¿Vacunarse es un privilegio de clase en la CABA?

Con largas filas bajo el sol, sin distanciamiento social, demoras y largas esperas, se  dio inicio a la  vacunación de adultos mayores de 80 años y residentes de geriátricos porteños. Las afueras del Estadio Luna Park, uno de los sitios elegidos por el Gobierno de la Ciudad como centro de de vacunación, dio muestra de la desorganización administrativa y sanitaria que caracterizó esta  jornada: filas de varias cuadras, gente amontonada, y adultos mayores esperando parados, a temperatura estival, sin sillas para poder descansar.

Foto: Lara Sartor/Télam

«Estamos esperando hace 45 minutos. Yo puedo aguantar pero hay mucha gente que no, ni sillas pusieron. ¡Y con todas las butacas que hay en el Luna Park! ¡No puede ser!», se quejó una señora.

«Estamos desde las 11.20 con el turno para las 12. Nadie nos ofreció nada para esperar», agregó otra mujer que fue a vacunarse.

Un señor comentó: «Es un desorden increíble esto, es una mala organización; pero bueno, no podemos pedir otra cosa…»
¿De verdad no podemos pedir otra cosa?, se pregunta esta cronista.

«Yo traje dos tías y a mi mamá. A mi mamá no la vacunaron porque tuvo un edema de glotis, está desilusionada. Estamos tratando de calmarla, esperando que en algún momento se pueda vacunar. La vacuna es nueva entonces en casos como el de ella esperan. Ya le pidieron los datos, dicen que la van a llamar», contó una mujer que llevó a sus familiares al centro de vacunación.

Un taxista que acercó al lugar a una mujer de 80 años no daba crédito de lo que veía: «¡Es un desastre, es una vergüenza lo que pasa con los abuelos, hacerlos esperar así! Es un insensible Larreta y todo su equipo. Todo para ellos es poder y dinero, nada más. Espero que a mis 80 no me pasa algo así».

 Foto: Paula Ribas/Télam

También pudieron verse imágenes de largas colas y falta de distanciamiento social en las instalaciones del Club San Lorenzo, ubicado en Avenida La Plata 1770, que fueron difundidas por distintos usuarios de Twitter.

A la tarde, cerca de las 15.30, María esperaba el turno para que vacunen a su padre, mientras un orientador identificado con chaleco verde les acercaba sillas a los mayores, que se sentaban a menos de un metro de distancia con sus acompañantes parados.

«Hay un retraso de una hora, más o menos. Y van llamando por horario. Yo tenía el ingreso por puerta 2, pero no está funcionando el ingreso diferenciado», contó María.

 Lara Sartor/Télam

La jornada de hoy fue la primera de una serie que tiene como meta aplicar 2100 dosis diarias de vacuna Sputnik V a adultos mayores de 80 años y a residentes de geriátricos porteños. 

Fuente/Foto: Télam

 

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