Distrito Joven: El Pro y la máquina de hacer negocios

El oficialismo porteño logró que se aprobara un proyecto de ley que legaliza concesiones y permisos para explotaciones comerciales ya otorgados ilícitamente en la Costanera Norte sobre terrenos destinados a ser parques de la Ciudad.

 por Antonio Lizzano y Romina Sánchez

La rapidez no siempre indica que se esté actuando bien; pero eso en política parece tener poca importancia, sobre todo si se trata de negocios. En una de las últimas sesiones de 2016, el Pro logró que otro de los temas que impulsaba el Gobierno de Horacio Rodríguez Larreta fuera aprobado de manera relámpago: el Distrito Joven.

En la sesión del jueves 1 de diciembre recibió aprobación inicial una propuesta para destinar un predio lindero al Río de la Plata a la realización de actividades de “esparcimiento para jóvenes”. Según las propias palabras del oficialismo: “Entre las actividades que se podrán realizar allí se destacan las de esparcimiento, incluyendo locales de diversión, culturales, comerciales y servicios de alimentación. El Poder Ejecutivo podrá otorgar en concesión o adjudicación el permiso de ocupación del espacio por un plazo de 10 años”.

El fundamento del proyecto enviado por el Jefe de Gobierno dice: «Se considera prioritaria la regulación de las actividades nocturnas para adultos jóvenes, delimitando un espacio dentro de la Ciudad que, por su lejanía de sectores residenciales, permita absorber el impacto negativo de las mismas, armonizando así la convivencia con los vecinos».

La ley obtuvo 48 votos positivos, 11 negativos y una abstención. El paso siguiente era la Audiencia Pública para luego volver al recinto y ser aprobada de manera definitiva. El Pro también logró superar ese escollo. Generalmente, las Audiencias Públicas son un trámite meramente burocrático que, según todos los antecedentes, nunca ha podido impedir la aprobación de una ley, por más cuestionada y polémica que ésta sea. El Distrito Joven no fue la excepción. De esta forma, el Pro siguió una política de privatización de la Costanera Norte, que viene de los inicios de la década del 90. Y el llamado Distrito Joven se inscribe precisamente en ese esquema.

En los 90 fueron concesionados numerosos predios, siendo los más renombrados los de Punta Carrasco y de Costa Salguero. Estas concesiones empezaron a vencer a partir de 2005. Pero con Mauricio Macri en la Jefatura del Gobierno porteño los espacios no fueron recuperados para la Ciudad, sino que continuaron siendo explotados comercial e ilícitamente por privados. A partir de los vencimientos el Gobierno del Pro  empleó diversos artilugios jurídicos, muchos de ellos violatorios de la Constitución de la Ciudad y leyes locales, a fin de extender la vigencia de las concesiones sobre los predios de la Costanera Norte.

Macri no respetó las leyes de la Ciudad que protegen los espacios verdes públicos y que promueven el incremento de la superficie verde con acceso gratuito e irrestricto a los porteños. En vez de recuperarlos para el uso público y destinarlos a espacios verdes o a actividades que no alteren dicho destino, decidió privatizar nuevamente estos lugares y autorizar así actividades que alteran estas leyes. Entre las actividades autorizadas se encuentran: salón bailable, restaurante, salón de exposiciones o eventos y estacionamiento. Estas actividades están prohibidas en distritos de Urbanización Parque, como lo ha reiterado el Poder Judicial de la Ciudad en diversas causas.

Durante el tratamiento del proyecto de Ley N° 2464-J-2015, que tenía por objeto crear el Distrito Joven y su aprobación inicial, el Observatorio del Derecho a la Ciudad presidido por Jonatan Baldiviezo denunció: “Este proyecto viene a legalizar concesiones y permisos para explotaciones comerciales otorgados ilegalmente sobre terrenos destinados a ser parques de la Ciudad que el GCBA no está autorizado a privatizar por mandato de la Ordenanza N° 46.229”. 

En esta dirección, dijo Baldiviezo a Periódico VAS, el proyecto desafecta alrededor de 5 hectáreas de predios del distrito Urbanización Parque y se las destina al Distrito E4 – Distrito Joven. Además, autoriza a concesionar estos predios por un plazo de hasta diez años.

Así, el Gobierno de Larreta decidió no sólo salvar a estos empresarios gastronómicos y de la noche porteña sino también extender el Distrito Joven a toda la Costanera Norte, para salvar a otros empresarios más con quienes mantiene vínculos desde el inicio de la gestión del Pro.

El ingenioso y sesudo trabajo legislativo del Pro 

Una vez que se aprobó el proyecto en primera lectura, las comisiones de Planeamiento Urbano y de Presupuesto, de Hacienda, Administración Financiera y Política Tributaria despacharon conjuntamente el proyecto de ley, pero con ciertas modificaciones. 

El nuevo texto propone crear el Distrito Área Costera de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires que comprende la franja costera del Río de la Plata y el Distrito Joven – Costanera Norte. Este último, ampliando su polígono a toda la Costanera Norte, abarcando parte de la Reserva Ecológica Ciudad Universitaria-Costanera Norte, la totalidad del Parque de las Américas, el Parque de la Memoria, el Parque Saint Tropez, el Parque Deportivo Costanera Norte, Punta Carrasco y Costa Salguero. 

En este nuevo polígono, se autoriza al Poder Ejecutivo a otorgar en concesión o adjudicación de permisos de ocupación, uso y explotación los espacios de dominio público. Se establece como límite que la superficie de dichos espacios, no podrá superar el 35 por ciento de la superficie total del Distrito Joven – Costanera Norte, que por esta ley se aprueba. También se crea un fondo de mantenimiento, destinándose como mínimo el 35 por ciento de lo producido de las concesiones o adjudicaciones, para sustento e infraestructura de dicho distrito. Y como si todo esto fuera poco para beneficiar a los empresarios, se admitirán los siguientes usos para esos terrenos: 

– Locales de representación o exhibición;
– Locales de cultura;
– Locales deportivos, a excepción de clubes, natatorios y polígonos de tiro;
– Locales de fiesta;
– Locales de diversión.
– Alimentación en general, restaurant, pizzería, grill.
– Bar, café, cervecería, lácteos, heladería, etc.

Todo termina siendo funcional a una iniciativa que lleva el negocio privado en perjuicio del bien público. Y genera múltiples críticas. Periódico VAS dialogó con algunas de las voces que cuestionan la propuesta.  La juntista de la Comuna 13 (Núñez, Belgrano y Colegiales) por la Coalición Cívica-ARI, Romina Braga, criticó que una de las caras visibles de la iniciativa, el director general de Políticas de Juventud de la Ciudad, Fabián Pereyra, se dedicó en la Audiencia Pública a “hablar de programas de índole social, cultural, ecológica y deportiva que no figuraban inicialmente en la propuesta legislativa”. Además, amplió Braga: “Si los predios afectados al planteo se concesionan a locales bailables y restaurantes por una década, la pregunta es: ¿en qué terrenos o en qué superficie se van a hacer los espacios culturales, como las bibliotecas y los centros de estudio prometidos?”. 

Por su parte, el diputado porteño por el Frente de Izquierda y de los Trabajadores (FIT), Marcelo Ramal, cuestionó: “El Distrito Joven legaliza la entrega de espacios públicos a los mismos empresarios de la noche que consumaron el desastre de Time Warp y convierte a la asociación ilícita entre los organizadores de fiestas y narcos en una asociación lícita, o sea, legalizada por el Gobierno de Rodríguez Larreta”. 

En tanto, Andrés Arnone, de la Facultad de Arquitectura, Diseño y Urbanismo consideró acerca de la iniciativa macrista: “El Gobierno de la Ciudad, antes con Macri y ahora con Rodríguez Larreta, sigue con su agenda para construir una ciudad en beneficio de los empresarios inmobiliarios, haciéndola cada vez más inaccesible para los trabajadores. Desde 2005 a la fecha, se aprobaron las cesiones de 170 manzanas públicas a manos privadas, que podrían haberse convertido en parques, viviendas sociales, equipamientos médicos o educativos y centros culturales. Algunas de sus intervenciones -continúa Arnone- fueron la creación de distintos polos económicos para atraer empresarios mediante descuentos de impuestos y el remate a bajo precio de la propiedad pública, mediante la Agencia de Bienes S.E., encargada de vender las tierras públicas del Club Tiro Federal para construir el ‘Distrito de la Innovación’”. ¿El Distrito Joven se ubica en esta dirección?, pregunta Periódico VAS. “Sí, en el camino de profundizar la privatización de los terrenos públicos verdes, el proyecto de  Distrito Joven permite privatizar mediante concesiones hasta el 35 por ciento de la superficie. Esto hace un total de 25 manzanas, por un plazo de hasta 10 años; además de permitir ganar más terrenos al río y hasta permite la instalación de locales flotantes. Y para incentivar a los empresarios del rubro a mudarse a la Costanera, se les harían exenciones impositivas por 10 años”, explica. 

¿Cuáles serán las consecuencias más ostensibles de estos cambios?

“En el plano urbanístico, el proyecto pretende concentrar instalaciones para 50 mil personas, buscando atraer a los 25.000 jóvenes de Ciudad Universitaria y a otros 25.000, que actualmente se distribuyen entre los boliches y bares ubicados en Palermo. Esto tendría el efecto de desbordar la actual infraestructura vial, de transporte público y estacionamiento a un nivel de partido o recital en la cancha de River”, responde Andrés Arnone.

Siempre el mismo final: el negocio 

De acuerdo al Código de Planeamiento de la Ciudad todos estos terrenos, que ahora pasarán a formar parte del polígono del Distrito Joven, tienen zonificación de Urbanización Parque (UP), es decir, deben ser parques y plazas. Algunos de los predios cumplen esta función social y ambiental pero otros, como por ejemplo: Punta Carrasco y Costa Salguero, fueron destinados a explotaciones comerciales (boliches, estacionamientos, hoteles, bares, etc.). Toda la Costanera Norte debe ser, de acuerdo a la normativa porteña, un gran corredor verde. Lamentablemente las concesiones ilegales de los años 90 impidieron que los habitantes de la Ciudad pudieran disfrutar de las grandes extensiones de estos predios. Pero el problema no terminó en esa década: con Macri y ahora con Larreta en el Gobierno porteño no sólo continuó el negocio sino que lo aumentó. Por otra parte, en los años en que Carlos Menem fue presidente, luego de muchos reclamos y acciones de la ciudadanía, se había logrado prohibir la privatización de la Costanera Norte a través de la ordenanza N° 46.229. De modo que no solamente debería existir un gran corredor verde a lo largo de la Costanera Norte, sino que éste debería ser de acceso público y gratuito en toda su extensión y superficie. 

En 1994, la propia Legislatura sancionó la Ordenanza Nº 47.666 que, en el mismo sentido y específicamente respecto de la «Ribera del Río de la Plata», establece: «Prohíbase en la rambla Costanera Norte el otorgamiento de permisos de ocupación, uso y explotación, cualquiera sea su índole».

Todos estos antecedentes sirven para graficar una cantidad de violaciones a la ley debido a la creación del Distrito Joven, llegando incluso al paroxismo de que la Legislatura incumpla leyes que ella misma aprobó.

Es evidente que los tiempos cambiaron. El cambio en la Ciudad llegó hace rato y tiene una impronta: usar la política para hacer negocios. No importa la salud ni el bienestar de la población. Tampoco importan la solidaridad y las personas. Todo es negocio, acumulación y marketing. No hay humanismo, subjetividad o cultura, sólo una concepción de la vida basada en la apropiación y el uso de las cosas (y también de las personas tomadas como cosas). ¿Es posible escapar de esta concepción? Sí. Sin ir más lejos, hace pocos años en la Otra orilla, la ciudad de Montevideo eligió en vez de hacer un puerto profundo para potenciar el comercio, construir una costanera amplia, un paseo arbolado y libre, para la recreación, la cultura y el disfrute de todos los vecinos.

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