Relatos Indómitos

Una muñeca de nieve en Botafogo por Marta García Madalena era esporádicamente feliz con las cosas que nosotras desechábamos. Las cortezas del pan de miga, la parte final de los fiambres, el arroz pegado en el fondo de la cacerola. Posiblemente, un resabio de su época laboral en una fábrica de galletitas en la que, al final de la jornada, el dueño repartía entre las operarias las galletas explotadas en el horno. Igual que ellas. O quizás por efecto colateral de aquella madre que, al no poder amarlas a ella (Leer más…)

Relatos Indómitos

GRITOS O SUSURROS por Marta García En aquel pueblo, una niña hizo algo de la peor manera y fue lo mejor que pudo haber hecho… Sus habitantes respiran con dificultad. Hablan tan rápido que el oxígeno no divisa los pulmones. Las conversaciones se van quedando sin aliento y terminan abruptamente cuando los labios se vuelven violetas. Antes de que la asfixia cobre víctimas fatales, deciden hablar menos porque despacio no les sale. También bajan el volumen de las voces porque cuando lo elevan, se sofocan. Les cuesta escucharse. Las palabras (Leer más…)

Relatos Indómitos

La Piedra por Marta García ¿Cómo podemos hacer para que salga una orquesta del mar o de la palangana? Algo loco, algo posible… algo. O que caigan naranjas del limonero o que un poroto preso dentro de un vaso libere un bosque. O que un pedacito de susto nos ataque por la espalda justo cuando tomamos un café como los muertos y alguien nos resucita. ¿Cómo se hace para que los chocolates de polirubro crezcan en la mesa de luz de la abuela? O que una cacerola llena de crema (Leer más…)

Relatos Indómitos

Tranquera por Marta García Mi casa está mal orientada y yo vivo desorientada. No nos podemos ayudar la una a la otra porque ninguna de las dos sabe bien dónde están los puntos cardinales. El sol aparece por el este y ella mira al oeste. Yo me despierto cuando el sol cae al oeste y amanezco por detrás. Somos inestables. Ella tiene una construcción antisísmica que funciona después de los movimientos tectónicos cuando no hace falta porque ya se agrietaron las paredes. Yo presiento los fenómenos sísmicos, pero ignoro las (Leer más…)