Cinco hospitales menos

El Complejo Hospitalario Sur, una iniciativa del jefe de gobierno porteño, Horacio Rodríguez Larreta, que consiste en cerrar hospitales públicos de la Ciudad y concentrar sus especialidades en un solo predio. Una centralización inconveniente.

por Noor Jimenez Abraham *

Por decreto el Ejecutivo de la Ciudad resolvió crear una Unidad de Proyectos Especiales (UPE) que tendrá a su cargo la puesta en función del Complejo Hospitalario Sur. De manera que los cuatro hospitales públicos: María Ferrer, Carlos B. Udaondo, Marie Curie y el IREP serían trasladados al predio del Hospital Muñiz, en una fusión de los 5 centros de atención dedicados a rehabilitación respiratoria, gastroenterología, oncología, rehabilitación psicofísica y enfermedades infecciosas, respectivamente. El programa se desarrolla sin el paso previo por la Legislatura y con pocos detalles sobre funcionamiento y traslado.

“Lo que está en juego es el modelo de ciudad, esta división que se va profundizando entre una ciudad del norte y una del sur, los usuarios de los hospitales públicos -que provienen de los sectores más pobres de nuestra sociedad- que vayan al sur, y que el norte de la ciudad sea de las grandes torres, de los negocios inmobiliarios, sólo para quienes pueden pagarla”, manifestó Magdalena Vallarino, psicóloga, maestranda en Epidemiología, Gestión y Políticas de Salud, coordinadora del centro de salud comunitaria Tekoporã, referente de la organización Seamos Libres.

En el sur de la Ciudad de Buenos Aires, en el barrio de Parque Patricios, se concentraría la actividad de este polo hospitalario creado a través del decreto 297/18, firmado por el vicejefe de gobierno, Diego Santilli, y que también albergaría al Instituto de Trasplantes de la Ciudad.

Cuáles serían las ventajas de la creación de este hospital unificado frente a 5 hospitales diversos y ya en funcionamiento, es la respuesta que no aparece en detalle. En diálogo con Periódico VAS, Magdalena Vallarino argumentó: “se podría aducir la idea de un hospital integrado, que no fragmente y que aborde las problemáticas en la complejidad, aunque es difícil pensar que eso vaya a suceder, no es que el traslado de estos 5 hospitales a uno implicará repensar el modelo médico, que está basado en la fragmentación de la salud y de las personas en áreas hiper-específicas, y que este proyecto tiene la mirada holística del ser humano y de una salud integral”.

La calidad de la cobertura sanitaria en la Ciudad de Buenos Aires ha sido manifiestamente alabada por la capacidad de sus profesionales y por su carácter universal, más allá de las cuestiones coyunturales. La idea de la modernización planteada en el discurso del Gobierno de la Ciudad como forma de combatir problemáticas existentes, tal la falta de insumos, deficiencias en infraestructura y sobrecarga de demanda, parece ir en contra de una cultura nacional arraigada en la atención sanitaria en instituciones públicas, algunas de las cuales son de la época del primer ministro de salud pública de la Argentina, el doctor Carrillo.

Por su parte, José Luis Acevedo, legislador de la Ciudad de Buenos Aires por el espacio Vamos Juntos, que en la actualidad es oficialismo, y presidente de la Comisión de Salud, afirmó que “la idea es que se trate de un hospital de poliatención, dado que ya no hay en el mundo hospitales monovalentes, están dejando de existir porque se atiende al paciente en todo su conjunto, desde lo psicosocial y biológico”.
El debate por la atención sanitaria eficiente se ve atravesado por el malestar ante la sanción de la ley por la que el Gobierno de la Ciudad excluyó al área de enfermería, bioimágenes, biotecnología y de instrumentación quirúrgica, del listado de profesionales de la salud para convertirla en un área en personal administrativo. Y esto sucede frente a la situación de emergencia nacional por la falta de especialistas en enfermería, el país cuenta con la tasa más baja de la región.

Las cifras de la concentración
“El hospital Muñiz recibió durante el año 2016, 217.573 consultas externas, y los 4 centros sanitarios restantes unificados más del doble -en una toma el mismo período-, es decir, 454.437”, agregó Magdalena Vallarino quien elaboró un análisis para la organización CEDESU –Centro de Estudios para el Desarrollo Económico y Social Urbano-, “cómo un hospital que hoy alberga la mitad va a resolver el doble de demanda; lo mismo pasa con las camas, hoy los 5 hospitales suman un total de 590,3 promedio disponibles y el proyecto que se difundió prevé un total de 500, distribuidas en 100 camas críticas, 50 crónicas y 350 generales -sin detalle de cómo van a ser asignadas a las distintas especialidades- o sea una reducción del 15%.”.

Al tiempo que a nivel nacional el Ministerio de Salud pasó a rango de secretaría, para depender del ahora unificado Ministerio de Salud y Desarrollo Social, se desconoce aún cuáles serán las prestaciones incluidas y qué no será cubierto por la Cobertura Universal de Salud (CUS), creada en agosto de 2016 por el Poder Ejecutivo de la nación a través del Decreto 908/2016 y que tendría el objetivo de brindar cobertura a los 16 millones de personas que se atienden en el sector público.
En el caso del polo hospitalario, Vallarino declaró: “no se sabe si es sólo el amontonamiento de 5 hospitales en uno, no queda claro cómo va a ser esa reconversión, podría tener ventajas, aunque es difícil verlas porque no hay una fundamentación sanitaria del proyecto en ningún lado”.

En cuanto a la situación del personal que actualmente trabaja en los 5 hospitales, el legislador José Luis Acevedo hizo las amarillas promesas políticas: “es un trabajo que va a llevar adelante Recursos Humanos de la Ciudad, todos van a conservar su cargo, antigüedad, categoría y sueldo”. Y agregó que “sabemos que la Ciudad de Buenos Aires cuenta con uno de los mejores sistemas en Latinoamérica, son profesionales a quienes vienen a buscar todos los privados e inclusive de otros hospitales latinoamericanos, en eso sabemos que no vamos a tener problemas”.

La reforma del sistema de salud
La ley de salud 153 de la CABA se rige por el precepto de la atención primaria, con un sistema organizado por niveles, en el que el primero recibe la mayor demanda, un segundo nivel para los hospitales generales y un tercero, de alta complejidad, que resuelve lo que no se pudo en los niveles anteriores.

“Una reforma del sistema de salud tiene que pensarse como una reforma integral, que en el primer nivel debería tener una capacidad resolutiva del 80%”, expresó la coordinadora del centro de salud comunitaria Tekoporã, y agregó que “si uno quiere realizar una reforma en el último nivel tiene que pensar necesariamente cómo reforma los hospitales generales para que se genere menos demanda; si uno mantiene el mismo sistema y reduce las camas en la parte final de ese sistema, el resultado es gente que se queda con sus problemas sin resolver en el sistema de salud”.

El decreto del polo hospitalario crea la Unidad de Proyectos Especiales (UPE) Complejo Hospitalario Sur, cuya función es la de coordinar y ejecutar las acciones, y que depende de la Subsecretaría de Planificación Sanitaria del Ministerio de Salud porteño, con rango y atribuciones de dirección general, y como tal tendrá la capacidad de manejar presupuesto.
“La transición es un proyecto que va a llevar mínimo 4 años, los hospitales que están en la actualidad van a seguir mantenidos; se crea, se transfiere y después se cerrará; el presupuesto lo está resolviendo el Ejecutivo, porque estamos hablando de cientos de millones de pesos”, prometió el legislador Acevedo.

En el power point que se difundió en mayo de 2018 y que recibieron las direcciones de los hospitales involucrados en el proyecto, se señala que el costo sería de 160 millones de dólares, un dos por ciento del presupuesto de 2018, distribuidos en 140 millones en obras y 20 millones en equipamiento, y que la financiación se haría con la venta de los terrenos de los 4 hospitales, evaluados en 123,7 millones de dólares totales, aunque no se informa cómo se financiaría el resto.

“Lo que falta resolver es el modelo de salud, si seguimos sosteniendo un modelo médico hegemónico basado en la enfermad y no fortalecemos el modelo de salud comunitaria, si no pensamos los vínculos entre salud, vivienda, ambiente, trabajo y no ponemos en discusión esos conceptos, no va a haber una reforma. La salud se piensa desde el lugar donde las personas viven su cotidianeidad, de allí hacia los servicios de complejidad. Si no se evalúan esos aspectos no hay reforma que pueda resolver de raíz los problemas, que tienen que ver con la cantidad de personas que quedan sin respuesta a sus necesidades”, sentenció la referente de Seamos Libres.

Mientras el amarillo Acevedo afirma que “el proyecto está en estudio, para evaluar la posibilidad de llevarlo adelante y que está en constante evolución”, mientras ocurre una extendida venta de terrenos públicos en la Ciudad de Buenos Aires, algunas de ellas concretadas, otras en proceso. La feminista Magdalena Vallarino asevera que “existe una relación clara que tiene que ver con lo que desde el Ejecutivo porteño se denomina ahorro: pensar que la salud es un gasto y no una inversión social, y manejar la salud como si fuera una empresa aplicando criterios de mercado y eficiencia”.

*Doctora en Ciencias de la Comunicación Social
@noor_j_abraham

Comentarios

  1. Sin una fundamentación sanitaria del proyecto…, solo caben inferencias vinculadas con el desastre en salud; por lo menos mirando el «modelo» educativo que promueve este gobierno, que tampoco se conoce: no hay fundamentación ninguna ni consulta a la comunidad educativa, que es la experimentada. Lo que está haciendo el gobierno es ahorcar la educación pública para promover la privada. Un desastre.
    Y una pregunta: no soy médica, por eso mismo quisiera saber algo que la excelente nota no trata: si todo eso junto en un mismo edificio no extiende el riesgo de los virus interhospitalarios a los 5 en 1. Y si las enfermedades infecciosas que atiende el Muñiz no pondrían en riesgo de contagio a los otros 4 en del mismo edificio. Muchas gracias.

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