«Videla se sorprendió cuando le pregunté por los desaparecidos»

El periodista neerlandés Frits Barend recordó que el dictador argentino Jorge Rafael Videla «se sorprendió» cuando le preguntó por los desaparecidos durante la cena de premiación del Mundial 78, en el hotel Plaza de la Ciudad de Buenos Aires, a la que ingresó con la credencial de un futbolista del seleccionado de su país.

«No recuerdo que se haya puesto nervioso pero sí que se sorprendió, no esperaba que le hiciera esa preguntas. Después vinieron a retirarme», dijo Baren a 45 años del Mundial 78.

El periodista contó también que el 1 de junio de aquel año, día de inicio del torneo, fue a ver a las Madres de Plaza de Mayo, quienes le pidieron que «escriba sobre ellas», y que luego de unos minutos se le acercó un hombre para advertirle que «eran prostitutas y mentirosas a las que no debía creerles».

Barend, quien en el Mundial trabajó para el semanario Vrij Nederland, nació en Amsterdam hace 73 años, tiene tres hijos, vive en la ciudad de Amstelveen y trabaja en la actualidad junto a su hija Bárbara en la revista deportiva Helden, que fundó en 2009.

El día en que comenzó la Copa del Mundo entrevistó a las Madres de Plaza de Mayo. ¿Por qué decidió hacerlo? ¿Qué lo motivó a ir a entrevistarlas?

Como hablaba español, decidimos con mi compañero Henk Van Dorp que él fuera a la ceremonia inaugural en el estadio y yo a la Plaza de Mayo, donde esperaba poder ver y conocer a las Madres. Así podríamos escribir una historia mitad desde el estadio, mitad desde la Plaza de Mayo.

 ¿Cómo fue esa experiencia?

Fue una experiencia extraña ingresar en una plaza prácticamente abandonada, un día antes de que estuviera totalmente colmada de gente. Exactamente a las 16 horas del 1 de junio comenzó la Copa del Mundo y a la misma hora unas 20 ó 25 mujeres entraron a la plaza desde distintas direcciones. Me presenté como un periodista de Holanda y les pedí que me contaran sus experiencias. Me rogaron que escribiera acerca de ellas, me dieron flores secas y un número de teléfono. Estaban contentas, me pidieron: «Por favor, escriba sobre nosotras». Los primeros dos o tres minutos éramos los únicos en la plaza y, por lo que recuerdo, dos minutos después llegó un equipo de cámaras de Francia. Después de unos cinco minutos, un hombre llegó a advertirme que esas mujeres eran prostitutas y mentirosas y no debería creerles.

Contó que cuando regresó al hotel en el que se alojaba se reunió con su colega Van Dorp y él le dijo: «Saben que no estabas en el estadio». ¿A qué se refería?

El asiento en el estadio junto a Henk (Van Dorp) quedó vacío. En múltiples ocasiones le preguntaron a Henk dónde estaba su colega, o sea yo, que debía sentarse allí. Henk pretendió no entender a qué se referían, y dijo que yo llegaría. Justo antes del inicio del partido alguien tomó mi asiento, así que sabían que yo no estaba.

En Argentina no quedaron claras las razones por las que el equipo neerlandés no asistió a la cena oficial de clausura. ¿Qué sabe sobre esto?

Decidieron quedarse en el hotel. Tenían sentimientos encontrados, no querían ir a la cena de clausura porque habían perdido y querían estar lejos de la celebración. Nunca fue oficial, sucedió y después todos estaban contentos con la solución.

Junto con el fotógrafo Bert Nienhuis fueron a la cena que se realizó en el hotel Plaza como agasajo del fin del Mundial y se hicieron pasar por jugadores holandeses. ¿Cómo fue conocer a Videla? ¿Puede dar detalles de la conversación que tuvo con él?

Conseguimos las identificaciones de dos jugadores. Ingresamos al salón comedor y tomamos dos lugares en la mesa oficial de la Federación neerlandesa de fútbol. Luego de las entradas y algunos discursos, fuimos a la mesa de Videla, Bert Nienhuis en frente de él para sacar algunas fotos. Prendí mi grabador, felicité a Videla por ganar la Copa y después le pregunté por los desaparecidos, las madres, etc. Agradeció las felicitaciones y después comenzó el diálogo que ‘Vrij Nederland’ describió. Después Videla interrumpió amablemente el diálogo y vinieron a retirarme.

 ¿Videla se puso nervioso?

Estaba sorprendido por mis preguntas, no las esperaba, pero no recuerdo que se haya puesto nervioso.

 ¿Por qué el presidente de la federación holandesa de fútbol estaba «bastante nervioso», como usted señaló?

No estaba contento, pero entendió que no podía hacer ruido o echarme. Tampoco estaba contento con la ausencia de los jugadores y el staff (cuerpo técnico).

En esa fiesta su compañero dejó en una silla el bolso con su pasaporte, se lo robaron y recién pudieron salir del país tres días después. ¿Cómo vivieron esos días?

Fueron bastante terribles. Teníamos un poco de miedo de dejar el hotel. Habíamos sido advertidos en el centro de prensa cuando le di al teletipista mi artículo acerca del último día. Eran muy amables y nos advirtieron: «Tengan cuidado, manténganse juntos». Lo mismo hizo el teletipista cuando ofrecimos nuestro primer artículo acerca de la apertura y la visita a la Plaza de Mayo. Así que dormimos juntos y pusimos una silla contra la puerta mientras intentábamos conseguir un nuevo pasaporte para Bert.

Le pidió ayuda a Dorone Van den Brandele, embajador de su país en Buenos Aires, con quien no tenía una buena relación. ¿Por qué?

Supimos que en la primera semana de la Copa él participaría de una reunión oficial de la Junta fuera de Buenos Aires. Henk, Bert y yo fuimos a esa reunión y publicamos una foto del encuentro. El gobierno holandés no estaba contento con este honor, hasta donde sabemos, así que «le dispararon al mensajero» y no lo ayudaron a conseguir un pasaporte nuevo con rapidez. El embajador, el señor Van den Brandeler, se vengó de nosotros. No nos respondió y no nos ayudó en lo absoluto.

Fuente/Foto: Télam

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