¡Unir todas las luchas con creatividad popular!

por Marcelo Valko

Paulatinamente, la crueldad del régimen de Milei, que afecta y denigra a casi todos los sectores sociales y económicos, salvo a la elite que vive en un permanente banquete financiero, logró algo no previsto debido a su insensibilidad: consiguió unir las distintas luchas populares en una gran marea que enfrenta a su gobierno. Desde los jubilados condenados con un monto mensual que ni siquiera es miserable; ya pasa de la indigencia. El sector de la salud, personalizado en el Hospital Garrahan, Centro Pediátrico Nacional. Un espacio de excelencia médica que la ciega motosierra ha desfinanciado de un modo impensado. Lo mismo sucedió con los discapacitados, donde los recortes económicos arrojaron a la desesperación a las familias; baste recordar la disputa pública que protagonizó el presidente Milei con un niño de 12 años con espectro autista, al que acusó de ser objeto de manipulación kirchnerista, tildándolo de kuka. Este gobierno de la motosierra siempre cercena por lo más débil, tal como indica el FMI.

La impericia del gobierno de Milei acusa de golpistas, a troche y moche, a propios y extraños. Acusa de golpista y traidora a su propia vicepresidente Villarruel; a los gobernadores de provincia, a los que les retacea los fondos de la coparticipación, los llama orcos y, por sobre todo, al Congreso, al que le destina todo tipo de improperios, donde uno de los más suaves es “nido de inmundas ratas”. Recordemos que el día que asumió su mandato, el primer discurso lo hizo a espaldas del Congreso Nacional, un signo para nada casual que fue profundizándose con el correr de estos casi dos años de mandato. Desde el caso de la Cripto-Libra que salió a la luz en febrero, las frecuentes alucinaciones presidenciales comenzaron a hacerse notar de manera nítida. Quizás alertado por Conan, su perro muerto que lo acompaña de modo invisible, a quien aseguró conocer en una encarnación anterior en tiempos de los gladiadores romanos, seguramente lo previno y así fue que despidió de modo inmediato a todo el personal de la cocina de la Quinta Presidencial, convencido de que le servirían comida envenenada.

Las denuncias sobre los sobornos que viene percibiendo Karina Milei incluso tempranamente durante la campaña electoral con determinados montos e incluso porcentajes, cada vez son más frecuentes y contundentes. Últimamente, el estribillo “Alta Coimera / Karina es Alta Coimera” con la melodía de “Guantanamera” se convirtió en un hit cantado en marchas, actos políticos, recitales, estaciones de tren o subte y estadios de fútbol. Este miércoles en las Plazas frente al Congreso, los millares de personas de todo tipo de sectores y banderías estallaron de alegría cuando los diputados derogaron los vetos de Milei a la emergencia pediátrica y al financiamiento universitario, mientras adentro del mismo recinto del Congreso los diputados cantaban eufóricos el hit musical sobre Karina. Más de una vez en estas columnas mencioné que soy un producto del Estado, de la escuela pública, laica y gratuita y, obvio, de la Universidad de Buenos Aires. Mi padre era mecánico de autos y no hubiese podido mandarme a una privada. Incluso debí trabajar durante toda mi cursada de 8 a 17 y luego cursaba en la UBA, que me permitió ser el primer egresado universitario de mi familia y ser quien soy, como a infinidad de personas con historias de vida similares.

Este miércoles, antes de conocerse la votación que no solo derogaba el veto, sino que también comenzaba a vetar a Milei, tuve el placer de acompañar una performance de un grupo de jubilados tan creativos como combativos que, cubiertos de estas “mantas esqueletor” pintadas por ellos, quisieron demostrarle al régimen que, con 300 mil pesos mensuales, a un jubilado que trabajó y aportó año tras año, le es imposible ni siquiera sobrevivir. La defensa del Estado, de lo Público, del Nosotros inclusivo, frente al individualismo yoico de la élite, entra en escena por la puerta de la historia. Es lento, pero viene…

Foto: Alejandro Valko

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