
Alquilar es imposible en la Ciudad
Un reciente informe del Monitor de Acceso al Alquiler presentado por el Centro de Estudios Metropolitanos (CEM) detalla la situación actual del mercado de alquileres en la Ciudad de Buenos Aires. Los datos no son alentadores: el costo del alquiler de un departamento de dos ambientes representa el 63% del salario medio formal medido según el RIPTE (Registro de Información de Trabajadores y Empleadores). Este elevado porcentaje da cuenta de la dificultad creciente que enfrentan los ciudadanos para acceder a una vivienda digna mediante el alquiler. Además de destinar más de la mitad de sus ingresos al pago del alquiler, los inquilinos deben enfrentar otros gastos asociados, en particular las expensas que representan, en la mayoría de los casos, un 17% adicional sobre el monto del alquiler mensual. El costo promedio de las expensas alcanza los $140.108, un aumento interanual del 66% que agrava la situación económica de los inquilinos.
En mayo se necesitaron 2,3 jubilaciones mínimas con bono para afrontar el costo de alquilar un departamento de dos ambientes en la metrópolis porteña, señala el estudio. Sin embargo y sorprendentemente, durante el quinto mes del año se observó una leve mejoría en el mercado de alquileres respecto al año anterior, fenómeno atribuido principalmente a la disminución del dólar MEP, que produjo una reducción en el valor pesificado en moneda extranjera. No obstante, esta mejora es limitada y no cambia significativamente la realidad: las rentas acumulan un aumento del 16,9% en lo que va del año, superando la inflación general del 12,9%. Además, el salario mínimo vigente sigue siendo insuficiente para cubrir el costo mensual de un alquiler, evidenciando un desfase entre los ingresos y los precios. Estos números ilustran la enorme presión que sufren los hogares trabajadores para garantizar el acceso a la vivienda.
Otro dato preocupante que destaca el informe es la caída cercana al 20% en la oferta de unidades disponibles para alquilar en el último año, lo que reduce la disponibilidad de viviendas accesibles y aumenta la competencia por los pocos inmuebles en el mercado. Si bien en mayo menos del 40% de los anuncios se publicaban en dólares, el CEM aclara que esto no refleja una desdolarización clara del sector. La mayoría de los contratos siguen atados a moneda extranjera, dificultando el acceso para personas con ingresos en pesos.
El mercado de alquileres continúa concentrado en los barrios del norte de la Ciudad, donde el valor por metro cuadrado es considerablemente más alto. Esta concentración territorial profundiza las desigualdades, limitando las opciones de vivienda accesible para muchos sectores y marcando una segregación socioeconómica que afecta la cohesión urbana y la diversidad barrial.
En este sentido, el CEM subraya que el costo total de acceso a una vivienda no puede limitarse únicamente al precio del contrato de alquiler. Los gastos asociados, principalmente las expensas, y la falta de oferta suficiente forman parte de un entramado que impacta directamente en los ingresos familiares y dificulta el acceso habitacional. La suma del costo del alquiler más las expensas configura una carga económica elevada y creciente que reduce la capacidad de ahorro y penaliza la calidad de vida de los inquilinos.
Este diagnóstico pone en evidencia la urgencia de políticas públicas orientadas a mejorar el acceso al alquiler. La combinación de precios elevados, costos adicionales, caída en la oferta y concentración territorial exige una mirada integral que contemple subsidios, regulación y promoción de vivienda social para afrontar la problemática. Sin medidas que atiendan estos factores, el mercado se mantendrá inaccesible para amplios segmentos de la población y la crisis habitacional continuará incrementándose.