Una marcha de octubre, un viajero

Rodolfo Meyer / Rafael Gómez

Hubo, el reciente 27 de octubre, una marcha. Más bien una caravana de autos, la marcha aconsejada en estos tiempos de pandemia. Y la caravana fue para rememorar a un líder político que murió de forma sorpresiva hace diez años. Nos preguntábamos entonces, en una editorial de Periódico VAS: ¿A dónde van a parar los sueños tras la muerte del líder?1
Néstor Kirchner, presidente argentino desde 2003 al 2007, tuvo grandes sueños y grandes logros. La Justicia alcanzó a la Dictadura Militar (un logro). La liquidación del negocio privado y fraudulento de las AFJP (otro logro). El saneamiento del sistema de previsión estatal con una distribución mucho más amplia en los sectores vulnerables (medida en curso). La nueva Ley de Medios que terminará con el monopolio de la información, la manipulación masiva, y que posibilitará el esclarecimiento de la gente (todavía un sueño). La Ley de matrimonio igualitario. La ruptura con el FMI, que imponía recortes en el gasto social (un logro de Kirchner que hace falta actualizar). El desarme del ALCA, ese instrumento imperial que iba a desbaratar nuestra industria (logro de Kirchner). El desarrollo de una economía con superávit. Distribución de la riqueza. Solidaridad social. La promoción de la unión latinoamericana… ¿A dónde están esos sueños? La enorme caravana bulliciosa, abanderada e ilustrada con las imágenes del líder, a diez años de su muerte, es una respuesta.

El 27 de octubre de 2020, Rodolfo Meyer, viajero, miembro y corrector del Periódico VAS, adornó su auto con imágenes de Kirchner, y, solo, se unió a la caravana hasta la Quinta de Olivos. ¿Por qué?
En el 2010, al año siguiente de jubilarme, fui a pasear al noroeste del país. Viajé solo (había enviudado pocos años antes) en tren a Tucumán. Tras recorrer bastante la provincia, llegué en ómnibus a Salta y días después alquilé un auto para seguir a Jujuy. Fue mirando distraído un televisor en un pequeño almacén de Tilcara (casi todo estaba cerrado por el censo nacional) como me enteré de la muerte de Néstor Kirchner. No tengo recuerdos detallados; sólo el de una sensación de asombro, vacío, creo que desamparo (Y ahora, ¿qué?). Llamé por teléfono a Buenos Aires y hablé con mi hijo Alejandro. Me sorprendió su relato sobre una multitud de jóvenes llorando la pérdida. No imaginé esa reacción. Y diez años después reviví aquel momento al participar en la caravana que conmemoró el aniversario, desde Tigre hasta la quinta presidencial en Olivos. Hubo veteranos como yo, pero –a mis 82 años– la enorme mayoría podían ser mis nietos o bisnietos.
Ése es el símbolo, dice Rodolfo Meyer, de nuestro triunfo sobre la aspiración perversa de actores e inspiradores de la Dictadura de 1976, continuada por diversos personajes con los mismos objetivos en distintos momentos de nuestra historia, incluyendo a la reciente pesadilla macrista. Sin embargo, a pesar de torturas, asesinatos, desapariciones, exilios forzados, y sobre todo, de los esfuerzos por intimidar, desalentar y distraer a la juventud, para apartarla de la política y de los ideales de solidaridad, no han tenido éxito. Lo evidencia la presencia y el fervor de multitudes este 27 de octubre. Hoy está bien claro que la milagrosa irrupción de Néstor y Cristina permitió que tantos –con todos los matices que se quieran– recuperásemos la esperanza de procurar una sociedad más justa.
Y volveremos a demostrarlo pronto en las calles todas las veces que sea necesario, termina diciendo Rodolfo Meyer.

La síntesis del líder suele aparecer nítida ante la muerte, decía aquella editorial hace diez años. Ese puñado de sueños y logros fue políticamente Néstor Kirchner. Y ese puñado de sueños y logros no se va con él, queda con nosotros. Viaja con nosotros en marchas de octubre, en todas las marchas, en propuestas y revueltas, en todas las luchas, hasta echar a la pesadilla (como dice Rodolfo), hasta reafirmar los logros y alcanzar los sueños. HLVS.

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1 Ver Periódico VAS del 30/10/2010 La Muerte de Kirchner / El Dolor de un Pueblo
https://www.periodicovas.com/la-muerte-de-kirchner-el-dolor-de-un-pueblo/

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