Bailar con nuestrxs muertxs

por Emiliano Blanco

«Hay muchas travestis y homosexuales que han ido a la cárcel sin ningún motivo» declaraba Marsha Johnson.

Marsha lanzó la primera piedra en aquella revuelta que arde hasta nuestros días.
Stonewall es la memoria de nuestros BASTAS y de los atropellos a nuestro derecho a existir diferentes.

Fueron y son lxs TRAVESTIS TRANS y lxs MARICAS de aquellas y éstas calles clandestinas, las que nos recuerdan que vale la alegría nuestro DESEO.

Hace 52 años, una negra trava feminista y VHI+ le dió origen a una fecha clave en la historia patologizante de una humanidad autopercibida heteronormal.

Heredamos cuerpxs llenos de miedo y esa costumbre innata de reinventarnos pese a todas esas miradas que bajamos por la vergüenza, por la culpa, por el desprecio y por la burla; llevamos en nuestra sangre el martirio silencioso de quienes mataron y otrxs que no la cuentan más en el olvido de las familias que lxs negaron.

Invisibilizadxs por el terror y la norma que seguimos consumiendo hasta empacharnos de personalismos, aún pareciera que le debemos algo a no sé quién…
Pero esa chispa, esa ‘revuelta’, como todavía la siguen categorizando en términos de orden y control policial, resiste.

Resistió en nuestro suelo con todo el trabajo que iniciaron Carlos Jauregui y Lohana Berkins, convocando a la manada dispersa y herida.

La democracia argentina naciente, aún miraba de reojo al grupo que también buscaba a sus compañerxs desaparecidxs.

Aquellas plazas y marchas de la bronca, resonaba en quienes todavía fueron y son perseguidxs por la violencia institucional, la falta de cobertura jurídica y el estigma moral.

Carlos y Lohana encabezaron esa necesidad de mirarnos más allá de las veredas, personalismos y egos: la lucha era en nombre de todxs nosotrxs y la salida es colectiva. Tuvimos que aprender a no reconocernos como enemigxs, reeducarnos y aprender que nuestras alianzas van a construir consensos para lxs que están, lxs que estuvieron y sobre todo para quienes vendrán.

Que era clave sostener esa estrategia, ya nos dispersaron en muchas racias, tras muchos tabúes y así nos silenciaron, nos volvimos invisibles.

Las primeras marchas, en las calles, ese territorio que nos sale al encuentro, permitió poner voz a nombres, gritos, historias y derechos que no estaban.

En una sociedad de la que somos meramente visibles, no se permitía reconocer que el género y el deseo tenía identidad.

Las categorías jurídicas y la academia científica nominó las patologías que todavía resuenan en las muchas excusas discriminatorias que fundamentan el odio, que todavía llamamos fobia.

2018 fue el año de despatologización de la identidad trans, sin tener en cuenta que el promedio de vida de una transexual es de 40/45 años: sin acceso a la educación, la violencia institucional de los hospitales y los prejuicios para ser tenidas en cuenta en el ámbito laboral desprotegen y vulneran lo primario, vivir.

Leonor Silvestri en ‘Foucault para encapuchadas, manada de lobas’; desarrolla que «sentimos vergüenza y gracia de la demagogia sin brillo y los slogans publicitarios de las comisarías del arte que escriben ‘ciudadanía’, ‘amor’, ‘paz, ‘total’ como quien dice ‘voy a modificar radicalmente las subjetividades que en mí anidan’. Sentimos vergüenza  de los promotores sudakas acríticos de tales estrategias de posicionamiento conceptual en la góndola del supermercado del pensamiento.»

Porque no alcanza con legislar sin una gestión que articule con la educación alrededor del deseo y nuestras identidades.

El fantasma de la ley ESI, recrea y moviliza con impunidad la máquina de intolerancia y desinformación.

Mientras, seguimos bailando con todo el fuego posible: reclamamos justicia por nuestrxs muertxs, la aparición con vida de Tehuel de la Torre a más de 100 días sin rastros de él y el reclamo por los 230 femicidios, transfemicidios y travesticidios de éste último año, con cifra abierta… ni hablar de las dificultades que aún se presentan en medio de ésta pandemia en el plan de vacunación nominaban si una persona con VHI+ era agente de riesgo. Más etiquetas.

El 24 de junio se sancionó el Cupo Laboral Travesti Trans que genera más puestos de trabajo, ya que el decreto presidencial contempla el Sector Público Nacional. El 1% de todos estos puestos son más o menos 2500 puestos de trabajo. Y si bien no hay registro oficial, es un número muy inferior a las personas travestis trans que buscan un trabajo. Al revés, el proyecto de ley también abarca a los tres poderes (Legislativo, Ejecutivo y Judicial) y a los ministerios públicos. Invita a las universidades nacionales a adherir, así como las provincias y la CABA.

La ley establece que los antecedentes penales y contravencionales no serán un obstáculo para conseguir un trabajo. La ley pone el enfoque en la situación de vulnerabilidad del colectivo travesti trans y por eso establece que los antecedentes contravencionales y penales que resulten irrelevantes, no sean requisitos para conseguir trabajo.

Además, acompaña los emprendimientos e incentiva las contrataciones por empresas privadas. Proponiendo incentivos en el sector privado, las contribuciones patronales, por contratar a una persona travesti trans podrán tomarse como pago a cuenta de impuestos nacionales. Establece líneas de crédito con tasa preferencial en el Banco Nación para financiar emprendimientos por parte de personas travestis trans.

Una ley es una herramienta más sólida que un decreto. Un decreto depende de unx presidentx de turno y se puede revocar, mientras que una ley depende del Congreso donde todos los partidos políticos están representados. Y la ley establece un límite de 2 años para el cumplimiento  y establece sanciones por incumplimiento.

Ahora toca colaborar en esa gestión.

Y para festejar ésta nueva conquista, hoy lunes 28 de junio a las 16hs «Día Internacional del orgullo», la convocatoria es frente al Congreso.

Convocan Travestis, Trans, Desobedientes y Autoconvocades, liberades de etiquetas, unides por el dolor y el deseo de una vida sin violencia. Convocan a que «bailemos con nuestrxs muertxs», para rendir homenaje y hacer memoria.

Estamos furiosxs de pasión, una pasión que atropella la crueldad del ODIO.
Agradezcan que pedimos IGUALDAD y no VENGANZA.

Pero un día unx de nosotrxs va a volver a prender fuego TODO, si se sigue así… porque la revuelta no se apaga.
No nos duele hacernos creer que somos el cotillón de la falta de alegría, en la fiesta de la miserable fiesta en la que no somos protagonistas; nos divertimos con nuestros colores y esa risa desparpajada de dolor: vivir en carne propia el deseo de muerte. Pero REÍR bien fuerte.

Sentimos el orgullo y valor de ser PUTXS; ya no nos escondemos ni finjimos las ganas ni el derecho a la mariconada presencia.

VAMOS POR MÁS! Y no estamos solxs…

Seguiremos caminando con paso bien firme con nuestros brazos enlazados de quiénes AMAMOS, besando MARICAS que también merecen esos besos prohibidos y BAILANDO hasta desmayarnos de gozo en nombre de quienes no siguen gimiendo por el prejuicio que lxs calla.

NUNCA MÁS NOS VAN A DECIR A QUIÉNES NI CÓMO AMAR.

Vamos a sudar esta vida bienhecha de gloriosos laureles de todos los colores y todos los olores y todos los sabores…

Si, sin permiso. Si. Gozantes.

Porque las travas y tortas y maricas que nos mataste van a volver y su venganza será que todxs nosotrxs lleguemos a viejxs.

 

Emiliano Blanco es Profesor de Artes en danzas mención Expresión Corporal (UNA) mención Danzas Folklóricas (EMBA). Bailarín y Performer. Sikuri y canto popular. Colaborador de Revista Kiné.

Comentarios

  1. ¡Excelente! Un avance mas por el reconocimiento de los derechos a ser, estar, amar, trabajar, estudiar, soñar y vivir dignamente como cualquier otre en este mundo!!! A seguir luchando por mas derechos!!

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