Ricardo Horvarth: La Voz de Los Malditos

entrevista Mariane Pécora

Periodista, escritor, docente, y personaje de profunda vocación tanguera. Se inició como periodista en 1955 en el periódico barrial «Pueblo Mío» de Haedo. Fue crítico de medios en las revistas Confirmado , El Porteño y en el diario La Voz. Trabajó en la producción de programas televisivos, gráficos y radiales. Es autor de una interesante serie de libros donde analiza la relación de los medios con el Poder: La trama secreta de la radiodifusión argentina , Los medios en la neocolonización y ¿Qué hacer con la radio? Como docente, dictó cursos de periodismo en el centro de Estudios Buenos Aires y las Facultades de Comunicación de Buenos Aires, Lomas de Zamora y Paraná. Entre 1992 y 1996 participó en la dirección del Taller de Radio de Protagonistas. En 1998 fue invitado por la Universidad Iberoamericana de La Rábida, España, para brindar un curso de posgrado sobre radio para egresados de la carrera de comunicación de América Latina, Portugal y España. Logra darle un toque distinto a la música porteña, a través de «Café, bar, billares… una marca registrada…» , ciclo radial que produce y conduce desde 1984 y que se emite los sábados por la radio de las Madres am 530. Es integrante fundador de la agrupación «Autoconvocados por el tango» surgida en el año 2000 y acaba de escribir Esos Malditos Tangos un libro donde rescata aquellos tangos que fueron silenciados por la censura y hoy son desconocidos.

La trayectoria profesional de Horvarth está acá apenas resumida, pero se extiende a un compromiso social y a una ética profesional que le valió convertirse en un «maldito», no sólo para la gran prensa sino para muchos periodistas y sectores que dicen ser progresistas, de izquierda o cooperativistas. Y convertirse en un «maldito» significa ser condenado al silencio, o peor, al olvido.

Periódico Vas : ¿Cuál es la relación entre la prensa y el gobierno de turno?

Ricardo Horvarth: Los gobiernos son manejados por el poder económico y los medios participan directamente en el poder político. Tienen la ventaja de hacer una campaña a favor o en contra. En 1989, Menem arregló con Clarín la venta de Canal 13, por eso este diario le hizo una campaña electoral a favor. Más tarde, cuando Menem ya estaba quemado, Clarín inventó un De la Rúa progresista, hasta de izquierda, ¡cuándo sabemos que era de la derecha del radicalismo! La prensa ejerce permanentemente un juego pendular con el gobierno de turno. Pero hay distintas intensidades. No es lo mismo el poder que ejerce Clarín sobre el gobierno, que el que ejerce Fontevecchia desde Perfil. El gobierno no le da publicidad a Perfil y tampoco le interesa que la revista Noticias lo ataque, porque ni Perfil ni Noticias tienen la llegada de Clarín. Y en todo caso contrarresta los ataques de Noticias comprando un espacio en Veintitrés o en Siete Días para pegarle a Fontevecchia. Pero a Clarín no le interesa tanto la publicidad con el gobierno sino los negocios con el gobierno. El Grupo Clarín abarca no sólo a los medios de prensa y las radios, sus negocios llegan hasta la banca internacional. En el 2002 el Grupo Clarín negoció con Duhalde la sanción de la Ley de Bienes Culturales (llamada ley Clarín), que limitó la participación de las acciones de capital extranjero al 30% en la propiedad de los medios de comunicación. Y Clarín negoció porque tuvo un quebranto y estaba a punto de ser absorbido por la banca Morgan y el Citycorp.

P. Vas : En este marco,¿se podría decir que la prensa fabrica la noticia?

R. H.: La prensa impone la noticia. Una anécdota que ejemplifica esto se remonta a 1898, cuando el creador del periodismo amarillo en Estados Unidos, William Randolph Hearst, envía a un cronista a cubrir una guerra en Cuba. El cronista muy desconcertado le dice que no hay ninguna guerra en ese país. Hearst le responde: «Usted no se preocupe y haga la crónica que la guerra la pongo yo». Días después, se produce el famoso estallido del acorazado Maine en el puerto de La Habana y Norteamérica le declara la guerra a España . Este rol manipulador de la prensa se cierra en nuestros días con Bush, que logra hacer la guerra contra Afganistán e Irak convenciendo a los dueños de los medios -que además son dueños de fabricas de aviones y de material bélico- de que era necesaria la guerra contra el terrorismo. Hoy en día, los intereses comerciales del medio determinan lo que tiene que aparecer o no.

P. Vas : ¿Cuál del el rol del periodista entonces?

R.H.: Frente a esta situación, el periodista no trabaja donde quiere sino donde puede. Hay periodistas que intentan influir sobre la sociedad, más allá de que muchas veces trabajen en medios donde deben escribir lo que se les ordena porque si no los despiden. Gregorio Selser en la década del 50, por ejemplo, trabajó en La Prensa y guardó todos los cables que ese diario no publicaba. Luego Selser publicó libros relatando la lucha social en Centroamérica y escribía en periódicos alternativos o partidarios. Otro caso. González Tuñón, en la década del 30 creó periódicos políticos alternativos, que fueron consecuentemente censurados, pero a su vez trabajaba en los grandes diarios… En la actualidad, algunos periodistas de Página 12 hacen excelentes investigaciones sobre empresarios como Eurnekian, pero ese diario no se las publica; entonces publican sus investigaciones en el Diario de las Madres o en otros periódicos alternativos. Antes, en los grandes diarios existía algo que se denominaba la «entrelínea» que era la posibilidad de introducir en un artículo algún detalle que se le escapaba al Secretario de Redacción, o que él mismo dejaba escapar. Hoy en día eso es imposible porque los Secretarios de Redacción ya no son periodistas, compañeros o colegas… se transformaron en gerentes que cobran sueldos multimillonarios y cumplen el rol de los dueños del medio.

P. Vas: ¿Por qué muchos periodistas «progresistas» terminan siendo voceros de los grandes medios?

R. H.: Tiene que ver con la ética, hay periodistas que siguen manteniendo una ética y no van a trabajar a determinados medios. Sabiendo esto, tampoco esos medios los contratan. Hay otros que los medios saben que son comprables… Cada uno sabe lo que necesita para vivir. Algunos viven con 2000 pesos y otros con 30.000. Los periodistas comprables van a trabajar a distintos medios y cambian su actitud según el medio. Hay periodistas que eran militantes de izquierda en Córdoba y cuando llegaron acá se transformaron en periodistas de derecha, como Enrique Vázquez o Leuco. Hay periodistas que durante el menemismo denunciaban a Hadad y Longobardi por los «sobres que recibían bajo la mesa» y hoy trabajan en los canales de Hadad y le hacen entrevistas a Menen y a los políticos que antes criticaban. Obviamente que estas entrevistas son pagas. Si uno observa las entrevistas detenidamente es muy fácil descubrir cuando una nota esta pagada o no. Lo vemos ahora con la nota de Veintitrés al banquero guevarista (Carlos Heller). Esa tapa está vendida y también está vendido el afichaje. Pero esto de vender la tapa más los afiches ya lo hacía Gambini en Redacción en los 70…

P. Vas: Ese es otro tema interesante, una persona que se dice progresista ¿paga una tapa?

R. H.: Lo que pasa es que los políticos creen que porque aparecen en televisión o tienen una tapa van a poder no solamente ser candidatos, sino ganar. Esto me hace acordar a cuando De la Rúa fue al programa de televisión de Raúl Portal y se puso una nariz de payaso… Estos políticos no entienden que la única forma de instalarse en la sociedad es haciendo política, no «apareciendo» simplemente en los medios. Instalarse en la sociedad significa ir donde está la gente, conocer sus necesidades, tener un discurso creíble y comprensible… Evo Morales en Bolivia no llegó a la presidencia a través de los medios sino de la lucha social. Los políticos de partidos minoritarios, que realmente quieran hacer un cambio social, tienen que trabajar con la gente en lugar de entrar en la «rosca política».

P: Vas: ¿Cuál es papel de la prensa alternativa en todo esto?

R. H.: La prensa alternativa surge por un lado, como una necesidad de expresión que tiene el periodista; y por otro, de la necesidad que tiene la sociedad de conocer los temas que los demás medios no tratan. En el pasado la prensa alternativa era la de los partidos políticos, pero ahora la nueva prensa alternativa surge en la sociedad, en el barrio, independiente de los partidos. Muchos periodistas recibidos no quieren entrar a trabajar en los grandes medios, porque no aceptan las reglas de juego o porque no están dispuestos a ser explotados. Y crean periódicos alternativos barriales o culturales… sobre todo a partir de las asambleas del 2001, que fueron el germen, entre otras cosas, de lo que es hoy la asamblea de Gualeguaychú.

P: Vas : Vayamos a los tangos. A caba de escribir un libro, ¿por qué lo tituló Esos Malditos Tangos ?

R. H.: En parte por Maldito tango, de Roldán y Freire. Pero también porque se trata de tangos que incursionan en lo social y están ligados a las experiencias populares, comprometiéndose con ellas. Pero » maldito» es también un término que utiliza Jaureche para designar al intelectual que es dejado de lado o ignorado por el sistema porque denuncia cuestiones de fondo, que el sistema no quiere que se sepan. Existen tangos malditos escritos por autores anarquistas que se han silenciado y hasta olvidado. Dante Linyera, periodista anarquista e integrante del grupo de Boedo, escribió Si volviera Jesús , este tango prohibido durante mucho tiempo. Miguel Caló lo grabó en Chile, porque aquí estaba prohibido, y grabó solamente el estribillo. Estos tangos tienen un profundo contenido social: hablan de la explotación del hombre en la ciudad, de la ley «Roca» que deportaba a los inmigrantes que participaban en algún sindicato o eran anarquistas, de la semana trágica… La mayoría no se llegaron a grabar porque reflejaban acontecimientos sociales y políticos del país que eran inconvenientes para el poder de turno… y así fueron silenciados, olvidados. El único que pudo grabar algunos de estos tangos fue Gardel, porque era Gardel y la compañía discográfica le aceptaba todo: Pordioseros , Noche Negra , Silencio… pero son discos que nadie pasa. Otro que se atrevió fue Ignacio Corsini, grabó un tango que se llama Viva Hipólito Irigoyen , pero no aparece en ninguna reedición de sus discos. La conclusión es que esos tangos son malditos porque no los cantaron o no los grabaron o si los grabaron no se difundieron.

P: Vas : Es decir que están desaparecidos…

R. H.: Bueno, pero si están desaparecidos es porque hay «desaparecedores». En 1938 hombres de la Iglesia Integrista, conservadores hispanófilos y pro-franquistas, iniciaron una censura feroz contra los tangos por el lunfardo, tratando de imponer el lenguaje «culto». En 1943, Hugo Wast, es decir Martínez Zubiría, un falangista convencido, abona esta censura y se cambian la letras de los tangos, por ejemplo: la Casita de mis viejos pasa llamarse la Casita de mis padres . Y así fueron eliminando el lunfardo en todos tangos. Celedonio Flores que escribía todo en lunfardo, escribió un poema diciendo pretenden que no escriba en reo cuando el reo es pueblo… que yo transcribo en mi libro. Y escribe el tango Mano a mano en lenguaje culto, cuando lo lees notás que es una cosa ridícula. Esta censura se extendió en teoría hasta 1949, porque oficialmente nunca se levantó. En una audiencia que solicitaron a Perón algunos miembros de SADAIC, se encontraban Manzi, Canaro y Vacarezza, entre otros. Perón, que era un pícaro, cuando lo ve a Vacarezza le dice: «Don Vaca, me enteré que lo afanaron en el bondi». Todos rieron, y dieron por supuesto que se había acabado la censura, pero no hubo ninguna ley. Al año siguiente D’angelis graba al Pie de la Santa Cruz , pero con la letra cambiada. La letra original relata la historia de un obrero al que le aplican la ley 4144 de Roca y lo expulsan del país. En la versión de D’angelis este obrero asesina a otro y es expulsado por eso. En 1952 Mercedes Simón graba Milonga del 900 y en lugar de decir «soy hombre de Leandro Alem…» dice «soy persona de bien…» A partir de 1955 comienza la censura de los tangos peronistas, y comienzan los travestismos, por ejemplo: Francisco Canaro que había sido acérrimo peronista escribe un candombe llamado Laburo en contra de los trabajadores.