Breve historia del Teatro Andamio 90

Lo fundó Alejandra Boero, un 9 de diciembre de 1990 en una antigua casona de Paraná 660, con el mismo espíritu cooperativo y solidario característico del teatro independiente impulsado por Leónidas Barletta, Pedro Asquini, Onofre Lovero…
Fiel a su nombre, Andamio 90 es una construcción artística permanente. Allí se representan obras que, por sus contenidos, no pueden hacerse en otra parte.

La Escuela de Teatro, creada por Alejandra Boero y Pedro Asquini, según la corriente del realismo crítico y la influencia de Brecht y Stanislavski, se arraiga con fuerza en el Andamio 90 y cumple también el compromiso social de llevar la cultura a quienes menos tienen.
“En momentos difíciles como éstos, sólo consumen cultura los iniciados y no el común de la gente, cuyo único alimento termina siendo la televisión. ¡Y todos sabemos en el desastre que se ha convertido la televisión!”, decía una visionaria Alejandra Boero en 2004 a Periódico VAS. Desde entonces la Escuela de Teatro coordina obras con noveles artistas y las presenta en villas, hospitales y zonas donde las personas no tienen posibilidades de acceder a la cultura.

La primera obra que se estrenó en el Andamio 90 fue Final de Partida, de Samuel Beckett, dirigida por Alfredo Alcón. En el elenco estaba el propio Alcón, Osvaldo Bonet, Horacio Roca, y Márgara Alonso. Hacía la prensa Ana María Monti. Y el escenógrafo fue Héctor Calmet, que además diseñó todo el teatro.

“Paradójicamente, a partir de ese Final… empezó para el Andamio 90 un flujo incesante de obras, dice Alejandro Samek, también fundador del teatro, hijo de Alejandra Boero y actual director de Andamio 90, “y un flujo de personalidades, tales como: Kive Staiff, Agustín Alezzo, María Rosa Gallo, Onofre Lovero, Lidia Lamaison, Lito Cruz, Graciela Dufau, Rubens Correa, Norma Pons, sólo para nombrar unos pocos… A los que hay que agregar, aquellos que se formaron en la Escuela de Teatro, como Enrique Pinti, Rita Terranova, Claudio Tolcachir, Luciano Suardi, Livia Fernán, y tantos más”.

Hace 28 años Andamio 90 abrió sus puertas, entonces el barrio San Nicolás conservaba aún la mística del teatro independiente que Leónidas Barletta imprimió en el Teatro del Pueblo, cuando cada noche hacia sonar la campana del lugar para convocar al público. La voracidad modernista y la especulación inmobiliaria arrasaron con gran parte de las salas independientes, muchas de ellas se mudaron a otros barrios. Andamio 90 persiste y crece, no sólo por esa la voluntad de resistencia que Alejandra Boero imprimió al hecho creativo, sino también por la calidad y calidez artística de cada puesta en escena, de cada obra, y sobre todo del público que masivamente se vuelca ante cada propuesta.

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