San Telmo tiene Memoria

El sábado 16 de marzo las calles de San Telmo se volvieron a iluminar con la edición de una nueva Marcha de las Antorchas en conmemoración de lxs militantes del barrio detenidos-desaparecidos durante la última Dictadura cívico-eclesiástica-militar.

Bajo la consigna «La Memoria es un presente que lucha», desde hace más de dos décadas, cada año, en vísperas del 24 de marzo, cientos de personas realizan esta marcha con el propósito de renovar el compromiso para que Nunca Más haya terrorismo de Estado en nuestro país.

«La Marcha de Antorchas recorre el barrio de San Telmo uniendo las baldosas y las marcas que hicieron compañerxs militantes, vecinxs y organismos de derechos humanos a lo largo de los años. Marcas de la memoria para reivindicar las vidas y las militancias de nuestrxs compañerxs. Marcas para no olvidar, no perdonar y para que nunca más haya un estado terrorista en nuestro país. Cada año el recorrido de la marcha es distinto pero su intención es siempre la misma: poder resignificar el pasado a la luz de los problemas del presente para poder construir el futuro con el que soñaron», dice el documento consensuado entre las distintas organizaciones sociales del barrio que impulsan esta iniciativa.

La Marcha de las Antorchas tiene como propósito, también, volvemos a visibilizar las violencias del pasado para denunciar los abusos del presente.

Declarada de interés para la promoción y defensa de los derechos humanos por la Junta Comunal 1, este sábado, a la caída del sol, la Marcha partió del local de la Asamblea Popular Plaza Dorrego, ubicada en Piedras y San Juan, desde donde fue recorriendo los domicilios de lxs militantes del barrio detenidos-desaparecidos, deteniéndose a leer una semblanza de cada unx de ellxs,  hasta culminar el sitio donde funcionó ex Centro Clandestino Club Atlético, en el bajo autopista de Paseo Colón, donde se encendió una gran silueta y se leyó un documento conjunto.

«Ante la apología del negacionismo, los discursos anti-derechos y las políticas de ajuste, las organizaciones sociales, políticas y sindicales, institucionxs y vecinxs del barrio de San Telmo nos seguimos organizando y resistiendo», comienza diciendo el escrito, que advierte «El giro autoritario del neoliberalismo se expande por el mundo, rompiendo acuerdos de convivencia democráticos, cuestionando y vaciando los Estados, loteando y vendiendo los territorio y construyendo poder sobre la base de la xenofobia, la misoginia y el racismo».

En este sentido, señala «La versión local de estas nuevas derechas, encarnada en Javier Milei y Victoria Villarruel, se instaló mediáticamente como la opción ‘anti establishment’, pero constituye la expresión de lo más rancio del arco político aliado a los grupos económicos y financieros de siempre».

«Milei y su gobierno se posicionan claramente en la línea que une la Dictadura del pasado con la miseria del presente: apoya y sostiene las medidas económicas que la dictadura impuso a sangre y fuego y admira a Carlos Menem, presidente que terminó de rematar la independencia económica y la soberanía política del país, prescindió de la justicia social e indultó a los militares genocidas» apunta el documento, que denuncia al actual Gobierno de negacionista.

«La vicepresidenta Villarruel, nacida del riñón de la casta militar, defiende abiertamente a militares genocidas y pretende terminar con los juicios de lesa humanidad», sentencian y explican que el negacionismo «sigue desapareciendo a nuestrxs compañerxs a quienes seguimos buscando, como seguimos buscando a les nietxs apropiadxs para restituirles la identidad y reunirnos con sus familias».

También, opina que «las políticas de olvido y desmemoria que el Gobierno promueve continúan la tarea de la dictadura: romper el tejido social, desarticular lazos de solidaridad y alentar el individualismo meritocrático y competitivo».

Más adelante el documento puntualiza «Hoy, la doctrina del shock se aplica con la lapicera con la que el gobierno firma decretos y leyes que buscan arrasar con lo público y desguazar al Estado: privatizar servicios y empresas públicas como Aerolíneas Argentinas; entregar los recursos naturales y la soberanía con la derogación de la Ley de Tierras; vaciar la educación y la ciencia congelando el presupuesto de las universidades y amenazando con el cierre de CONICET; retroceder en las conquistas de género con la eliminación del Ministerio de las Mujeres, Géneros y Diversidad, la intención de derogar la Ley de Interrupción Voluntaria del Embarazo y el Matrimonio Igualitario, la desfinanciación de los programas de Protección de Víctimas de Violencia y de Rescate y Acompañamiento a Víctimas de Trata, la eliminación del cupo trans, entre otros ataques a las diversidades sexogenéricas; desguazar la cultura con la venta del Gaumount y el cierre del INCAA; fomentar el racismo y la discriminación con el cierre del INADI; desarmar la asistencia social bajo la excusa de que algunes se aprovechan de ella dejando sin comida a los comedores populares; atacar a la salud pública suspendiendo la entrega de medicamentos; promover el desprecio de lo público cerrando TÉLAM; avanzar con la liberalización la economía destruyendo la industria nacional, como vemos con el cese de actividades de ACINDAR; desregular los precios de los alimentos, el transporte y
anular la Ley de Alquileres».

«El horror es tan grande que no entra en un documento -continúa diciendo el escrito-. La libertad que tanto pregona Milei no es más ni menos que la libertad del mercado, en donde sólo se benefician quienes ya lo controlan. La lista del saqueo es enorme y el daño que produce inconmensurable. No hacen falta estadísticas para saber que en sólo tres meses de gobierno la situación de millones de personas ha empeorado dramáticamente. La política de la crueldad se manifiesta en el sufrimiento innecesario de la gente. Y la política del cinismo queda en evidencia cuando nos dicen que, para mitigar todo este sufrimiento, no hay plata. Pero la hay para el pago de obligaciones de la deuda con acreedores externos y para beneficiar con el régimen de promoción de empresas a la compañía del multimillonario Galperín».

En otro párrafo apunta contra los 17 años de ‘macrismo’ en la Ciudad de Buenos Aires «El ‘cambio’ sigue, mientras se incrementa la emergencia habitacional, se desfinancia la salud pública y la educación, se avanza con la mercantilización de todo lo que pueda ser comprado y vendido: desde los espacios verdes, hasta la cultura, el arte y las mismísimas veredas por donde caminamos. En San Telmo, hoy, la avanzada inmobiliaria y gastronómica dirigida al turismo y a los sectores más pudientes desaloja vecines, expulsa comerciantes y hace al barrio cada día más invivible para quienes lo habitan».

Foto: Asamblea Plaza Dorrego

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