#8M: Nos sobran los motivos

por Mariela Acevedo*

A pocas semanas de que se realice el nuevo paro internacional que -el 8 de marzo- convoca a mujeres, lesbianas, travestis y trans, la agenda feminista puntualiza demandas y repasa lo logrado y todo lo que aún falta.

Vivas y libres nos queremos
Febrero comenzó con números estremecedores: sólo en el primer mes del año se registraron 32 crímenes de odio entre femicidios y transfemicidios/travesticidios.1 Hay que decirlo claramente: es una guerra contra las expresiones de género femeninas y no binarias. Y no importa acá si naciste con conchita, si llegaste al feminismo cuando el feminismo tocaba en Cemento o si leíste toda la biblioteca de Butler, Preciado y compañía antes de sumarte a la asamblea. Tampoco si sostenés que la prostitución es un flash que te empodera o te parece que el trabajo sexual es terrible sólo cuando está tarifado. Esa discusión la podemos tener otro día. Nos matan: a los 2, o a los 13, o a los 17, o a los 35, o a los 47, o a los 68. Algunos son maridos o hijos, hay un sobrino en la cuenta también, deciles puteros o clientes, compañeros…o también “víctimas del patriarcado” que luego de matar huyen o se suicidan. Lo cierto es que lo hacen con saña y sin asco. Nos tiran a la basura, en La Pampa, en Chaco, Salta o en Buenos Aires. Las cifras no son cifras: son historias, marcadas por la violencia… con un final anunciado.
Carla Soggiú (28) utilizó en tres oportunidades el botón antipánico al que accedió luego de denunciar la brutalidad a la que era sometida por su ex pareja. Era una sobreviviente hasta que apareció flotando en las aguas del Riachuelo. El botón antipánico solo, sin la presencia del Estado, solamente alerta del peligro: falta empatía con las víctimas, políticas públicas y presupuesto real para llegar a tiempo. Hay un pedido de informe presentado por Victoria Montenegro y Paula Penacca en la Legislatura porteña para obtener respuestas del Ejecutivo por este caso puntual, porque según informan algunos portales, el contrato con la empresa que debía cumplir el servicio de monitoreo había vencido y la Ciudad no lo había renovado. Pero más allá de la desidia de la gestión de Horacio Rodríguez Larreta ¿cuánto vale la vida de las mujeres? Fueron 22 femicidios sólo en enero a nivel nacional, ¿no requiere una acción inmediata?
Los transfemicidios y travesticidios también se incrementaron del año pasado a éste que recién inicia. El asesinato de Laly Heredia (36) en Camino de Cintura (La Matanza, pcia de Bs. As.) se vislumbra como parte de una trama policial que exigía pagos de hasta dos mil pesos para ejercer la prostitución, según informa Consuelo Cabral en La Nueva Mañana. Fueron ocho balas -de un arma 9 mm similar a las que usa la bonaerense- y una de ellas impactó en el cuerpo de la joven. Laly Heredia es la décima víctima travesti /trans en lo que va del año. Pero a las muertes violentas hay que sumarle el travesticidio social: la falta de una mirada colectiva amorosa que no expulse y deje a la intemperie a quienes más necesitan la protección del Estado; y, otra vez, empatía con las víctimas, presupuesto y políticas públicas.
Debe y haber

Si hacemos un balance de la situación podemos ver algunas luces…y algunos focos de incendio que necesitan atención urgente. Por un lado, el 2018 fue el año en el que la marea verde nos hizo sentir parte de un colectivo amplio, diverso, poderoso. No sólo por los debates, movilizaciones y esa alianza transgeneracional, interclasista, disidente y estruendosa que se tradujo en cuerpos abrazados y emocionados en las calles; también por lo que significó dejar de callar las violencias en el rock, en los espacios partidarios, en las familias, en las más variadas instituciones desde la iglesia al consultorio médico, pasando por la tele y la escuela. Ahí, en todas partes se levantaba una voz que se multiplicaba: fue grito, catarsis, furia y llanto. Fue y es tremendo: se reprodujo en carteles, en fotos y dibujos, canciones. Todo eso en pocos meses.
Y con ese vendaval la ESI -la educación sexual que queremos integral e interseccional- volvió a ser reclamo: ahí parecía que nos habíamos puesto de acuerdo en reclamar la implementación efectiva a troche y moche, y entonces apareció la denuncia a “la ideología de género” y el “No te metas con mis hijos”. Y con eso, la idea de circunscribir las discusiones a lo que llaman “realidad biológica” porque suponen que estudiando anatomía no cuestionaremos desigualdades, opresiones y exclusiones. Porque imaginan que hablando de órganos y aparatos no mencionaremos prácticas, exploraciones, negociaciones, que es necesario poner en palabras y hacer explícitas, siempre. Claro que queremos cuidarnos, -cuerpo y emociones, propias y ajenas- y también queremos sentir placer y poder saber y decidir.
Estamos en el siglo XXI, una de chica imaginaba rayos teletransportadores y viajes interestelares y la cruda realidad es que una tiene que estar lidiando con la Edad Media y explicando que si un medio de comunicación editorializa celebrando la violación de una niña, hay un problema. Porque ahora quienes se horrorizaban del pañuelo verde quieren obligar a niñas de once años a parir llamándolas “madrazas”. No vamos a discutir nuevamente la Interrupción Legal del Embarazo (la ILE es un derecho desde 1921 y está garantizada por la Corte Suprema de Justicia por el fallo F.A.L desde 2012), lo que no vamos a abandonar es el proyecto de IVE (Interrupción Voluntaria del Embarazo). Todo parece indicar que en marzo, la Campaña por el Aborto Legal, Seguro y Gratuito presentará el proyecto a las Cámaras nuevamente. Habrá que ver si insistir con el mismo proyecto, con la misma composición de legisladoras y legisladores en un año electoral, tiene chances…por lo pronto hay que exigir la distribución gratuita de misoprostol en los centros de salud y garantizar el acceso a la ILE en los barrios.
Entre los avances legales que tenemos que seguir de cerca y presionar para su cumplimiento efectivo se encuentra la Ley Micaela y la Ley Brisa. La Ley Micaela lleva su nombre por Micaela García, víctima de femicidio en Gualeguay y contempla la formación en perspectiva de género para todos los funcionarios de los tres poderes del Estado: la necesidad de su implementación se justifica sola cuando leemos fallos aberrantes como el que condenó por venta de estupefacientes a los acusados por el crimen de Lucía Pérez en Mar del Plata. Los tres magistrados dieron cátedra de cultura misógina por escrito y sin consecuencias: revisaron la vida privada de la víctima, justificaron a los agresores y disciplinaron con su fallo a las futuras denunciantes. La pregunta que cabe es, ¿hay presupuesto -recursos humanos y materiales- para la formación de agentes del estado? ¿O el plan es achicar el estado hasta que haya una planta mínima que entre en un aula de alguna universidad privada? Esto último es una broma….ehhh, bueno, sigamos. La Ley Brisa, cuyo trámite en ANSES ya se puede efectivizar, contempla una compensación económica equivalente a una jubilación mínima para hijas e hijos huérfanos por femicidio. De esta forma, el Estado reconoce su responsabilidad al no haber evitado la muerte violenta de mujeres en situaciones en las que podría haber intervenido a tiempo, por ejemplo a través de la ESI, los centros de salud, las campañas de bien público, la formación con perspectiva de género de docentes, agentes policiales y judiciales, entre otras políticas públicas que tiene la obligación de llevar adelante para garantizar el cumplimiento de derechos humanos de la ciudadanía. Falta contemplar en esta dimensión de restitución de derechos al colectivo travesti/trans que, la Ley de Identidad de Género -sancionada en 2012, que reconoce el género autopercibido- abre la puerta para demandar al Estado acciones reparatorias por la vulneración histórica perpetrada a sus derechos más básicos.

Organizarse para sumarse al Paro
Quienes nos movilizamos el 8 de marzo tenemos cita los viernes de febrero en la Mutual Sentimiento para darle forma al Paro Feminista. Las demandas son muchas, la potencia es palpable tanto como las diferencias. Hay un piso de consensos del que no podemos movernos: el 8M convoca al sujeto del feminismo que no se recorta sólo sobre quienes fueron asignadas mujeres al nacer por un médico de turno, sino que quienes somos parte construimos una identidad compleja en la que interviene nuestra corporalidad y su expresión en múltiples dimensiones, nuestra experiencia en el mundo. Ese espacio no es individual, no es un yo o una suma de yoes, sino un tejido de afectos y afinidades que nos permite pensarnos colectivamente, discutir fieramente y entender que el feminismo nos protege de la precariedad a la que nos empuja un sistema que nos quiere funcionales, produciendo y gastando. El feminismo que armamos es sudaca, está hecho de partes apropiadas, de noches compartidas, de calle y plaza, con madres y abuelas, tortas, putas y travas, de pasiones rebeldes, de desobediencias cómplices, de lecturas torcidas y cancioneros inventados. No hay posibilidades de que seamos una masa compacta y homogénea, definitiva, exclusiva, de un mismo color y textura.
Hace un par de días se cumplió otro aniversario de la partida de la Comandanta Mariposa Lohana Berkins. En las redes otra batalla sorda: indignadas en uno y otro lado por la apropiación de una Lohana lavada de abolicionismo para algunas, recordada al uso a pesar de su travestidad para otrxs. La ausencia de Lohana y de Diana Sacayán se nota en esa imposibilidad: justo en ese cruce inédito e inaudito que es nuestro feminismo disidente y radical estaban ellas, imaginando otro mundo; ese es nuestro desafío, porque como decía Lohana,»en un mundo de gusanos capitalistas, hay que tener coraje para ser mariposa”.


*Mariela Acevedo es feminista, licenciada en comunicación y docente. Administra el portal feminismo gráfico y es editora de Revista Clítoris. Escribe, da clases y realiza tareas de investigación en el campo de la comunicación, la salud, los géneros y las sexualidades.


1. Nota de la editora: Según el relevamiento, realizado partir del análisis de medios gráficos y digitales de todo el país, por el Observatorio “Ahora Que si Nos Ven”, en los primeros 19 días de febrero se registraron 20 femicidios y 1 travesticidio. Lo que arroja la alarmante cifra de 1 femicidio cada 23 horas.
Ante el incremento de los femicidios en el país, Raquel Vivanco, presidenta del Observatorio, manifestó: “la violencia machista no nos da tregua y el Estado sigue sin dar respuestas, el 17% de las mujeres asesinadas había realizado denuncias contra sus agresores y el 15% de las mismas tenía medidas de protección dictadas por la justicia».
«Las mujeres y las disidencias sexuales estamos en estado de emergencia, el gobierno de Mauricio Macri al igual que los gobiernos provinciales siguen sin tomar medidas urgentes para garantizar los DDHH a más del 50% de la población y destinar para ello mayores partidas presupuestarias para la prevención sanción y erradicación de la violencia de género en la Argentina”, agregó Vivanco.

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