#25N. Las cosas no han cambiado

por Mariane Pécora

La violencia contra la mujer es una de las violaciones más persistentes de los derechos humanos. Se estima que una de cada tres mujeres en el mundo ha sido víctima de algún tipo de violencia física, sexual o psicológica. El abuso económico, emocional o sexual, la explotación laboral o sexual, el maltrato físico o psicológico, la discriminación, la desigualdad salarial y de oportunidades respecto a los hombres, corresponden a esta tipología. Violencia contra la mujer.

En 1993, la Asamblea General de las Naciones Unidas, definió como violencia hacia la mujer a todo acto de la vida privada o pública que dé lugar a un daño o sufrimiento físico, sexual o psicológico, incluyendo la amenaza, la coerción o la privación arbitraria de la libertad. En 1999 se designó el 25 de noviembre como Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer, en memoria de las hermanas Mirabal, activistas políticas dominicanas asesinadas por órdenes del dictador Rafael Leónidas Trujillo. En ese mismo acto, las Naciones Unidas instó a los gobiernos, organizaciones internacionales y organizaciones no gubernamentales a llevar a cabo actividades dirigidas a sensibilizar a la sociedad al respecto, y hacer de esta fecha una toma de conciencia internacional.  Cada Estado tiene la obligación de erradicar, prevenir y tratar las causas de la violencia contra la mujer, como también investigar, enjuiciar y castigar a los agresores.

En nuestro país la violencia contra la mujer es cotidiana y permanente. Las políticas de ajuste económico, el desempleo y la precariedad laboral son algunos de los factores que inciden a diario en la vida de las mujeres. Si bien desde 2009 está vigente la ley 26.485 de prevención, sanción y erradicación de la violencia contra las mujeres, las políticas tendientes a garantizar un plano de igualdad respecto a los hombres son nulas. Un informe elaborado por la organización feminista Mujeres de la Matria Latinoamericana (MuMaLá), da cuenta de que la cifra de femicidios no decrece: cada treinta horas una mujer es asesinada en nuestro país, víctima de la violencia machista.

El relevamiento, realizado entre el 1 de enero y el 17 de noviembre de este año, señala que en 11 meses se registraron 254 femicidios en todo el territorio nacional, de los cuales, 31 corresponden a femicidios vinculados o asesinatos cometidos por hombres a personas cercanas contra la mujer de la cual se quiere tomar venganza: parejas actuales, hijos/as, familiares. De estos crímenes, 12 corresponden a mujeres y niñas, en tanto que 19 a hombres y niños. El informe también da cuenta de 4 travesticidios.
“La falta de garantías al acceso a la justicia de las mujeres que denunciaron y/o pidieron ayuda, constituye una de las causales más comunes en estos crímenes”, enfatiza la coordinadora nacional de la organización MuMaLá, Raquel Vivanco. “El 18% de las mujeres asesinadas habían realizado denuncias previas, de las cuales el 12% tenía medidas de protección dictadas por la justicia. Este dato indica que estos femicidios se podrían haber evitado”, agrega y denuncia la ausencia de políticas públicas que garanticen protección y asistencia integral a las mujeres.

Al no existir cifras oficiales, la organización  MuMaLá, elaboró este informe a partir del análisis de las noticias publicadas en medios gráficos y digitales de todo el país. De los 254 femicidios relevados, el 75% de estos crímenes fueron cometidos por hombres del círculo íntimo de la víctima, y el 65% de ellos en su propio domicilio. Esta referencia guarda una estrecha relación con la información vertida por la Organización de las Naciones Unidas, donde se da cuenta de que casi la mitad de los femicidios en todo el mundo son llevados a cabo por la pareja o por un familiar de la víctima.
Entre las modalidades usadas para cometer los femicidios, el informe de MuMaLá, indica que el 29% de las víctimas fueron asesinadas con armas blancas, el 24% con armas de fuego, el 17% a golpes, el 18% asfixiadas, el 4% quemadas, el 5% atropelladas, envenenadas o empujadas desde un balcón y no existen datos del 3% de estos crímenes.
Respecto de las edades de las víctimas, el 65% corresponde a mujeres de entre 21 y 60 años, el 32% a jóvenes de entre 15 y 25 años y el porcentaje restante a niñas y menores.
El 9% de las víctimas fueron violadas o abusadas y el 18% estuvieron desaparecidas.  El 52% de estas mujeres eran madres, por lo cual, 255 niños y niñas quedaron huérfanos; el 7% estaban embarazadas y el 5% se encontraba en situación de prostitución.
El 66% de los agresores tiene entre 19 y 60 años, de los cuales, el 8% formaba parte de las fuerzas de seguridad. Y el 11% de los victimarios se suicidó luego de cometer el crimen.

La provincia de Buenos Aires, es la zona donde se llevaron a cabo la mayoría de los femicidios (88 casos), siguiéndole en menor proporción Santa Fe (24), Córdoba (23), Salta (20) y Santiago del Estero (17).

 

“En la ciudad de Buenos Aires, entre el 1 de enero y el 17 de noviembre del 2017 se registraron 16 casos de femicidios, mientras que durante todo el año pasado registramos 13 casos. Estas cifras dan cuenta de un aumento de los femicidios en una ciudad que, al igual que el resto de las provincias, asigna un muy escaso presupuesto a las áreas responsables de ejecutar políticas públicas de prevención contra la violencia hacia las mujeres”, señala Raquel Vivanco a Periódico VAS, y agrega: “El Observatorio de la Violencia hacia las Mujeres, que depende de la Secretaria de la Mujer, no produce estadísticas propias y mantiene una asistencia deficitaria a las víctimas. Algo inconcebible en la ciudad con mayores recursos del país”.
En cuanto a las políticas aplicadas desde la esfera nacional, la coordinadora de MuMaLá, indicó: “A la falta de campañas de sensibilización y prevención de alcance nacional para combatir la violencia hacia las mujeres, se suma la no aplicación de la ley 26.150 de Educación Sexual Integral, cuyos contenidos son determinantes para la prevención de la violencia en el noviazgo y en los embarazos adolescentes”. Al respecto, Raquel Vivanco, denuncia: “Tanto el Gobierno nacional como los gobiernos provinciales se niegan a asignar partidas presupuestarias para erradicar el flagelo de la violencia machista en nuestro país. En 2017 en el presupuesto nacional representó tan solo $8,50 por mujer y en el presupuesto 2018, que se votará en los próximos días en el Congreso nacional, ni siquiera se tiene asignada esa partida”.

Este es el panorama con el que arribamos al Día de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer, que se celebrará el viernes 24 de noviembre con concentración, asambleas y una gran marcha de protesta desde el Congreso nacional hasta Plaza de Mayo. Porque para las mujeres las cosas no han cambiado. Empeoraron.

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