Apoyo al impuesto a las grandes fortunas

Dirigentes y militantes del Movimiento Popular La Dignidad (MPLD) desarrollaron hoy una jornada nacional con «banderazos y ollas populares» en distintos puntos del país en apoyo a la creación de un impuesto a las grandes fortunas para «resolver las desigualdades sociales» en el marco de la crisis económica desatada por la pandemia de coronavirus.

Laura Bitto, referente del MPLD, señaló que las protestas comenzaron a media mañana con una concentración, banderazo y ollas populares frente a la Bolsa de Comercio, ubicada en Sarmiento 299, en la sede de la Sociedad Rural (SRA) de Florida al 400 y del Banco Citibank ubicado en Bartolomé Mitre al 200, todo en la Ciudad de Buenos Aires.

«Hoy estuvimos nuevamente en las calles, porque creemos que es el momento de impulsar las salidas económicas para el día después de la pandemia» del coronovirus, argumentó Bitto y sostuvo que «para resolver la crisis económica que arrastramos y que se profundizará con la pandemia con más desigualdad social, quienes más riquezas tienen deben repartirla».

Frente a la sede de la Bolsa de Comercio en CABA, Bitto dijo además que «este banderazo está a favor de un impuesto a las riquezas. Creemos que en la Argentina los que más tienen como los (empresarios) Paolo Rocca, los (Alejandro) Bulgheroni, los (Gregorio) Pérez Companc, (Alberto) Roemmers, los (Marcelo) Mindlin y muchos más, tienen que aportar de sus fabulosas fortunas para recomponer la grave situación económica que nos dejará esta pandemia en la Argentina».

«Aquí hay un pueblo organizado que quiere poner Argentina de pie y una fuerza social y laboral potente para empujar un programa económico de salida que termine con la desigualdad pero también con el poder de las grandes corporaciones», dijo.

Agregó que «en medio de una gran e histórica crisis económica, un puñado de ricos concentra grandiosas fortunas» y apuntó que «son los mismos que durante el anterior Gobierno fugaron 86.000 millones de dólares entre 2015 y 2019».

Informe de la CTA

Los distintos proyectos que buscan gravar los patrimonios y aplicar impuestos extraordinarios a los sectores más ricos, “no sólo son necesarios para enfrentar la crisis, sino que también son justos en términos sociales y económicos”, afirma un análisis del Instituto para el Desarrollo Económico y Social de Buenos Aires (Idesba) de la Central de los Trabajadores de la Argentina (CTA),

“Mientras que a nivel nacional se está discutiendo la posibilidad de implementar un impuesto a los las grandes fortunas, a nivel provincial y municipal también se está analizando la instrumentación de contribuciones extraordinarias para hacer frente a la crisis generada por la pandemia del coronavirus”, puntualizó el reporte elaborado por el coordinador del Área de Economía Política del Idesba Andrés Wainer, donde se subraya que este gravamen se aplicará a todas aquellas «actividades que se vieron muy beneficiadas durante los últimos años y que no se vieron afectadas sensiblemente por la emergencia sanitaria».

El estudio considera que en la actualidad el sistema tributario argentino es fuertemente regresivo”, porque “proporcionalmente pagan más impuestos los que menos tienen”, dado que “el IVA (Impuesto al Valor Agregado) es el principal tributo nacional”. 

“Los más ricos y las grandes empresas también se benefician de la acción estatal, tanto de manera directa, a través de subsidios a las tarifas de servicios públicos, ayudas para el pago de salarios, créditos subsidiados, como de manera indirecta, al contribuir a la reducción de la conflictividad social”, puntualiza el informe y asume como falsa la premisa «que los impuestos a los patrimonios y a sectores altamente beneficiados afecten la inversión de las empresas. «Estos sólo reducen el ahorro o el consumo de los sectores más acaudalados” añade.

En este sentido, afirma que “en la última década la mayor parte de las ganancias de las grandes empresas ha tenido como destino la fuga de capitales, con lo cual la reinversión de las mismas ya era reducida”, conducta  especulativa que además de generar continuas presiones sobre el tipo de cambio, erosioa la recaudación tributaria y el nivel de actividad  económica. 

“No es cierto que el consumo de los ricos derrame hacia abajo, ya que en su mayor parte se trata de bienes suntuarios con un alto contenido importado, por lo cual su contribución a la generación de empleo local es muy reducida”, concluye diciendo el informe.

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