Juan Creaghe: ¡Anarquista Libertario!

por Marcelo Valko

En estos tiempos donde se banaliza de modo ruin y perverso conceptos fundamentales de la historia de las luchas sociales como “anarquismo libertario”, acaba de publicarse un libro hermoso e imprescindible que permite entender que en las antípodas de tal doctrina se encuentra el nefasto eslogan de Milei (autopercibido libertario): “Los derechos hay que pagarlos”. Me fue enviado por su autor. El texto escrito por el abogado y periodista Nicolás Grande desmenuza la historia del médico irlandés “Juan Creaghe: Precursor de la propaganda anarquista en Argentina”.

Creaghe (1841/1920) se radicó en nuestro país durante unos 30 años y fue una pieza clave del movimiento ácrata, no solo en la creación del célebre periódico La Protesta Humana, sino por sus múltiples facetas, dado que hasta se preocupó por la enseñanza creando una Escuela Modelo, una escuela integral libertaria nada menos que en Luján, donde arreciaban vientos oscurantistas propios del medioevo con la construcción de la Basílica. Tal como expone el autor con una prosa directa y bella y con datos recopilados de numerosas fuentes, nos muestra la intensa vida del irlandés abocado a su causa. Participa como un joven médico durante la Guerra Civil de EEUU, luego se instala en Argentina, donde funda en Luján el periódico anarquista El Oprimido (1884/1887), pleno roquismo, que, al igual que otras publicaciones hermanas como la anarco-comunista La Voz de la Mujer, salía cuando era posible. Luego Creaghe es pieza clave en la creación de La Protesta. Hacia el final de la vida, su trayectoria lo lleva a México para colaborar y ver con sus propios ojos el proceso de un pueblo en armas como fue la revolución zapatista.

A poco de instalarse en Luján, pudo advertir la práctica de abusos contra peones y pequeños arrendatarios, los desprotegidos de siempre, tal como sucedía en su Irlanda natal. Este militante integral, a quien se le apodaba como el doctor del pueblo, ya que no cobraba sus servicios a gente pobre e incluso les compraba los remedios, creía más en la dinamita y en la fuerza de la palabra escrita como herramienta emancipadora que en el poder limitado y momentáneo de la huelga. Casi resulta una obviedad decir que padeció innumerables detenciones y que se salvó raspando de que le aplicaran la Ley de Residencia para deportarlo. Creaghe fue un polemista feroz e incansable, y profesaba un anarquismo que creía en una libertad para nada abstracta, bien concreta, un ideario que le calaba hasta los huesos. Todo lo dio por una causa; nunca dudó que otro mundo es posible, desde aportes económicos a una práctica de solidaridad constante con el sufrimiento del otro. Por eso es tan vital este libro de Nicolás Grande al rescatar su legado y memoria, más aún en la actualidad donde arrecia la posverdad y la desmemoria.

El médico irlandés batalló por la edición del diario ácrata La Protesta, pese a cierres, requisas, confiscaciones, secuestro de ejemplares e incluso la detención de los repartidores, tal como sucedió con otras publicaciones que satirizaban al poder, como Don Quijote o La Matraca. Este texto tan necesario en estos tiempos donde desde el gobierno se busca negar al otro, invisibilizar lo comunitario y culpar a los que menos tienen de sus desgracias, fue publicado por Cúlmine Ediciones. Quien se interese, puede contactar al autor [email protected]. Más que nunca, es lento, pero viene…

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *