
San Telmo: Inauguración del nuevo CeSAC 15
Un logro comunitario que se conquistó gracias al compromiso, la lucha y la perseverancia de vecinos, vecinas, organizaciones sociales, políticas y comunitarias del barrio San Telmo.
Al doblar por Balcarce 1150, la fachada conserva la elegancia de la arquitectura de principios del siglo XX: columnas con capiteles ornamentados, ventanas con arcos de medio punto, molduras decorativas y relieves simétricos. Protegida por la normativa patrimonial, esa guarda en sus repliegues la memoria de años de desidia y abandono, pero también de resistencia, lucha y perseverancia de una comunidad para transformarlo en el nuevo edificio del Centro de Salud y Acción Comunitaria (CeSAC) N°15. Una de las pocas obras públicas inauguradas por el Gobierno de la Ciudad, tras años de ejecución y una inversión superior a los $2.000 millones de pesos.
Hace apenas un año la obra estaba paralizada. La empresa constructora CUNUMI S.A., adjudicataria en tiempos larrretistas, había incumplido al menos dos plazos de concreción. Esto llevó a que la Dirección General de Recursos Físicos en Salud del Gobierno porteño pusiera fin a la relación contractual. Alertada, la Mesa Comunitaria de Salud y Educación de la Comuna 1, que hace cinco años impulsó esta iniciativa, exigió a Jorge Macri su inmediata puesta en marcha. No fue fácil, porque en junio de 2024, la obra registraba una subejecución del 64,2%. En paralelo, en el edificio de calle Humberto Primo, donde hasta esta semana funcionaba el centro de salud, los problemas estructurales alcanzaron su punto crítico cuando el 7 de julio pasado se produjo un incendio en el primer piso, poniendo en riesgo la vida de profesionales y pacientes.
La urgencia, tal vez, hizo que el Ejecutivo porteño fuera precisamente eso: ejecutivo. De forma que la tarde del 2 de septiembre, el jefe de Gobierno, Jorge Macri, inauguró el nuevo edificio diciendo que la misma es “una demostración del compromiso profundo que la Ciudad tiene con la salud pública”. Por su parte, el ministro de Salud, Fernán Quirós, recalcó la intención de ofrecer “espacios cómodos, accesibles y cercanos” que acompañen a las personas en todas las etapas de la vida. Si estas palabras fueran efectivamente ciertas, deberían los funcionarios retomar varias de las obras paralizadas, abandonadas y olvidadas en sectores clave de la Ciudad, como lo es el Centro y Microcentro, donde en 2003, a instancias del presupuesto participativo, con un crédito del BID, se inició la construcción de un CESAC sobre calle Viamonte, entre Rodríguez Peña y Callao. Hace exactamente 22 años que la obra está paralizada, abandonada, olvidada…
Un edificio con memoria y nuevas funciones
El CeSAC 15 nace en el edificio del ex Patronato de la Infancia —conocido como Padelai—, cuya fachada y estructura se respetaron por su protección patrimonial. Esa elección no es simbólica solamente: implica un diálogo entre conservación urbana y adaptación funcional. Los muros que antes alojaban otras instituciones hoy contienen consultorios de cardiología, pediatría, ginecología, odontología y espacios para salud mental y trabajo social. En total, el establecimiento cuenta con 23 consultorios modernos, una cifra que busca responder a la demanda acumulada en la zona y ofrecer mayor resolución en el primer nivel de atención.
El contraste entre lo antiguo y lo nuevo se manifiesta en cada pasillo: puertas nuevas, señalética accesible, equipos clínicos actualizados y salas de espera pensadas para la comunidad. Pero también se percibe la intención de mantener una memoria urbana: la fachada recordatoria, combinada con interiores funcionales, proyecta la idea de que la salud pública puede integrarse a la trama barrial sin borrar su historia.
Servicios, alcance y organización
Según datos presentados durante la inauguración, el CeSAC atiende en promedio a unas 3.200 personas por mes. Ese número revela dos cosas: por un lado, la magnitud de la demanda en territorios céntricos; por el otro, la capacidad de un centro de primer nivel para absorber consultas que, de no existir, podrían derivar en saturación de guardias hospitalarias. Los turnos se gestionan mediante BOTI (WhatsApp 11-5050-0147) o por teléfono al 147, una iniciativa que busca simplificar el acceso y reducir tiempos de espera.
Además de las consultas clínicas, el CeSAC ofrecerá actividades comunitarias orientadas a hábitos saludables, consumo problemático, apoyo al embarazo y a la crianza, y talleres vinculados al arte. La integración de salud mental y trabajo social dentro del mismo establecimiento subraya un enfoque biopsicosocial: no se trata solo de atender enfermedades, sino de acompañar procesos de vida y construir redes de apoyo comunitarias.
Una pieza dentro de un plan mayor
La inauguración de este CeSAC no es un hecho aislado: forma parte de un plan integral que, según las autoridades, incluye 50 CeSACs distribuidos en la Ciudad y nuevas obras en hospitales y centros especializados. La inversión anual en el sector supera los $76.000 millones, lo que indica una prioridad presupuestaria por la infraestructura sanitaria. En términos prácticos, la ampliación de la red de centros primarios busca dos objetivos concurrentes: acercar la atención a los barrios —reduciendo tiempos y costos de traslado para las personas— y disminuir la presión sobre los hospitales de mayor complejidad, que deben concentrarse en procedimientos y emergencias que realmente lo requieran.
Impactos esperables y preguntas abiertas
La apertura del CeSAC 15 ofrece beneficios tangibles: ampliación de la oferta de especialidades en un barrio con alta circulación turística y residencial, mayor capacidad de resolución en el primer nivel y espacios dedicados a la prevención y al trabajo comunitario. Sin embargo, surgen interrogantes sobre la sostenibilidad de la iniciativa: ¿cómo se garantizará la dotación permanente de personal especializado? ¿Qué mecanismos habrá para articular turnos y derivaciones con el Hospital General de Agudos Dr. Cosme Argerich, del cual depende el centro? ¿Cómo se medirá la eficacia de las actividades comunitarias en la reducción de consultas evitables?
Las respuestas, en parte, estarán en la gestión cotidiana: planteles estables, coordinación entre niveles de atención y evaluaciones periódicas de los resultados epidemiológicos y de uso del servicio. También dependerán de la articulación con organizaciones sociales y con los vecinos, actores fundamentales para que los talleres y programas comunitarios no queden reducidos a propuestas formales, sino que se transformen en prácticas efectivas.
La centralidad de la atención primaria
La apertura pone en escena una discusión que atraviesa a muchos sistemas de salud: la necesidad de fortalecer la atención primaria para promover equidad y eficiencia. Un CeSAC con 23 consultorios, salud mental y trabajo social propone un centro capaz de atender no solo episodios agudos, sino procesos largos —embarazos, crianza, adicciones, enfermedades crónicas— donde la continuidad y la proximidad hacen la diferencia. En ese sentido, la apuesta es doble: invertir en infraestructura y promover modelos de trabajo que prioricen la prevención y la resolución temprana.
Vecinos y comunidad: la prueba cotidiana
Más allá de cifras y discursos, el verdadero indicador será la recepción en el barrio. El ritmo de turnos solicitados por BOTI o 147, la asistencia a talleres y la disminución de derivaciones innecesarias al hospital serán señales concretas del impacto. En un barrio como San Telmo, con su mezcla de residentes, comercios y turismo, la disponibilidad de un CeSAC moderno puede convertirse en un alivio para familias que requieren controles pediátricos, atención ginecológica accesible u odontología pública cercana. La transformación del ex Padelai en el CeSAC 15 es, en sí, una crónica de decisiones urbanas: conservar la memoria arquitectónica mientras se habilita un servicio esencial. El edificio recupera una función social contemporánea y lo hace con el objetivo de acercar la salud a la vida cotidiana de los vecinos.