Marta Pelloni: «La Fuerza Viene de la Verdad»

entrevista: Mariane Pécora
 
En 1990 tras el asesinato de María Soledad Morales, impulsó las Marchas del Silencio que destronaron a los Saadi de su feudo catamarqueño. Desde entonces no ha cesado en su lucha contra la impunidad, la injusticia, la corrupción y la pobreza. Hace más de diez años reside en la provincia de Corrientes , donde creó la Casa de Derechos Humanos en Curuzú Cuatiá y la Fundación Santa Teresa para el campesinado de Goya. Este año fue una de las mil mujeres nominadas al Premio Nobel de la Paz. A su regreso de la III Cumbre de los Pueblos, Martha Pelloni, reflexiona sobre el abismo existente entre los intereses de los pueblos americanos y de los gobiernos que deberían representarlos.

P.Vas : ¿Cómo se desarrolló y qué balance hace de la III Cumbre de los Pueblos ?

Martha Pelloni : Ha habido una unidad continental muy sólida que se plasmó en un documento donde los pueblos de América manifestamos nuestra voluntad de integración. La Cumbre de los Pueblos es un espacio donde se construyen alternativas e intercambian experiencias solidarias de unidad popular con el propósito de alcanzar una sociedad inclusiva, justa y digna. En este sentido, f ue muy importante la presencia de pueblos originarios de toda América, exigiendo el derecho a sus tierras y a su autodeterminación. En cuanto al derecho al trabajo, la CTA hizo un estudio importante sobre la situación de los trabajadores en nuestro continente, proponiendo la consolidación de la unidad sindical en Latinoamérica. En el ámbito del Encuentro Nacional por una Soberanía Popular, se debatió sobre el ALCA, sobre la Deuda Externa, y se abogó por la no militarización de América Latina. Se reclamó de forma unánime al gobierno argentino el retiro de las tropas en Haití. Y al gobierno de Bush, el retiro de las tropas norteamericanas de Irak y Afganistán. También se le exigió el desbloqueo económico a Cuba y la liberación de los cinco cubanos presos en Miami. En definitiva, creo que la Cumbre de los Pueblos ha sido un éxito porque ha habido unidad de criterios.

P.Vas : ¿Qué análisis hace de la actuación de nuestro país en la Cumbre de las Américas?

Martha Pelloni: Me parece un triunfo la posición del gobierno sobre el ALCA. Vamos a ver qué firman en diciembre durante la Ronda de Doha.. . Nuestro presidente hizo un buen papel en la Cumbre de las Américas. Sin embargo, me quedó un gran interrogante: ¿qué quiso decir Kischner, cuando le pidió a Bush que lidere a los países en vía de desarrollo? Creo que debe aclararlo porque, o lo dijo mal o lo dijo con doble intención. ¿Con qué sistema va a liderar Bush? ¿Con el capitalismo neoliberal? ¿Quién es Bush para liderarnos luego de lo que ha hecho Estados Unidos con los países latinoamericanos?

P.Vas : ¿Qué opina de la presencia de Chávez, Maradona y Bonasso en el acto de cierre de la III Cumbre de los Pueblos?

Martha Pelloni : Chávez es muy carismático y forma conciencia; se ganó la credibilidad y la confianza de su pueblo. No es fácil para un líder bajar de la teoría a lo social y a la vida cotidiana de los pueblos, sobre todo cuando hay una diversidad cultural tan amplia como la de nuestro país; sin embargo aquí todos lo ovacionaron. Maradona es una figura muy carismática, pero adhiero a lo que dijo Pérez Esquivel, me gustaría que participara también en otros eventos populares, sería un gran apoyo para que la gente tome conciencia de la realidad latinoamericana. La imagen de Bonasso se me cayó cuando votó a favor del envío de tropas argentinas a Haití, hasta entonces lo valoraba. Aún rescato algunos aspectos. Pero como político se me vino abajo.

P.Vas : ¿Qué perdimos y qué ganamos por no ingresar al A LCA?

Martha Pelloni: No creo que hayamos perdido en nada. Se dice que en el á rea de Libre Comercio de las Américas todos podemos comerciar. Lo que no se dice es quién se va enriquecer. Se va enriquecer el país que más tiene y que más puede, en este caso Estados Unidos. Mientras no haya reglas justas, equitativas y solidarias con los países en vías de desarrollo, el ALCA no puede existir bajo ningún aspecto. Porque serviría únicamente para enriquecer a las empresas de las grandes potencias y no a los pueblos, con el agravante de que Latinoamérica sufriría un empobrecimiento todavía vez más profundo.

P.Vas : ¿Existen ejemplos de políticas afines a las que se aplicarían a partir del ALCA?

Martha Pelloni: La instalación de las plantas de celulosa en las costas del río Uruguay es una analogía de lo que puede suceder si el ALCA se instala en nuestros países. Sabemos que los desechos de estas papeleras irán al curso de agua ocasionando serias enfermedades a la población. Por eso es que debemos seguir movilizándonos, para evitar este atropello. Algo similar sucede en Formosa, en Bañado de la Estrella. Donde pueblos originarios como los pilará, los huichí, los tobas, junto a criollos y campesinos están movilizados para impedir que una empresa extranjera instale una represa y los despoje de 40.000 hectáreas. No se les puede quitar de esta forma la tierra a sus verdaderos dueños. Ni se puede avalar que el poder lo detente el que más tiene. Si aceptamos ingresar al ALCA, estaremos consintiendo este tipo de atropellos.

P.Vas : ¿Por qué es tan común que se confunda reclamo social con violencia social?

Martha Pelloni : Nosotros creemos que la construcción debe ser pacifica. No debemos dejar que se confunda reclamo social con violencia social. El reclamo social es producto de la crisis en la que estamos sumergidos. Para que acaben las inequidades en nuestro país, no sólo hace falta trabajo digno, hay que lograr también que se redistribuya el ingreso y la riqueza. Quiero creer que el gobierno de Kischner va a pegar un salto de los comedores comunitarios a la creación de trabajo genuino. Porque con 150 pesos de los planes jefes y jefas, lo único que se hace es seguir manteniendo la pobreza. Y eso no es dignidad. Tenemos que aprender a socializar los reclamos, de manera que generen una participación organizativa de construcción.

P.Vas : ¿De qué forma?

M. Pelloni : A través de la construcción de un nuevo humanismo. Precisamente, en esta línea estamos evangelizando dentro de la Iglesia. Hay que devolverle al mundo la humanización que el neoliberalismo le ha quitado.

P.Vas : ¿ Podría especificar esto?

M. Pelloni : El neoliberalismo avasalla a partir de tres vanidades: el afán de poder, el afán de tener, y el afán de placer. Las potencias por la sed de poder matan y subyugan a los pueblos. La guerra de Irak, tiene cómo fin apropiarse de las reservas de petróleo. El placer se ha transformado en consumismo y, aparentemente, el mercado es el único que puede proporcionarlo.

P.Vas : ¿Cuál es la propuesta de este nuevo humanismo?

M. Pelloni : El humanismo revaloriza el concepto de hombre y su función en el mundo. El hombre es dueño y prioridad primera de la creación. Todo está subordinado a él en una dimensión relacional. Por lo tanto, si tenemos un Dios que nos ha entregado el mundo, es para que disfrutemos y participemos del mundo entre todos, no podemos destruirlo. Pero los hombres ponemos cada vez más barreras para excluir. Dios no quiere esto, no hizo una creación para esto. La hizo y la derramó para que todos podamos disfrutar de ella, no debe estar reservada para una elite.

P.Vas : Este, no parece ser el concepto la iglesia tradicional…

Martha Pelloni : (Sonríe). La iglesia tradicional se ha cristalizado en preceptos que no son dogmas teológicos sino leyes humanas, es decir, barreras. El humanismo es absolutamente cristiano, para poder comprenderlo tenemos que imaginar una nueva construcción de la democracia. Porque la democracia se construye, como se construye la ciudadanía.

P.Vas : ¿ Cómo se construye una democracia concebida a partir del humanismo?

Martha Pelloni : Con el concepto de que el hombre puede ser un agente de participación en la medida que aprende a ser un ciudadano con derechos y deberes. La conciencia participativa genera compromiso social, porque aprendemos a querer lo colectivo y a construir desde ese espacio. En este mundo ya no se puede ni vivir solo, ni trabajar solo, ni organizar solo. Debemos aprender a compartir con los otros, respetando el pluralismo, la diversidad y la diferencia. Cada uno, sin perder su identidad, tiene que ser capaz de trabajar con otras identidades. El humanismo propone salvar lo humano, salvar la construcción, salvar la paz de un país.

P.Vas : ¿ Maria Soledad es una metáfora de la realidad latinoamericana?

Martha Pelloni : Es la metáfora de los pueblos latinoamericanos. Es un símbolo del poder y de la inmunidad que gozan los funcionarios del gobierno. El poder les provee dinero. Y el dinero los hace sentirse dueños de la vida de las personas: en este caso, de las jóvenes y adolescentes marginales. Porque una joven que tiene plata, puede poner un abogado y defenderse de muchas maneras; en cambio una marginal va al muere, termina en la acequia.

P.Vas : ¿ De dónde saca tanta fuerza?

Martha Pelloni : La fuerza viene de dos valores. Uno es la verdad (y creo que la realidad te la muestra, no hay que buscarla mucho). El otro valor es la fe puesta en el amor y en el ser humano. Es decir: si amo a ese Dios que elegí como esposo y familia (que es el pueblo y son mis hermanos), renuncio a una familia carnal para tener una familia social. Entonces mi compromiso es con el hermano que tengo cerca. Ahí, es donde está mi humilde trabajo.