
8M: “Si nosotras paramos, se para el mundo”
por Cristina Peña
Este sábado 8 de marzo, las calles de todo el país se teñirán de violeta y verde, como símbolo de la lucha por los derechos de las mujeres y la igualdad de género. En nuestro país, la historia de los feminismos tiene capítulos significativos; esta jornada, conocida popularmente como el 8M, que históricamente ha sido un espacio para visibilizar reclamos de mujeres y diversidades, se convertirá en un grito de rechazo a las políticas de ajuste aplicadas por el gobierno que encabeza Javier Milei.
El Día Internacional de la Mujer Trabajadora es una conmemoración que, aunque oficialmente designada por la Asamblea General de las Naciones Unidas en 1977, se remonta a más de un siglo atrás. La fecha es un recordatorio de la tragedia ocurrida en 1857, cuando 129 trabajadoras de la fábrica Cotton de Nueva York perdieron la vida en un incendio mientras se manifestaban por mejores condiciones laborales. Este acto de resistencia se convirtió en un símbolo de la lucha por la equidad y la dignidad en el trabajo de la mujer.
El eco de esas mujeres, que tuvieron la valentía de alzar la voz en un tiempo donde poco se valoraban sus aportes, aún resuena en las movilizaciones de hoy. El contexto laboral de aquellas obreras refleja, en muchos aspectos, la situación actual, donde las mujeres siguen enfrentándose a brechas salariales, acosos y violencia de género en el ámbito laboral. La historia del 8M también está marcada por la II Conferencia Internacional de Mujeres Socialistas que tuvo lugar en Copenhague en 1910. Fue allí donde Clara Zetkin, una política alemana, propuso la declaración de un Día de la Mujer Trabajadora, consolidando el espíritu de lucha por los derechos laborales en un contexto internacional. Desde ese entonces, el 8 de marzo se ha convertido en un día no sólo de reivindicación, sino de celebración de los logros alcanzados y una reflexión sobre los retos que aún persisten.
En Argentina, las distintas corrientes de feminismo han estado a la vanguardia de la lucha por los derechos de las mujeres, con hitos significativos que han dado forma a la agenda pública. Desde el histórico pañuelazo por el aborto legal en 2018 hasta las numerosas marchas del Ni Una Menos, el 8M se ha consolidado como un momento clave en el que mujeres de todas las edades, clases sociales y orientaciones se unen bajo una misma consigna: el fin de la violencia de género y la reivindicación de los derechos feministas.
Este sábado, en la ciudad de Buenos Aires, la convocatoria, además de recordar la diversidad y la interseccionalidad dentro del feminismo, intenta ampliar el foco hacia otros sectores de la sociedad que también luchan por sus derechos. Bajo la consigna “Si nosotras paramos, se para el mundo” y ante la urgencia de visibilizar una realidad insostenible, como lo son las políticas de ajuste y la estafa perpetrada por el gobierno de Javier Milei, este 8M confluirán en una misma movilización trabajadores y trabajadoras de la salud de hospitales públicos como Laura Bonaparte y Posadas; sobrevivientes y trabajadores de los Sitios de la Memoria; jubilados y jubiladas que cada miércoles son azotados por la policía de Bullrich frente al Congreso de la Nación; cooperativas de trabajo y producción; organismos defensores de los derechos humanos; gremios docentes; artistas, como también organizaciones sindicales y profesionales.
Brecha de género en aumento
Si bien Javier Milei sigue negando la existencia de desigualdades e insiste en que “en sus versiones más extremas la ideología de género constituye lisa y llanamente abuso infantil” (Davos, enero de 2025), un reciente informe del Centro de Economía Política Argentina (CEPA) arroja un sombrío panorama sobre desigualdad y brecha de género en el primer año de gobierno libertario.
El análisis de la situación al tercer trimestre de 2024 retrata seis brechas de género significativas, cada una de ellas una expresión palpable de la discriminación y la desigualdad que persiste en el país. En primer lugar, la tasa de actividad de las mujeres se sitúa en un 52,1%, un alarmante 18,4 puntos porcentuales menos que la de los varones, que alcanza un 70,5%. Este dato no solo indica un acceso diferencial al mercado laboral, sino que subraya la necesidad de replantear el modelo económico desde una perspectiva de género.
La tasa de desocupación femenina, que asciende al 7,9%, también refleja un incremento en la brecha con respecto a los varones, cuya tasa es de 6,2%. Asimismo, la informalidad laboral ha aumentado, con un 38,7% de las mujeres ocupadas en el sector informal, frente al 35,0% de los varones. Estas cifras son parte de un ciclo de privación que afecta mayormente a las mujeres y a las diversidades de género, quienes se encuentran sobrerrepresentadas en la pobreza, alcanzando un 61,4% de quienes perciben menores ingresos en el país.
Otro aspecto preocupante es la profundización de la brecha salarial; los varones ganan, en promedio, un 27,7% más que las mujeres. Aunque esta brecha se reduce en el ámbito formal a un 21,4%, se dispara a un escalofriante 33,3% en el sector informal. El informe pone de manifiesto que la raíz de estas instalaciones de desigualdad se encuentra en la distribución desproporcionada del trabajo no remunerado, con las mujeres dedicando tres horas más al día a estas tareas que los varones.
Por otro lado, el análisis económico del gobierno de Milei indica que, mientras se perpetúan las desigualdades, también se consolida la masculinización de la riqueza. Alrededor del 65,0% del sector con mayores ingresos son varones, lo que dilata aún más la ya inmensa brecha patrimonial existente. La proporción de mujeres que tributan a impuestos progresivos se reduce, mostrando que son solo el 32,8% de quienes contribuyen a Bienes Personales y el 30,0% de quienes lo hacen a la ganancia. Esta subrepresentación fiscal refuerza las dinámicas desiguales en un contexto donde las decisiones gubernamentales apuntan a la reducción de derechos en lugar de potenciar la igualdad.
La decisión del gobierno de prorrogar el Presupuesto de 2023, manteniendo la discrecionalidad en el gasto, ha llevado a un desmantelamiento de políticas públicas con perspectiva de género. Los programas destinados a reducir las desigualdades, conocidos como PPG, experimentaron una caída significativa del 21,0% en términos reales en 2024. Mientras que el desmantelamiento de programas cruciales, como el patrocinio jurídico a víctimas de violencia y la ejecución de la Educación Sexual Integral (ESI), sobre un 98,7%, resulta inaceptable.
En contraposición a esta tendencia, se registran incrementos en ciertas asignaciones sociales, como la Asignación Universal por Hijo (AUH) y el Programa 1.000 días. Sin embargo, la magnitud de estos aumentos no compensa, ni de lejos, el retroceso que representa el resto de las medidas. La evidencia sugiere que, en la agenda de Javier Milei, la discusión de las políticas de género no es solo un tema de igualdad institucional, sino una cuestión crucial que interroga los cimientos del actual modelo económico y sus efectos devastadores en los sectores más vulnerables de la sociedad, donde son las mujeres quienes están, una vez más, en la primera línea de la desigualdad.
A medida que las voces feministas se elevan con más fuerza en este 8 de marzo de 2025, el desafío radica en visibilizar y combatir estas brechas que continúan expandiéndose, reclamando un futuro donde los derechos, la equidad y la justicia sean accesibles para todos, sin distinción de género. La situación exige, más que nunca, un compromiso feroz con la lucha por la igualdad y la afirmación de que las desigualdades de género son una realidad que no puede ser ignorada, y mucho menos negada.
Femicidios y violencia machista
Entre el 1 de enero y el 28 de febrero, el Observatorio Adriana Zambrano registró 55 femicidios y un femicidio vinculado. Tras la difusión de esta cifra, se sumó el crimen de Giuliana Sosa y un intento de femicidio en Neuquén. Estos datos, recopilados por diversos observatorios ante la falta de cifras oficiales, evidencian la innegable realidad de los femicidios, contradiciendo la postura del gobierno de Javier Milei.
El informe revela que 56 víctimas de femicidio dejaron 51 hijas e hijos huérfanos (el 55% menores de edad), que el 59% de los agresores eran parejas o exparejas, y que el 68% de los asesinatos ocurrieron en el hogar de la víctima. Buenos Aires encabeza la lista de provincias con más casos (24), seguida por Santa Fe (9), Mendoza y Chaco (4).
La Casa del Encuentro advierte que «la violencia hacia mujeres y diversidades se acrecienta en contextos adversos» y critica la «negación de su existencia sumada a la eliminación, desmantelamiento y desfinanciación de los espacios estatales» dedicados a la protección, asistencia y prevención, lo que pone a estos grupos en «peligro constante». Advierten que estos discursos estatales legitiman la violencia machista, incitando a «varones violentos» a concretar agresiones, incluso femicidios.
Además, el informe señala que en CABA, el 30% de los aproximadamente 8 mil llamados diarios al 911 corresponden a casos de violencia de género. La Oficina de Violencia Doméstica de la Corte Suprema (OVD) atendió en enero un 8% más de personas que en el mismo período de 2024, constatando lesiones en 211 casos y derivando 26 de urgencia.
Desocupación y salarios de miseria
El modelo económico de Javier Milei impacta desproporcionadamente en mujeres y diversidades. Según el informe del CEPA, entre noviembre de 2023 y noviembre de 2024 se perdieron 15.748 empleos en el sector de trabajadoras de casas particulares (95,2% mujeres), cuyos ingresos han perdido un 21,8% de poder adquisitivo (valor hora vs inflación) a enero de 2025 respecto a noviembre de 2023.
La docencia (77% mujeres en niveles inicial, primario y secundario) sufrió recortes salariales nominales con la eliminación del FONID, que representaba un 12% del sueldo promedio.
Las jubilaciones mínimas, percibidas mayoritariamente por mujeres (79,4%) a través de moratorias, perdieron un 13,3% de poder adquisitivo en el primer trimestre de 2025 respecto al último trimestre del gobierno anterior, debido al DNU 274/2024 y el congelamiento del bono de $70.000 desde marzo de 2024 (que, ajustado al mismo criterio del haber, debería ser de $145.303). Además, se eliminó la devolución del IVA, que significaba un ingreso extra de $18.800 mensuales, y se realizaron recortes en PAMI.
La no prórroga de la moratoria previsional en marzo de 2025 impedirá jubilarse a 9 de cada 10 mujeres próximas a la edad jubilatoria, quienes deberán optar por la PUAM (80% del haber mínimo, acceso a los 65 años, no pensionable).
El 63% de los beneficiarios del ex programa Potenciar Trabajo son mujeres, cuyo poder adquisitivo cayó un 64,6% entre noviembre de 2023 y marzo de 2025. Para recuperar el nivel de noviembre de 2023, el monto actual debería ser de $220.193,8.
El programa Acompañar, destinado a mujeres y diversidades en contextos de violencia de género, perdió un 29,8% de su poder adquisitivo desde la asunción de Milei. Además, se detuvieron las altas, se redujo la duración de 6 a 3 meses, y se exige denuncia policial, contradiciendo la evidencia sobre el abordaje de violencias.