Ciriaco Ortiz: el bandoneón cordobés que conquistó el tango porteño

Ángel Ciriaco Ortiz Barrionuevo, más conocido como Ciriaco Ortiz o «Ciriaquito», fue un bandoneonista, compositor y director de orquesta argentino que dejó una huella imborrable en la historia del tango. Nacido en la provincia de Córdoba, logró trascender las fronteras geográficas y culturales para convertirse en una figura esencial del género rioplatense, reconocido por su virtuosismo, su fraseo inigualable y su profunda sensibilidad musical.

A lo largo de sus 75 años de vida, Ciriaco Ortiz construyó una trayectoria artística prolífica, que incluyó la grabación de más de 300 piezas y la composición de varios tangos, entre los que destaca «Atenti Pebeta», con letra del poeta Celedonio Flores, inmortalizada en la voz de Edmundo Rivero. Su maestría con el bandoneón le valió el reconocimiento de sus pares, incluyendo el mismísimo Aníbal Troilo, quien expresó su admiración por la habilidad de Ortiz para extraer del «fueye» (término lunfardo para referirse al bandoneón) melodías y adornos que incluso a muchos tangueros porteños les resultaban inalcanzables.

La infancia de Ciriaco Ortiz transcurrió en un ambiente impregnado de música. Creció en un «boliche» propiedad de su padre, también bandoneonista y compositor, ubicado en la ciudad de Córdoba, a mitad de camino entre el Mercado Norte y el Mercado Abasto. Este espacio era un punto de encuentro para músicos y artistas, y fue allí donde Ciriaco Ortiz tuvo la oportunidad de conocer a Carlos Gardel, un visitante asiduo cuando se encontraba en la provincia. Entre serenatas, chayas, chacareras y tangos, el joven Ciriaco se nutrió de la rica diversidad musical de su entorno, forjando un estilo único que fusionaba la tradición folclórica cordobesa con la pasión del tango.

En 1925, su talento llamó la atención de la discográfica RCA Víctor, que lo convocó para formar su propia orquesta. Dos años después, incursionó en la radio, actuando en Radio Cultura, para luego continuar su carrera en Radio El Mundo, donde permaneció durante dos décadas. Su primera orquesta estuvo integrada por destacados músicos como Eliseo Ruiz en el piano, Marcos Larrosa y Juan Ríos en los violines, y Nicolás Di Massi en el segundo bandoneón. El debut de la orquesta tuvo lugar en el cine Gaumont, marcando el inicio de una exitosa trayectoria.

Posteriormente, formó la orquesta «Los Provincianos», integrada por figuras de renombre como Aníbal Troilo y Horacio Molino en los bandoneones, Elvino Vardaro y Manuel Núñez en los violines, Orlando Carabelli en el piano y Manfredo Liberatore en el bajo. Esta formación reflejaba la búsqueda constante de Ortiz por rodearse de los mejores músicos y explorar nuevas sonoridades dentro del género.

Además de su labor como director de orquesta, Ciriaco Ortiz también colaboró con otros artistas. En 1927, se presentó en Radio Cultura como integrante de un trío con las guitarras de Spina y Menéndez. En 1931, formó parte del sexteto de Vardaro-Pugliese, y en 1937 participó en la película «Así es el tango», dirigida por Eduardo Morera, consolidando su presencia en la escena musical y cinematográfica de la época.

En los años 1952 y 1953, Ciriaco Ortiz conformó un sexteto para grabar cuatro tangos que hoy son considerados clásicos: «Recuerdos de la pampa», «El verde», «Canaro» y «Una noche de garufa». Hacia 1969, inauguró el local «El Viejo Almacén», un espacio emblemático para la difusión del tango en Buenos Aires. Falleció el 9 de julio de 1970, dejando un legado musical invaluable que continúa inspirando a generaciones de bandoneonistas y amantes del tango en todo el mundo. Ciriaco Ortiz fue un artista que supo trascender sus orígenes provincianos para convertirse en un referente indiscutible del tango, un bandoneón cordobés que conquistó el corazón de Buenos Aires y del mundo.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *