Día Internacional de la Mujer Indígena

El Día Internacional de la Mujer Indígena se conmemoró el miércoles 5 de septiembre en honor a Bartolina Sisa, combatiente aymara que luchó contra la opresión de los invasores españoles, y en su homenaje se realizó una jornada de 24 horas en el Obelisco porteño, para juntar llaves para la construcción del Monumento a la Mujer Originaria.

Sisa se había casado con Tupac Katari y juntos se pusieron al frente, hacia fines del siglo XVIII, de la rebelión del Alto Perú, paralela a la de Tupac Amaru, líder de la primera y gran revolución social de América latina contra el poder colonial.

La mujer fue jefa de batallones indígenas, organizó grupos de guerrilleros y de mujeres colaboradoras de la resistencia a los españoles en los diferentes pueblos del alto Perú.

Asesinada brutalmente el 5 de septiembre de 1782 por los españoles en la ciudad boliviana de La Paz, Sisa simboliza como Micaela Bastidas, compañera de Tupac Amaru, la lucha de las mujeres contra el español, la expresión más radical de las rebeliones.

La participación activa y la radicalización de las mujeres no sólo tenía que ver con el carácter popular y masivo de las rebeliones, o con el hecho de ser también víctimas de la explotación laboral del español, sino que además eran víctimas de la explotación sexual.

Eran violadas, apropiadas por los españoles y expuestas a un sistema de opresión feroz; y como respuesta a su espíritu combativo eran sometidas, cuando los movimientos eran sofocados, a torturas y muertes espantosas con el objetivo de acallar su voz y ratificar el modelo patriarcal de sumisión de la mujer.

En homenaje a su lucha y con el fin de reivindicar el pasado originario americano, el Segundo Encuentro de Organizaciones y Movimientos de América en Tiahuanaco (Bolivia) instituyó hace 29 años el Día Internacional de la Mujer Indígena.

En este marco, el miércoles se realizó  desde las 9 y por 24 horas una jornada de solidaridad en el Obelisco, donde se recolectarán llaves donadas por la gente para construir el Monumento a la Mujer Originaria, un proyecto que sigue los mismos pasos de la campaña que hizo posible en 2008 la construcción en bronce de un monumento al Che Guevara que se emplazó en Rosario.

Estamos construyendo el «Monumento a los Pueblos Originarios», simbolizados en la figura de una mujer de 10 metros, a realizarse con 10 toneladas de bronce solidario, para lo que se necesitan unas 200.000 llaves, aseguraron los organizadores de la campaña MMO(Monumento a la Mujer Originaria) en su página web.

La escultura se construirá en un galpón ubicado en el predio del ex centro clandestino de detención ESMA, donde funciona el “Espacio para la memoria y para la promoción y defensa de los Derechos Humanos”, y se plantean juntar las 10 toneladas de bronce antes de 2013.

Los organizadores precisaron que contemplan «donar la escultura a la Ciudad de Buenos Aires, con la condición de que sea emplazada en reemplazo de la figura del General Roca, responsable del asesinato de cientos de miles de originarios en la Patagonia y responsable también de sembrar desde el estado todo un orden de racismo e intolerancia para con lo nativo».

El proyecto está encabezado por el artista plástico Andrés Zerneri, autor de la escultura del Che realizada con el bronce fundido de llaves que donó la población, y el historiador Osvaldo Bayer, quien fue mentor de la idea.

La obra busca reivindicar «los cinco siglos de resistencia contra la conquista y la explotación, recordar a las tribus diezmadas, revalorar la cosmovisión indígena de respeto hacia todo lo vivo en absoluta armonía con la madre naturaleza, y acompañar desde el sur del continente el vigoroso renacer nativo de nuestra Patria Grande», destacó el movimiento por MMO.

Al reivindicar en esta fecha a la mujer originaria, las organizaciones e instituciones indígenas reafirman y buscan visibilizar sus derechos específicos.

En este sentido, las mujeres indígenas tienen derechos que comparten con las mujeres de todas las sociedades y culturas, y también derechos específicos que derivan de su condición particular en cuanto integrantes de pueblos indígenas.

Estos son el «derecho al respeto de la identidad cultural del pueblo al que pertenecen; derecho a su identificación como integrante de un pueblo indígena específico; derecho a no ser asimiladas ni obligadas a aceptar prácticas culturales ajenas y que atenten contra su propia identidad cultural.

También se agregan el derecho a modificar costumbres y tradiciones sociales, culturales y económicas -que dañen o afecten su dignidad- y a recuperar, como integrantes de un pueblo indígena, ciertas prácticas y tradiciones que las favorecen y dignifican como mujeres».

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