A un año del 3 de Junio: dijimos #NiUnaMenos y fueron muchas más

por Raquel Vivanco (*)

Nos acercamos al primer aniversario de la masiva concentración por #NiUnaMenos, jornada que significó un antes y un después en la lucha por la visibilización de la violencia machista en la Argentina. Su impulso se debió al hartazgo ogeneralizado frente a los femicidios, siendo el detonante el asesinato de la adolescente Chiara Páez, de tan sólo 14 años, a manos de su novio de 16, quien la mató a golpes y luego la enterró en el fondo de su casa, en mayo del 2015 en Rufino, provincia de Santa Fe.
A un año, el #NiUnaMenos sigue estando vigente y constituye una multiplicidad de demandas dirigidas, principalmente, al Estado Nacional ya que es quien tiene la obligación de garantizar el verdadero reconocimiento y goce de nuestros derechos humanos a nosotras, las mujeres. Muchos anuncios se hicieron luego del 3 de junio, pero lo cierto es que nada cambió: cada 30 horas una mujer es asesinada por el sólo hecho de serlo en la Argentina.
El Poder Ejecutivo Nacional a través del Consejo Nacional de las Mujeres debe llevar adelante la implementación de la ley 26.485, sancionada en el año 2009, y poner en marcha el Plan Nacional de Acción para la Prevención, Asistencia y Erradicación de la Violencia contra las Mujeres, que esa ley le encomienda. Sin embargo, el presupuesto con el que cuenta este órgano para el año 2016 representa tan sólo el 0,0055% del total del presupuesto nacional, lo que equivale a $4,50 por mujer para prevenir la violencia machista, cifra que habla por si sola.
De igual manera, el Poder Judicial tiene la obligación de garantizar el acceso rápido y efectivo a la Justicia a las miles de mujeres que, atravesando una situación de violencia, deciden dar el paso decisivo hacia la intervención judicial, que debe ser gratuito y especializado. Del mismo modo, los órganos de administración de justicia deben incorporar la perspectiva de género en sus decisiones para no seguir revictimizando a las mujeres y garantizar el cumplimiento de las medidas de protección necesarias; muchas mujeres se juegan la vida en ello.
Por su parte, el Poder Legislativo debe incorporar a su agenda demandas históricas y urgentes como la legalización de la Interrupción Voluntaria del Embarazo (IVE). Hay que terminar con la clandestinidad del aborto, práctica que representa la principal causa de mortalidad de mujeres gestantes en nuestro país desde hace décadas. Como también debe impulsar fuertemente el debate para alcanzar la paridad en todos los lugares de decisión. Las mujeres somos más del 50% de la sociedad, no es posible concebir una democracia sin participación igualitaria.
Otro tanto de responsabilidad le cabe a los medios de comunicación. Estos juegan un rol determinante a la hora de perpetuar la desigualdad entre los géneros.
La violencia contra las mujeres es la resultante de las desiguales relaciones de poder. La falta de reconocimiento y valoración al trabajo que desarrollamos las mujeres en el hogar es uno de los principales obstáculos a remover para alcanzar el #NiUnaMenos.

(*) Coordinadora nacional de Mujeres de la Matria Latinoamericana (MuMaLá)

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