Argentina es un país afro

por Miranda Carrete

El 25 de Julio se conmemora el día de la Mujer Afrolatina, Afrocaribeña y de la Diáspora. Una fecha que fue instituida en 1992, y refiere al encuentro que se celebró ese mismo año en República Dominicana, donde mujeres negras de 32 países de América Latina y el Caribe decidieron visibilizar sus luchas y definir estrategias políticas para enfrentar el racismo desde una perspectiva de género. A más de 30 años de aquella fecha, mientras transitamos un año electoral y entendiendo que Argentina se construyó sobre un mito de nación blanca, nos preguntamos:  ¿Hay representación política afro en el Congreso? ¿Existen políticas públicas que piensen la equidad de género con interseccionalidad? ¿Cuáles son las principales dificultades en el acceso al trabajo para las personas afro feminizadas? ¿Es Argentina un país racista? Para responder algunas de estas preguntas y reflexionar sobre el lugar de las mujeres afro en la política, conversamos con Xiomara Mendoza Rosado, afroargentina y militante antirracista.

“En 2019 sufrí un episodio de discriminación y ése fue mi momento de quiebre, cuenta Xiomara. Un sábado a la noche fue a bailar con sus amigas a un boliche en Ramos Mejía (Pcia. de Buenos Aires) y no la dejaron pasar por ser una persona negra. “Me decían que cumplía el perfil de una mujer colombiana que había robado dentro del boliche hacía unas semanas,  me apartaron de la fila y me violentaron”, cuenta Xiomara sobre el día que su vida cambió por completo. Intentó hacer la denuncia en varias oportunidades, pero no logró que la causa avanzara porque los responsables del local bailable jamás se presentaron.
A partir de esa situación de discriminación Xiomara comenzó a reflexionar sobre su identidad afro. Ya era militante política y lo siente como un momento bisagra dentro del activismo. La familia de Xiomara es migrante peruana, se instalaron en este país en la década de los ’90. Ella recuerda que cuando su papá era joven militaba en una agrupación afro en Perú, también reconoce que hubo una gran contención por parte de ellxs durante toda su vida: “Crecí sabiendo que tenemos una gran brecha las mujeres afro y sufrimos mucho racismo diario, pero me costó empezar a visualizar ciertas cosas cotidianas, ahí fue que entendí que nada que lo que me pasaba era casual. Era racismo”, afirma. Se refiere a su situación laboral; para Xiomara fue impactante darse cuenta de que había estado años buscando trabajo en el ámbito privado  mientras estudiaba, sin embargo a ningún estudio jurídico le cerraba su perfil y la rechazaban. “Tenía un buen currículum pero no me tomaban, tampoco me daban algún tipo de explicación. Con el tiempo me di cuenta  de que no me elegían por ser una mujer negra. Priorizan a una mujer blanca hegemónica, acorde a la imagen de la empresa”.

Hoy Xiomara es abogada con orientación en  Derecho del Trabajo y la Seguridad Social, e integra el Programa Nacional Afrodescendencias y Derechos  Humanos de la Secretaría de  Derechos Humanos de la Nación. Con esta herramienta muchas cosas se allanaron, pero en su momento como estudiante se sintió excluida del mercado laboral. Ahora los desafíos son otros, uno de ellos el techo de “plomo” que viven las mujeres afro en el acceso a puestos de poder: “Es casi imposible erradicar esa diferencia, tenemos un acceso sumamente restringido al trabajo”.

La afro argentinidad en el Estado
No es lo mismo ser una mujer blanca que ser una mujer negra, hay una gran diferencia en la sociedad y en las representaciones. En las listas el 50% tienen que ser mujeres, pero de ese 50% son todas mujeres blancas”, reprocha Xiomara haciendo referencia a la ley de paridad de género en ámbitos de representación política .  Hasta el momento, de los 72 senadores y 257 diputados que representan al pueblo argentino en el Congreso, ningunx se presenta como portavoz de la comunidad afroargentina. Xiomara confirma lo imaginado: no hay representantes en el poder legislativo o ejecutivo. En ese sentido destaca el trabajo que realiza María Gabriela Pérez, a cargo de la Comisión para el Reconocimiento Histórico de la Comunidad Afroargentina. Un puesto clave para recuperar y visibilizar la historia afro.

La abogada y militante antiracista reconoce que es un gran problema que no existan representantes afroargentinos en el poder político, ya que a la hora de diseñar políticas públicas “hay personas que acompañan y están comprometidas con nuestra comunidad y nuestra lucha, pero cuesta entender la urgencia y la necesidad de obtención de políticas que nos interpelen”. Es por eso que subraya la importancia de que exista el  Programa Nacional Afrodescendencias y Derechos  Humanos de la Secretaría de  Derechos Humanos de la Nación y la Comisión para el reconocimiento histórico, dos espacios que se lograron gracias a la lucha de las organizaciones civiles y afro; “una no puede andar pidiendo permiso para la obtención de un derecho” y suma que muchas mujeres, lesbianas, travestis y trans, de descendencia afro, no pueden participar en la vida política  porque están cumpliendo roles de cuidado, trabajo doméstico, trabajo sexual…, constantemente precarizadas. Otro inconveniente es la barrera idiomática que emerge en muchos casos; “es el sector más marginal que tenemos como sociedad”, concluye.

La mujer negra en la historia Argentina
Hay muchas generaciones de personas afro en Argentina, sin embargo la negritud sigue siendo una identidad que se niega e invisibiliza en nuestro país. En el censo que se realizó el año pasado, una de las 61 preguntas que se formularon era: ¿Se reconoce afrodescendiente o tiene antepasados negros o africanos? Esta fue la primera vez que una pregunta hacía referencia a este tema. En esa línea, el informe del Censo 2010 indicó que “la construcción de la idea del progresivo ’emblanquecimiento’ de la sociedad argentina comienza en el último cuarto del siglo XIX con el aluvión migratorio de europeos, con predominancia de oriundos de Italia y España. Con esta influencia se inicia la construcción de un proyecto nacional cuyo correlato es una visión de la historia que relega al pasado a tipos sociales relacionados con el origen africano”. La historia quiso borrar durante más de 200 años esa cultura, sin embargo persiste. Xiomara destaca la importancia de reconocer a las representantes afro que estuvieron presentes durante el proceso independentista: “existe el concepto de que en Argentina no hay negros y que no estuvieron en la conformación de nuestra de nuestra República, pero eso no es real; María Remedios del Valle es una de las madres de la Patria por ejemplo”.

Lxs africanxs y afrodescendientes participaron en todas las acciones bélicas de la Argentina. La abogada explica que hubo tres olas migratorias, la primera la esclavista, la segunda, protagonizada por latinoamericanxs y de países limítrofes, en 1990 y, una  tercera, más contemporánea, de los países provenientes del continente africano.  Ahora, ¿cuáles son las representaciones de “próceres” o “padres” de la Patria que nos enseñan en la escuela? ¿Quiénes son lxs representantes de la independencia? ¿Es Argentina un país afro?  Durante el proceso independentista los propietarios debían ceder al ejército uno de cada tres o dos de cada cinco esclavizados, para participar en la guerra. Algunxs se alistaban por la promesa de libertad si prestaban cinco años de servicio militar. A pesar de eso los sobrevivientes no fueron dejados libres para la vida civil. Son muchos los nombres de lxs afrodescendientes que continúan sin tener el reconocimiento que merecen. Entre ellxs surge el nombre de  la capitana del ejército del norte que menciona más arriba Xiomara. Justamente María Remedios del Valle fue invisibilizada, y gracias a la ley del 8 de noviembre hoy su figura está incluida en el calendario escolar como el día de los Afroargentinos y la cultura afro, instaurado en 2013. El objetivo fue visibilizar la vida de María Remedios del Valle, una mujer negra que participó activamente en la guerra por la independencia. Xiomara también rescata a Josefa Tenorio, quién participó del Cruce de los Andes, e integró el Ejército Libertador al Perú. Ella misma escribió una carta a José de San Martín para pedir la libertad. “Siempre me enseñaron que había hombres blancos y nada más, pero no, hay muchas representantes afro en nuestra historia”, subraya.

En el ámbito internacional destaca el trabajo de la filósofa y activista afrodescendiente Angela Davis, autora de “Mujeres, raza y clase”, entre otros títulos.  La abogada estadounidense Kimberlé Williams Crenshaw, especializada en el campo de la teoría crítica de la raza. La escritora y activista feminista, Bell Hooks. Por nombrar  algunas. También resalta a Mariel Franco, que a la hora de hablar de interseccionalidad fue una gran militante y  luchadora por las mujeres, lesbianas y negras, asesinada por su activismo político y social.

El efecto en la salud mental
La discriminación, estigmatización e invisibilidad de las vidas afro, también genera consecuencias en la salud mental. Para Xiomara es un punto muy importante y se relaciona, también, con la hipersexualización de las mujeres afro. “Somos vistas como objetos de deseo sexual, pero a su vez  no somos merecedoras de tener un vínculo real de una relación sexo afectiva. Me ha pasado específicamente con hombres que sólo me pueden ver de una manera”, cuenta, y agrega los estereotipos que recaen sobre las mujeres negras como que “son exóticas, tienen culo grande, tetas grandes, buenas en la cama”…, características que homogeneiza y construye un discurso de cómo debería ser una mujer negra. “Lo he hablado con muchas compañeras afro que lo sufren a diario, y yo lo he padecido a lo largo de muchos años, para mí fue muy difícil estar en una relación. Me dicen: me encanta tu color de piel o puedo tocar tu pelo, eso no le pasa a una mujer blanca”, para Xiomara estas actitudes son inaceptables.

Para desandar este camino de racismo estructural que caracteriza a nuestro país, la  concientización y educación por parte del Estado y las instituciones, y el trabajo en la recuperación y reconocimiento histórico, son clave. “Se debe concientizar a la sociedad argentina; no somos un objeto, nuestros pelos, nuestros cuerpos tienen una historia también y no estamos acá porque nos están haciendo un favor. Somos afro argentinas porque somos personas afrodescendientes y porque también tenemos el derecho a migrar en este territorio”.

Odio racial
El 11 de julio pasado el Tribunal Oral en lo Criminal N°25 dictó prisión perpetua para los oficiales Gabriel Isassi, Fabián López y Juan José Nieva, de la Policía de la Ciudad de Buenos Aires, por el crimen de Lucas González, un joven de 17 años que jugaba en las inferiores de Barracas Central y que fue asesinado a la salida de un entrenamiento, una víctima más de gatillo fácil. En esta oportunidad el Tribunal consideró que el “odio racial” fue un agravante, lo cual constituye una sentencia histórica en nuestro país, ya que reconoce que el crimen se produjo en un contexto de racismo. Como abogada afro, para Xiomara esto es muy importante porque sienta jurisprudencia y se suma al caso de José Delfín Acosta, un joven artista afro-uruguayo que murió bajo custodia policial en 1996. En 2020 la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) condenó a la Argentina y ordenó al Estado capacitar a las fuerzas policiales e implementar mecanismos que permitan un registro de las detenciones arbitrarias; a pesar de eso el país no cumplió con la capacitación en sensibilización de las fuerzas de seguridad respecto al odio racial. El odio racial existe hace muchos años en nuestro territorio, aún así se tardó siglos en que forme parte de una figura de agravante; “la sociedad argentina es racista, tenemos que ser conscientes del racismo estructural que persiste en las prácticas cotidianas para poder erradicarlo y lograr una transformación profunda”. 

Foto: Carla Guzmán

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