Ya no puedo vivir sin decidir, estoy verde

28/29S: #UnGritoGlobal por el #AbortoLegal



por Ximena Schinca

El 29 de septiembre pasado , alrededor de las 18.30 horas, Verónica (38) llegaba al Congreso como parte de la Marcha Federal #UnGritoGlobal por el #AbortoLegal, que había arrancado a las 17 desde Plaza de Mayo. Junto a Vera y Fausta, sus hijas de 19 meses, Vero arribaba para escuchar, en la voz feminista de Liliana Daunes, el documento consensuado por la Campaña Nacional por el Aborto Legal, Seguro y Gratuito (ALSyG) expresando el repudio popular hacia la “criminalización y revictimización exigiendo #NiMuertasNiPresas por abortar”. Con  pañuelos verdes al cuello, las tres feministas, madre e hijas, despertaban la atención de muchas otras que se plantaban frente al Palacio de los representantes del pueblo, para gritar y exigir que, de una vez por todas, traten el proyecto de Interrupción Voluntaria del Embarazo (IVE), que fue presentado ya seis veces con el apoyo de todos los partidos políticos y lleva doce años sin ser discutido en el honorable edificio.

– Ojalá que cuando ellas sean adolescentes puedan decidir sobre sus cuerpos. Vine acá con ellas para qué empiecen a concientizarse desde ahora y a reclamar por sus derechos–, conversaba Verónica con Periódico VAS, sonrisa oreja-a-oreja.

La preocupación de Verónica por el futuro de sus hijas se apoya en cifras oficiales que señalan a las complicaciones por abortos inseguros como la principal causa evitable de mortalidad de mujeres gestantes en Argentina; que sostienen que, desde la recuperación de la democracia, el genocidio silencioso por abortos se llevó la vida de más de 3 mil mujeres; que denuncian que cada año medio millón se somete a abortos clandestinos, 60.000 terminan en internaciones y más de cien muertas. Son cifras, números, estadísticas, pero, en verdad, son nenas, pibas, adolescentes, chicas, mujeres, lesbianas y trans obligadas al carneo clandestino y al escarnio público por el mismo guantazo de violencia machista que nos repite que el aborto legal no es un tema en la agenda electoral, que no está entre las prioridades de la política institucional, que no es un debate para el que la sociedad  esté preparada, que seguiremos sin poder decidir sobre nuestros cuerpos. El 28 de septiembre fue el “Día de Lucha por la Despenalización y Legalización del Aborto”, una fecha clave en el calendario de la lucha de las feministas sin fronteras que este año se internacionalizó en acciones globales y coordinadas.

“La convocatoria por un grito global tuvo una repercusión enorme, por la gente que acudió a demostrar su apoyo a la legalización del aborto y a este movimiento que se está dando en Argentina y Latinoamérica”, reflexionó Martha Rosenberg, miembra fundadora de la Campaña por el ALSyG, días después de concluida la marcha que reunió a miles en Argentina y el mundo, y para cuya organización se desplegó una transversalidad pocas veces vista en las prácticas políticas.

Durante doce años, las acciones promovidas por la Campaña han logrado  reconocimientos significativos en Latinoamérica y el mundo. Particularmente este año, en Argentina, las acciones del 28 y 29 de septiembre coincidieron con un momento preelectoral y lograron visibilizar la adhesión de distintos grupos políticos que mantenían su apoyo a la legalización del aborto en el clóset de los reclamos que se gritan bajito, como para no importunar a los que cuentan los votos. “El aborto legal es una demanda popular, no es una demanda piantavotos; por el contrario, es una demanda que puede concitar votos”, afirma Rosenberg, y agrega que el 29 “quedó claro que el espacio de la Campaña es un espacio político demandado y peleado por distintos grupos, debido a su pluralidad y extensión territorial y federal”.

 Las abortistas 

Apenas pasadas las 17.30, Marta Alanis, titular de Católicas por el Derecho a Decidir, y Nelly Minyersky, abogada reconocida por su defensa de los derechos de las mujeres, esperan la llegada de las columnas al Congreso mientras toman café en una mesita de la Pizzería Borgia, ubicada en la esquina de Callao y Rivadavia.

– Las víctimas por aborto siempre son las más jóvenes. Hoy nuestra función es que se empoderen por sus derechos–, dice Minyersky, bromea con sus 88 años y señala a Alanis como la joven de la mesa.

– Hay que dejarle el lugar a las nuevas generaciones, entender al feminismo para darle al tema del aborto un lugar fundamental en la lucha contra el patriarcado  y empezar a usar un lenguaje que se entienda–, enfatiza Alanis y cuenta que un “aliado” la llamó preocupada consultando por un grupo que en la plaza llevaba carteles con la leyenda “vientres libres” –. Creyó que se trataba de un grupo anti-derechos–, explica con una sonrisa crítica de los academicismos feministas.

– El trabajo de la Campaña por el Aborto es admirable; en mi época, no podíamos ni hablar de divorcio–, sintetiza Minyersky décadas de lucha.

Malena y Abril tienen 18 años, son estudiantes del Carlos Pellegrini y es la primera vez que vienen a una marcha para esta fecha. “No sé por qué no vine antes, siempre estuve a favor del aborto”, reconoce Male y agrega que participó en el Paro Internacional del 8 de marzo y de la manifestaciones Ni Una Menos. Desde el escenario plantado frente al Congreso, Daunes lee el documento: “Despenalizar y legalizar el aborto es admitir que no hay una única manera válida de enfrentar el dilema que supone un embarazo no deseado. Es reconocer la dignidad, la autoridad, la capacidad y el derecho de las mujeres para resolverlos y dirigir sus vidas. Es aceptar que decidir sobre el propio cuerpo es un derecho personalísimo, el primer territorio de ciudadanía de todo ser humano. Cinco países con leyes completamente restrictivas de aborto”. A metros del escenario, una mujer de remera verde observa con su hijo de casi dos años en brazos y pañuelo verde al cuello:

– Yo elegí ser mamá, quiero que todas tengan la misma posibilidad–, dice y responde al por qué viniste.

Tras el éxito de la convocatoria, la feminista Celeste Mac Dougall concluyó: “Se evidenció que el aborto es un reclamo central y fundamental del movimiento de mujeres. Ahora los legisladores tienen la responsabilidad de debatir y dar cuenta de lo que sucedió este 29 de septiembre”.

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