¿Qué son las empresas recuperadas?

por Clarisa Ercolano

La combinación de crisis económicas y tramas patronales que no resignan un solo peso, fueron el coctel explosivo que dio paso a una nueva modalidad laboral: el trabajo autogestivo. En nuestro país este sector conforma casi el 10% del Producto Bruto Nacional.

Cuando el estallido social de diciembre de 2001 impactó con fuerza, cerraron varias empresas que fueron después recuperadas por sus trabajadores, quienes afrontaron continuar la producción a pesar de la decisión de los dueños.
Desde el emblemático hotel Bauen hasta el restaurante Alé Alé, la autogestión logró levantar persianas bajas y mantener puestos de trabajo contra todo tipo de pronósticos agoreros que no conciben la existencia de una empresa sin una patronal típica del capitalismo.

Actualmente, sólo en la ciudad de Buenos Aires, hay 50 empresas que funcionan por la autogestión de sus trabajadores. Por cierto, la cantidad de empresas que pasaron a ser manejadas por los trabajadores aumentó 28 % en los últimos tres años, de acuerdo a un relevamiento realizado en la Ciudad por el Observatorio Social del Instituto de Investigaciones Gino Germani.
Un caso cercano es la imprenta Suárez, una empresa recuperada que imprime la edición gráfica de Periódico VAS y además realiza trabajos de lo más diversos, como cartonería, folletos, estuches, packaging, volantes, revistas y etiquetas. Esta imprenta tiene 80 años de existencia y algunos de sus ahora socios, ex empleados, llevan más de 20 años en el oficio. Con el respaldo de la Red Gráfica lograron la forma cooperativa y consiguieron seguir vigentes, apostando a la calidad y al trato diferencial con sus clientes.
Más de dos mil puestos de trabajo fueron rescatados por la puesta en marcha de estas empresas por parte de sus trabajadores, que abarcan pymes de la actividad gráfica, alimentaria, metalúrgica, gastronómica y textil. Y si alguien puede dudar de cómo funciona una empresa manejada por quienes hasta hace poco fueron empleados, las estadísticas disipan preconceptos: un 75 % de las cooperativas relevadas por el Observatorio de Empresas manifiesta haber mantenido o mejorado los niveles de producción respecto del año anterior.

¿Habrá más Empresas Recuperadas?
Pese al probado funcionamiento, en los últimos dos años Mauricio Macri vetó sin demasiado prolegómenos las leyes de expropiación que declaran de utilidad pública los bienes de las empresas fallidas y los transfieren a las cooperativas para su usufructo. A los fines prácticos esto significa que los emprendimientos de gestión asociativa quedan inmersos en situaciones de precariedad y desprotección respecto a la tenencia de los bienes muebles e inmuebles.
Sin embargo, el desarrollo de estos procesos se potenció por la instalación cultural de la recuperación de empresas, convirtiéndose así en una alternativa conocida y valorada positivamente por los trabajadores para enfrentar el despido. La experiencia acumulada repercute de manera positiva en la existencia de una serie de pasos y acciones cuya ejecución facilita la recuperación. Del mismo modo, los movimientos y organizaciones que nuclean a las empresas recuperadas y las cooperativas de trabajo poseen los conocimientos y recursos organizativos necesarios para incentivar y colaborar con los procesos de recuperación.
Para el Observatorio Gino Germani, una recuperada se define sobre todo por la autogestión obrera de una empresa fallida.
Son pioneros en esta experiencia los trabajadores del Hotel Bauen, actualmente manejado colectivamente por medio de una cooperativa de trabajo, que funciona como hotel y centro de eventos. En el 2003 y con la ayuda del Movimiento de Empresas Recuperadas, estos pioneros lograron ingresar al edifico tras dos años de cierre. Pese al deterioro general, fue recuperado y hoy el Bauen es un centro de actividad política y cultural en Buenos Aires. Se trata de 150 trabajadores asalariados, parte de ellos viven en el propio hotel. Las decisiones son tomadas democráticamente en asamblea general. Una curiosidad para este edifico cuyos orígenes lejos estaban de la democracia, ya que fue construido en 1978 a propósito del Mundial de Fútbol que tuvo lugar durante la última Dictadura cívico-militar, con un préstamo especial que su dueño jamás tuvo que devolver.

Procesos y Recuperadas notables
Cuando corrió el rumor de cierre, los trabajadores de la parrilla Ale Ale se pusieron de acuerdo en no bajar los brazos. Novatos en la materia, pidieron asesoramiento a los trabajadores del Bauen y lograron rescatar la tradicional parrilla de Villa Crespo. Desde que la gestionan, los comentarios de los clientes y el boca a boca fueron su mejor publicidad. Los comensales destacan la buena atención, los precios razonables, el cuidado que se le propina al cliente. Sin embargo, sobre fines del 2013, la palabra desalojo sembró el miedo entre los empleados, ya que por un anterior convenio de los ex dueños, el contrato de locación estaba caído y las posibilidades de renegociar eran escasas. La presión popular y los buenos reflejos de algunos legisladores porteños, ayudaron a que esta parrilla de dos pisos y 300 cubiertos siga su marcha incansable de trabajo.
Industrias Metalúrgicas y Plásticas Argentina (IMPA), es una de las principales empresas recuperadas del país y parte de  la conformación y el desarrollo del Movimiento Nacional de Empresas Recuperadas. IMPA es en facturación la segunda empresa de aluminio del país, procesa y comercializa aluminio en sus fases de fundición, laminación, extrusión e impresión. Y en su gran predio, además, funcionan un centro cultural, un centro de salud, un centro educativo y el canal alternativo Barricada TV, así como otras cooperativas.
Además de la emblemática textil Brukman, la fábrica Lacar también escribe parte de esta historia reciente. Una causa que comenzó en el año 2005 cuando la Defensoría del Pueblo y la ONG La Alameda denunciaron a la marca por trabajo esclavo derivó en un vaciamiento y con los trabajadores en la calle. Los 45 empleados de la firma decidieron asociarse en cooperativa y comenzaron a fabricar cincuenta variedades de camperas, de todos colores y tamaños y al día de hoy mantienen abiertos dos locales y un espacio de venta en la feria de Bompland.

Conclusión
Los ejemplos abundan pero el denominador común persiste. Manejos y desmanejos turbios, ajustes que siempre se hacen por el lado de los trabajadores, y hombres y mujeres que con constancia y amor por su trabajo, logran mantener la persiana en alto. ¿Será la autogestión y la propiedad colectiva una alternativa superadora de las relaciones de producción capitalistas?
Un punto no menor que destaca el estudio del Observatorio Gino Germani es que este fenómeno ha ganado una estima social positiva en amplios sectores de la sociedad, dotando a los procesos de recuperación de empresas de una legitimidad que propicia su viabilidad. En una reciente encuesta, representativa de 600 casos en el Área Metropolitana de Buenos Aires, realizada por el proyecto UBACyT “La cultura de la recuperación de empresas”, junto con el Centro de Estudios para el Desarrollo de la Economía Social en América Latina, se constata que la mayoría de la población conoce estas experiencias, siendo el dato más llamativo que el 89 % de dicho universo las valora positivamente. El elemento central sobre el que se construye esta valoración social es la defensa de la fuente de trabajo: el 80 % de los encuestados fundamenta su valoración con este criterio.

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