«Al pueblo palestino le quitaron todo rasgo de humanidad»

por Laura Mangialavori

“Cuéntale al mundo sobre nosotras. Conversaciones y experiencias de mis días en Palestina” (editorial Sudestada) es un libro de crónicas sobre la vida de las mujeres en Palestina. Recopila las experiencias de la periodista, docente e investigadora Noor Jiménez Abraham durante sus viajes a Palestina entre 2017 y 2020. Escrito antes del atentado de Hamas a Israel de octubre de 2023 y publicado en noviembre del año pasado, detalla también recorridos por lugares históricos y vivencias personales y cotidianas de la escritora con mujeres y familias en territorios ocupados por Israel.

En diálogo con Periódico VAS, Noor Jiménez Abraham cuenta de dónde surge el deseo de viajar y conocer en carne propia cómo vive una población marcada por la segregación, la dominación y la violencia.

¿Cómo surgió la posibilidad de viajar a Palestina?

“La primera vez que fui a Palestina fue en 2017, a través de Cancillería. Me avisaron que allá había una ONG llamada WCLAC que quería trabajar las temáticas de género con Argentina, por lo renombrado que es nuestro país a nivel mundial, por el NiUnaMenos y todas las conquistas en materia de género y diversidad, que hoy vemos en cruel retroceso. Así fue como apliqué, me eligieron y viajé. Apenas llegué, noté que de tres palabras que te dicen, una es ocupación. Quedé tan impactada por los relatos y la relación con el Estado de Israel que me dije: “Tengo que volver a investigar sobre esto”. Y en 2019 y 2020 volví, por mi cuenta. Usé mis vacaciones para ir a trabajar allá, y viajé gracias a la gente que había conocido en 2017. Las personas allá son muy solidarias, abiertas y expresivas. Rápidamente me sentí cercana, me abrieron las puertas de sus casas. Cuando regresé del último viaje, tenía todo el material para el libro”.

Durante la entrevista, Noor intenta derribar los mitos en torno a la comunidad palestina. “Recuerdo que cuando era chica se decía que en los países árabes todos eran terroristas, que los musulmanes eran asesinos, personas cerradas y violentas. Yo pensaba en mi abuelo sirio. Un ser cercano y amoroso que nada tenía que ver con lo que escuchaba una y otra vez, especialmente desde los medios de comunicación. ‘Mi abuelo no es así’, pensaba”. Desde entonces, Noor desconfía de las representaciones sesgadas y tendenciosas y busca, desde su trabajo periodístico, derribar los estereotipos.

El primer gran mito tiene que ver con la antigüedad que tiene la visión de género y el trabajo de género en Palestina. Generalmente, se piensa que todas las mujeres de Arabia Saudita son todas mujeres musulmanas que caminan mirando para abajo, unos pasos atrás de los varones. Y no es así, se mezcla lo que es Afganistán, Irak, Palestina, Arabia Saudita, todo. ¡Desde hace más de 100 años que trabajan las cuestiones de género! Tienen canal de radio y periódicos especializados. De hecho, la ONG por la que viajé la primera vez organizó un taller sobre el Movimiento de Mujeres de Argentina y vinieron de universidades, de medios de comunicación, de otras ONG. Hablé de la lucha por el aborto, de violaciones, de femicidios y nadie se escandalizó.

Allá hay mujeres que no quieren usar el velo y no lo usan; y otras que sí lo quieren usar porque se sienten más protegidas. En el libro, relato la transición de una de las protagonistas al dejar de usar el velo. Ella lo usaba en mi primer viaje y en el último ya no lo tenía. Obviamente, la vida en las aldeas podríamos decir que es un poco más arcaica. Toda la confusión que se genera es responsabilidad de los medios de comunicación, que desinforman y confunden, como si fuese todo lo mismo. Es una decisión de Occidente, especialmente de los grupos de poder, que tengamos una visión sesgada respecto a las mujeres: sumisas, calladas, ignorantes y sometidas. Mientras que a los varones se los presenta como asesinos. Es muy difícil cambiar esa construcción porque la gente la adopta como una verdad universal, porque es lo que escuchamos desde que nacemos.

Para Noor, una de las principales dificultades del movimiento de mujeres en Palestina tiene que ver con la comunicación. Están muy informadas, pero les cuesta publicitar y contar lo que hacen. No tienen aeropuertos y no siempre andan los celulares ni los pueden cargar. Muchas veces no tienen electricidad ni tampoco buenos caminos”.

Tengo entendido que el nombre del libro es un pedido que te hizo una mujer palestina. ¿Cómo es la historia de esa súplica?

“El libro aparece en un momento en que la gente necesita leer y escuchar otras campanas, tanto en el resto del mundo como en Palestina. Y sí, el título me lo surgió tras un encuentro con mujeres emprendedoras, comerciantes, empresarias y artesanas que se realizó en Hebrón, Cisjordania. Una de ellas me cuenta que, cuando su nuera salía de la mezquita, un soldado israelí la miró y le dijo: ‘Vos me tiraste piedras´ y la encarcelaron. La joven no lo había hecho, pero no se necesitan pruebas, con que te acusen ya vas presa. En esa y otras reuniones que mantuvimos, las mujeres hablaron sobre las agresiones que viven a diario, como verse obligadas a pasar por puestos de control israelitas para todo; ser demoradas y verse impedidas a llegar en horario al trabajo. A veces pasan días en colas interminables en los puestos de control. Y no pueden circular libremente por su territorio.

Un día, por ejemplo, que fui al Mar Muerto, la presidenta de la ONG me dijo: ‘Qué suerte que vos podés ir; yo vivo acá en Palestina y no me permiten el ingreso o el traslado’. Otro día, teníamos que ir con una compañera de la misma ONG a un programa de televisión para hablar de género a la mañana y nos retrasaron tanto el viaje que llegamos por la tarde. Todo es complejo, inseguro. Por eso, en esa reunión, como sabían que yo era periodista, una mujer se levantó del fondo y me dijo: «Tell the world about us», Cuéntale al mundo sobre nosotrasSiempre digo que desde ese momento no fui la misma persona. Sentí esa deuda. Me hice la promesa para conmigo y para el mundo de contar lo que había visto, y por eso decidí que el libro iba a llevar ese título”.

Por una cuestión de seguridad y privacidad, Noor decidió que en el libro no aparezcan los nombres reales de las personas que entrevistó, ni sus fotos personales. La foto de la portada la eligió la editorial y es, justamente, la imagen de una mujer con la bandera de Palestina flameando. Israel no le permite a Palestina mostrar o exhibir su propia bandera, por eso a nivel mundial se construyó el código de la sandía, que tiene los mismos colores: rojo, negro y verde, como símbolo de la lucha por una Palestina libre.

Un genocidio lento

Mucho se habla del conflicto que ocupa diariamente los medios internacionales y sigue escalando ante los ojos del mundo, sin escandalizar lo suficiente. Lo que no abundan son historias humanas. “Se ha convertido en la masacre más filmada del mundo. Han matado a más de 20.000 niños, lo que va contra cualquier normativa de situación de guerra, aunque esto no es una guerra, porque no tenemos dos bandos definidos con claridad. Son familias enteras históricamente desarraigadas por colonos israelíes que se apropian de las casas y de sus territorios. Las personas palestinas son las más desplazadas del mundo, porque de sus casas las mandan a un refugio y después a otro y así están, sin nada”, dice Noor.

El libro retrata situaciones muy cotidianas en un contexto de guerra instalado durante décadas. Donde todo parece hostil, hay una afirmación en la vida. ¿Cómo viviste esa aparente dicotomía?

Sí, de hecho, cuento el día en que fui a un casamiento, cómo fue la ceremonia, o un día en un bar, o en un cine. Quise retratar situaciones cotidianas, eventos felices, porque la vida continúa. Porque, por un lado, la risa, el canto y el baile son contagiosos y entonces, de esa manera, esos episodios les levantan el ánimo y, por otro, porque te dicen, a manera de reflexión: “Hoy estoy acá, hoy puedo sonreír, mañana no sé lo que me va a pasar”. Es un modo de disfrutar, como pueden, la vida. Es admirable la energía, la fuerza que tienen. He estado con mujeres que han estudiado, que son profesionales y que tendrían posibilidades de estar en el Exterior. De hecho, hay muchos países de Europa que las invitan y ellas podrían quedarse a vivir ahí. Pero dicen que no; porque si no, ¿quién va a resolver esto? ¿En manos de quién va a quedar Palestina?

No nos dan la posibilidad de conocerlas, pero son personas con mucha energía, con mucha fuerza. Frente a la adversidad, además de ingeniosas, no se rinden. Yo vi a mujeres manejando con una mano y con la otra comiéndose un shawarma, mientras están despotricando por el tránsito, trabajando, estudiando o llevando a los hijos a la escuela. Son mujeres con mucha decisión e ilusiones.

Esto no es un problema de religión

En 2021 se creó en Argentina la agrupación judía antisionista JudiesxPalestina. Forman parte del Comité de Solidaridad con Palestina, participan de movilizaciones, otras actividades y están en contacto con organizaciones judías antisionistas de otros países. “Nosotres, judíos, judías y judíes, defensores de la tradición solidaria y de lucha de nuestro pueblo, antisionistas, opositores a cualquier forma de violencia y opresión de Israel sobre el pueblo palestino y los defensores de los derechos humanos, defendemos el derecho al retorno, reivindicamos las acciones de resistencia y bregamos por una Palestina única, laica, donde puedan convivir palestinos, judíos, cristianos, musulmanes y todas las colectividades en paz”, declaran en su página web.

Si bien Noor reconoce que no recibió gestos de violencia por la presentación del libro, cada vez que publica en sus redes sociales información sobre Palestina y comunica su posición frente a la ocupación, le llegan comentarios negativos. “Nos quieren hacer creer que, si estás a favor de Palestina, eres antisemita, cuando los palestinos también son semitas. La gente en Palestina no odia a los judíos. Las personas judías no odian a los palestinos. El mundo reclama el freno del genocidio. Los pueblos están a favor de Palestina. Se ve en las manifestaciones que ocurren alrededor del mundo. El Estado de Israel no es la población, son los poderes los que permiten el genocidio”, afirma contundentemente.

¿Cómo ves la situación de Medio Oriente en este contexto actual político a nivel nacional y en CABA?

Preocupante. De hecho, uno de los primeros viajes que hizo Milei cuando asumió fue a Israel para reunirse con Netanyahu, primer ministro de Israel, y manifestarle todo su apoyo. Parece que los derechos humanos fueran sólo para los ciudadanos israelíes. En nuestro país y en la Ciudad, niegan lo que sucede y persiguen a los que se alzan a defender a Palestina, que, en gran medida, es lo único a lo que apelan los palestinos: al apoyo de la comunidad en el Exterior.

Es muy doloroso, porque nos enteramos de lo que sucede minuto a minuto con los rehenes que se llevó Hamas, que, por supuesto, es repudiable; pero cuando nos enteramos de que a algún palestino le pasa algo, nadie levanta la voz y, si lo hace, es castigado.

A lo largo de la historia, los poderes del mundo se han encargado de quitarle todo rasgo de humanidad a la población palestina y la realidad es que son personas que sufren, que tienen proyectos. No sabemos sus nombres, sus caras, sus sueños, pero los tienen y es lo que quise contar. No dejemos de hablar de Palestina. No nos olvidemos de Palestina.

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El jueves 8 de  mayo a las 19.30 en el stand 124 de editorial Sudestada, ubicado en el pabellón azul de la Feria Internacional de Libro, la periodista Noor Jiménez Abraham (@noor_j_abraham), estará firmando ejemplares de Cuéntale al mundo sobre nosotras. Conversaciones y experiencias de mis días en Palestina”  El libro se puede conseguir también en librería Sudestada de calle Tucumán 1533, CABA.

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