La única verdad es la realidad que vivimos

por Alejandro Olmos Gaona

Anoche el desmesurado León que gobierna trató de camuflarse en un jefe de Estado con algo de seriedad. Se limitó a leer lo que le habían preparado, para evitar salirse de un libreto que lo hubiera complicado, pero así y todo lo suyo fue pura hojarasca dialéctica, donde el leitmotiv de todo fue el equilibrio fiscal, un verdadero mantra que repitió 40 veces o más. Hablo de aumentos en el 2026, sobre la base de un presupuesto lleno de cifras que están en su imaginario y, entre las cosas que omitió. Habló de aumentar el presupuesto universitario; la caída del mismo durante su gestión ha sido del 40%, y hace unos días recortó a las universidades 40.000 millones de pesos. Habló de trabajar con los gobernadores, y les acaba de sacar 130.000 millones de pesos de transferencias, y les entregó 12.500 millones a sus incondicionales, Frigerio, Cornejo y Zdero, que son capaces de negociar cualquier cosa con tal de congraciarse con el gobierno.
Pero dejando de lado muchas disquisiciones que podríamos hacer sobre los ‘ÉXITOS’ mileístas, lo mejor es consignar cifras que ponen en evidencia dónde está llevando al pueblo argentino con sus concepciones económicas.
A casi dos años del inicio de su gobierno, la economía argentina muestra un panorama de contracción profunda, con impactos directos en el empleo, el consumo y el poder adquisitivo de los hogares. Datos oficiales y de consultoras independientes revelan una «sangría» en sectores clave, como la construcción y las pymes, mientras que la licuación por inflación erosiona salarios y jubilaciones.

Algunas cifras actualizadas hasta el tercer trimestre de 2025 son ilustrativas:
Pérdida de puestos de trabajo: Según un informe del Centro de Economía Política Argentina (CEPA), desde diciembre de 2023, Argentina ha perdido un promedio de 334 empleos formales por día. Esto suma más de 223.537 puestos de trabajo registrados en los primeros 18 meses de gestión, con un foco en sectores vulnerables como la construcción y la industria. La tasa de desocupación escaló al 7,9% en el primer trimestre de 2025, el nivel más alto bajo este gobierno, afectando especialmente a mujeres y jóvenes, donde la desocupación subió del 6,9% al 7,9% interanual. En el sector público, la cifra es alarmante: 184.000 empleos estatales destruidos hasta agosto de 2025, impulsados por recortes presupuestarios.
El «derrumbe laboral» se refleja en plataformas como LinkedIn, donde las búsquedas de empleo se dispararon, exponiendo una crisis oculta detrás de la narrativa oficial de «estabilización».

Caída del consumo: El consumo masivo, motor histórico de la economía argentina, acumula 15 caídas consecutivas en 2025, con una contracción interanual del 9,1% en ventas mayoristas en febrero. La Confederación Argentina de la Mediana Empresa (CAME) alerta sobre un «fracaso económico» que deja al mercado interno en crisis, con una baja del 11% en junio de 2024 que se moderó al 0,8% en el mismo mes de 2025, pero sin repunte sostenido. En centros de compras, las ventas subieron un tímido 6,2% en mayo, pero solo en segmentos premium, mientras el 70% de la población lucha por cubrir necesidades básicas, según análisis de desigualdad.
La industria sufre el rebote: la merma en la demanda interna explica parte de la caída del 2,3% en la producción industrial en julio, con importaciones y un dólar «barato» agravando la competencia desleal. Para Milei, el fenómeno se debe a «compras en Mercado Libre», pero los datos contradicen: el consumo básico sigue en rojo, con un 78% de incremento solo para el 5% más rico.

Licuación de salarios y jubilaciones: La fórmula de movilidad jubilatoria impuesta por un DNU de Milei ha erosionado los haberes: sin el cambio, las jubilaciones serían un 32% más altas hoy. La mínima (sin bono) alcanza los $304.726 en junio de 2025, con un aumento del 1,9% en septiembre que apenas cubre la inflación de julio. El bono de $70.000, congelado hace 18 meses, representa una pérdida equivalente a $65.000 mensuales por jubilado, y el haber promedio cayó un 22% en términos reales durante la gestión.
Los salarios no escapan: el costo salarial total se redujo en $51,3 billones, con una baja del 30% en dólares para el trabajador promedio (de 1.500 a 1.060 USD mensuales en 2025). El salario mínimo vital y móvil es de $322.200 en septiembre, un 6% por debajo de 2024 en poder adquisitivo, declarando una «guerra al salario» que profundiza la desigualdad.

Caída de la construcción: El sector de la construcción, pilar de empleo intensivo, se derrumbó un 27,4% en el primer año de Milei, con una contracción mensual del 1,8% en julio de 2025. La Cámara Argentina de la Construcción (Camarco) describe un «panorama trágico»: paralización de obras, incertidumbre financiera y 90% de empresas que no ven mejora a corto plazo. Acumula cuatro contracciones en 2025, con un retroceso interanual del 1,1% en producción, frenado por la falta de inversión y demanda interna.
La deuda en infraestructura agrava el problema: empresarios piden un plan a 20 años para reactivar, pero el modelo actual deja al sector «en el fondo del mar».

Desaparición de Pymes: Las pequeñas y medianas empresas (pymes), que generan el 70% del empleo privado, son las «grandes perdedoras»: 15.564 cerraron desde noviembre de 2023 hasta mayo de 2025, el 99,7% con menos de 50 trabajadores. Esto equivale a 40 pymes por día, con 12.000 cierres solo en el primer año y proyecciones de 30.000 más en industrias para fin de 2025. En total, el parque productivo bajó a 499.371 unidades, con una hemorragia de 66.000 cierres netos en 2024.
Tasas de interés del 35-45% y caída del crédito asfixian: 13.000 pymes perdidas en el primer año, según el Ministerio de Economía.

Empresas al límite: La crisis se traduce en empresas que no pueden honrar sueldos: en la industria metalúrgica, despidos masivos en líderes del sector marcan una «desangre» bajo Milei. El 34% del ajuste recayó en transferencias y pagos salariales públicos, mientras que el sector privado ve productividad caer (PBI por trabajador a 97.000 USD anuales). Con 12.600 empresas destruidas en el primer año, muchas sobreviven al límite, con salarios heterogéneos que «vencen» la inflación solo en nichos exportadores, pero el grueso pierde terreno.
La gestión de Milei priorizó la baja de inflación, pero a costa de una recesión que toca a millones. Mientras el oficialismo celebra superávits primarios, la «economía real» –empleo, consumo y producción– muestra realidades diferentes.

El uso de las LECAP —Letras Capitalizables del Tesoro Nacional— ha experimentado un crecimiento explosivo en el último año, y en especial en los últimos dos meses. Según datos recientes del Ministerio de Economía, el stock de estas letras pasó de niveles prácticamente nulos en 2023 a más de US$ 43.000 millones en julio de 2025. Debemos recordar que cuando volvieron a utilizarse en marzo de 2024 eran tan solo US$ 636 millones. Hoy son 68 veces mayores.

Deuda con el FMI: Experimenta un aumento de 20.000 millones de dólares, y la actual deuda pública es imposible de pagar. Esto lo sostuvo una importante funcionaria que en diciembre deja la institución.

A este panorama, se debe sumar el deterioro institucional, al tener un presidente que veta implacablemente toda ley del Congreso, mostrando que no respeta al Poder Legislativo; un presidente que llegó al extremo de promocionar una cripto que dejó un tendal de damnificados, un presidente que sigue sosteniendo a funcionarios acusados de haber recibido coimas, y que se somete a las decisiones de una hermana incompetente, que a través de los armados electorales que hizo fracasó en todos aquellos lugares donde pretendió imponer candidaturas.

Habría muchísimo más para decir, pero estos ejemplos que dimos son suficientes para mostrar cuáles son las características de este gobierno y adónde nos lleva.

Salvo excepciones, la mayor parte del periodismo no ha ejercido la crítica al discurso presidencial; quizás temen que vuelvan a desatarse las furias mileístas y comience nuevamente la habitual repartija de insultos de toda clase.

Lamentablemente, la oposición política no muestra propuestas alternativas sustentables y un modelo de políticas de Estado que puede reemplazar un ensayo libertario que está causando estragos. Si no existen coincidencias básicas que unan a los sectores representativos mostrando que existen otras opciones para evitar que todo se siga degradando, nos espera un futuro de consecuencias imprevisibles donde, como ocurre siempre, los más afectados serán aquellos de menores recursos, los vulnerables, los que hoy apenas pueden subsistir. Los otros siempre podrán zafar de las convulsiones económicas, y es por eso que en los lugares donde viven las personas más ricas, siempre gana Milei.

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