio de 8.000 pesos por metro cuadrado para la construcción de un aula de material de 45 metros cuadrados,  y concluye que el costo de cada una oscilaría en 350.000 pesos. En contrapartida, el pliego de licitación de los ‘equipamientos modulares’ estipula para un aula de similares medidas, totalmente aprovisionada, un costo de 650.000 pesos. Casi el doble que una de material.

Rechazo viral
La instalación de las ‘aulas container’ en distintos puntos de la Ciudad generó en el último mes el rechazo generalizado de la comunidad educativa, especialmente de los padres, docentes y vecinos, quienes impidieron la colocación de las construcciones con diversas protestas. La negativa de los padres impidió instalar las aulas en el jardín “Granaderos” del barrio de Palermo, en avenida Libertador 4953, y en el complejo que integran los jardines 5 y 9 y la primaria 23 en el Bajo Flores, donde un padre metió sus pies en el cemento para impedir el avance de la construcción. En el barrio de La Boca, padres de alumnos del jardín de infantes N° 7 “Casa Amarilla”, ubicado en Palos y Blanes, bloquearon la instalación de las ‘aulas container’. Y en el barrio de Recoleta, una medida cautelar frenó la instalación de dos ‘aulas container’ en el instituto Lenguas Vivas.

El monopolio de la indolencia.
Desconociendo cualquier reclamo, los representantes del oficialismo porteño no se cansan de enumerar los beneficios de estas aulas que, “en su precariedad, contienen todo lo que se necesita para alcanzar la calidad educativa”. El remate argumental lo dio la senadora Gabriela Michetti, cuando en un reportaje para la revista Veintitrés, se refirió a estas aulas diciendo: “Para mí son superagradables, ¿vos las fuiste a ver? Entrás y decís: yo quiero que mi hijo esté ahí, y lo digo de cuerpo entero. Es una sala con calefacción, con aire acondicionado, que muchas aulas comunes no tienen. Son aulas modulares que están construidas como muchas casas. No tiene nada de container, tienen ventanas y puertas perfectas”.

 
Fotos: Belén   Burgstaller. Aulas Modulares, complejo Antonio Bermejo 6675. Barrio INTA- Villa 19,Villa Lugano.

2 comentarios en “Precarización de la educación pública: de la escuela shopping a la escuela tacho”

  1. Realmente articulos como este producen mucha verguenza, esta todo targiversado y con fotos y datos maliciosos y falsos, nada de lo expuesto es cierto incluidas las fotos que tampoco son registradas en nuestra ciudad como tampoco ninguna de las construcciones que nada tienen que ver con las reales.
    Criticar las cosas malas no significa politizar la educacion hasta este extremo, las aulas de contenedores son muy comodas y confortable, seguras y modernas, todas tienen aire acondicionado y calefaccion incluidas, los sanitarios son de 1er nivel y la diferencia economica respecto a una construccion tipica es muy grande economicamente hablando y muy corto es el tiempo de puesta en uso ya que se trata solamente de ocuparlas. De ahi a que se construya posteriormente algun otro tipo de obra ya juega otro rol en lo que a capacidad de cupos y confortabilidad de los niños se trate. No destruyan aun mas a nuestra sociedad, no se vendan a una ideologia perversa que no tiene en cuenta a los niños ni a la educacion.

  2. Claro, la prioridad del gobierno de Macri es la educación pública, lo dejó claro cuando dijo que el futuro del país se encuentra en universidades como la UADE. Imagino, además que ya que tan ansiosos están por ver a sus hijos en esos confortables espacios, ya los estarás sacando de sus escuelas privadas de cuotas astronómicas, para anotarlos en estas con aire y calfacción. No seamos ingenuos (o acaso hipócritas), señor del comentario de arriba.

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