Abogacía comunitaria: conocer, usar y transformar el derecho

Hace tiempo que el derecho dejó de ser un asunto exclusivo de tribunales y bibliotecas jurídicas; hoy circula por calles, plazas, escuelas y comedores. Ese tránsito es el que propone documentar la Red Argentina de Abogacía Comunitaria (RAAC) en una serie que ya está disponible y que ofrece, con tono sereno pero comprometido, un mapa de prácticas que resignifican la ley como herramienta colectiva.

En tres episodios titulados Conocer el derecho, Usar el derecho y Transformar el derecho, la producción recorre experiencias diversas de todo el país: comunidades indígenas que defienden sus territorios, organizaciones que articulan demandas por acceso a la salud y colectivos que promueven políticas públicas desde la organización popular. No se trata de mostrar meros casos aislados ni de exhibir liturgias procesales; la apuesta es otra y más nítida: mostrar cómo la abogacía comunitaria amalgama la praxis jurídica con la educación legal popular, la incidencia territorial y la construcción de poder desde lo colectivo.

El primer episodio —Conocer el derecho— plantea la fase inicial de ese trabajo: el entendimiento del marco normativo como un recurso comprensible y disponible. Allí aparecen relatos de formación y acompañamiento que permiten transformar conceptos abstractos en herramientas concretas para vecinas y vecinos que históricamente fueron excluidos de los circuitos de justicia. El segundo —Usar el derecho— focaliza en la puesta en acción: presentaciones judiciales, negociaciones con autoridades y estrategias administrativas que, lejos de depender únicamente de abogados, se nutren de la organización comunitaria. Finalmente, Transformar el derecho expone la dimensión más ambiciosa: las prácticas que no solo reclaman derechos, sino que reformulan normas, procedimientos y prioridades públicas a partir de insistentes procesos colectivos.

La narrativa audiovisual cuida los matices: registra la espera de una audiencia, el diálogo en una asamblea, la elaboración de un amparo; y en todos esos planos muestra la tensión —y la fecunda complementariedad— entre saber técnico y saber popular. No se idealizan soluciones instantáneas: la crónica audiovisual reconoce fricciones, derrotas parciales y la necesidad de persistencia política. Esa franqueza es, seguramente, una de las virtudes del material, porque permite apreciar que la justicia ampliada no es un gesto heroico individual, sino un ejercicio cotidiano de articulación social.

La RAAC, espacio federal integrado por más de 500 personas y organizaciones, se presenta así no solo como productora del relato, sino como parte de la trama que se documenta. La existencia de un tráiler y de los episodios disponibles en su canal invita a la difusión y a la suscripción, pero sobre todo a la reflexión: ¿Qué ocurre cuando el derecho deja de ser una mercancía técnica para convertirse en lenguaje colectivo? La respuesta, parcial pero elocuente, está en los testimonios que la serie reúne: aprendizajes compartidos, capacidades construidas en los territorios y una práctica jurídica que se alimenta de la comunidad para producir cambios tangibles.

Ver la serie es, entonces, acompañar procesos que cuestionan la forma tradicional de hacer derecho y proponer —con modestia y firmeza— otras maneras de concebir la justicia. Es también reconocer que la ampliación del acceso a la justicia pasa por redes y aprendizajes colectivos, y que la abogacía comunitaria, en tanto práctica política y pedagógica, se afirma como herramienta indispensable para quienes buscan transformar realidades desde lo local hacia lo público.

Fuente: ACIJ

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *