El Metrobús o el Metrovoto porteño

 

“Nada se experimenta en sí mismo sino siempre en relación con sus contornos, con las secuencias de acontecimientos que llevan a ello y con el recuerdo de experiencias anteriores. Así establecemos vínculos con partes de la ciudad y su imagen está embebida de recuerdos y significados”.

Kevin Lynch – La Imagen de la Ciudad, 1959.

 

por Mariane Pécora

Existen dos supuestos. Uno, asevera que se está construyendo una nueva avenida 9 de Julio. Otro, sostiene que esta arteria está siendo destruida. Ambas hipótesis son válidas, e invariablemente conducen a dos visiones antagónicas de la Ciudad.

¿Qué se está construyendo en la avenida 9 de Julio?, un metrobús. Es decir, treinta cuadras de dos carriles exclusivos para la circulación de autobuses urbanos. En definitiva, el progreso.

¿Qué se está demoliendo en la 9 de Julio?, una parte la historia de la Ciudad. Es decir, se está arrasando con su patrimonio arquitectónico, desfigurando el icono más preciado de los porteños y socavando su exiguo pulmón verde. En definitiva, el paisaje urbano.

 Progreso no es sinónimo de moderno

El Metrobús porteño, viene a ser la versión local del sistema conocido como Bus Transito Rápido (BTR) desarrollado en la ciudad de Curitiba, Brasil, en la década del ’60. “Por entonces, las autoridades de esa ciudad, determinaron que construir líneas de subtes resultaba demasiado costoso, por eso adoptaron esta forma de transporte público”, explica Guillermo Dietrich, en su página web. El subsecretario de transporte de la Ciudad, también aporta datos contundentes: “el costo de construcción de 1 kilómetro de Subte asciende a 100 millones de dólares, mientras que 1 kilómetro de Metrobús promedia los 2 millones de dólares”.

Una observación: el recorrido del Metrobús de la 9 de Julio se superpone la Línea C de subterráneos, con la misma dirección y traza. Con una única diferencia: los carriles exclusivos no llegarán a Retiro, ni a Constitución. El recorrido finaliza en la calle Arroyo, hacia el norte; y en avenida San Juan, al sur. La idea original del sistema BTR es circular por lugares donde no existe la posibilidad de hacer un subterráneo, ya sea por razones presupuestarias u operativas. Pero nunca competir. Así funciona con bastante éxito en Curitiba desde hace 50 años.

 Paqueta al norte, proletaria al sur

Desde su inauguración en 1937, la avenida 9 de Julio vivió transformaciones: se extendió, ensanchó y perdió áreas de estacionamiento, para angostarse definitivamente en 2005 y albergar un bulevar central de ocho metros de ancho entre Belgrano y Córdoba.

Bordeada de canteros arbolados con una amplia diversidad de especies, se asemeja a la parisina Champs Elysées. Con una ventaja: mide 140 metros de ancho, exactamente 70 más que la francesa.

Hacia el norte, “la avenida más ancha del mundo”, desemboca en la calle Arroyo, o en la boca de autopista Illia. De allí en más el paisaje europeísta desaparece abruptamente. Y la sumatoria de viviendas precarias que abalanza sobre la calzada, dan cuenta de dos fenómenos nada contingentes: la desigualdad social y el abandono del Estado.

Hacia el sur, la 9 de Julio se proletariza: rodea un ministerio, recorre sindicatos, escruta fábricas abandonadas y desemboca en la estación Constitución, para desvanecerse en la autopista Arturo Frondizi.

En la intersección con avenida Corrientes se encuentra la Plaza de La República, donde se emplaza el Obelisco, punto neurálgico de la Ciudad y lugar de  confluencia  manifestaciones artísticas y sociales.

Bajo gran parte de la traza de la avenida 9 de Julio corre la Línea C del subterráneo. Y, precisamente, debajo de la Plaza de la República se halla el nodo de transporte subterráneo más importante que tiene la Ciudad.

Un proyecto redituable de norte a norte

Con el pretexto de “unir la Ciudad de sur a norte”, el Gobierno porteño diseño la instalación de un Metrobús en la avenida 9 de Julio. El proyecto consiste en la construcción de 3 kilómetros de dos carriles exclusivos donde circularán 800 autobuses diarios, 5 estaciones techadas con pantallas digitales, 14 paradores, cámaras de seguridad y servicio de Wi-Fi.

Según datos proporcionados por el ministerio de transportes de la Ciudad, este sistema beneficiará a 200.000 usuarios, proporcionará 180 viajes por hora, aumentará el uso de autobús en el área en el 25 % y reducirá el tiempo de viajes total para la avenida de 55 minutos a 20.

El 6 de noviembre del año pasado, se realizó una Audiencia Pública no vinculante, muchos vecinos dejaron en claro su postura de rechazo a este proyecto por motivos ambientales y urbanísticos. El 11 de enero la obra se puso en marcha. Su ejecución implica recortar plazoletas laterales y centrales de la avenida, desterrar árboles, arrasar monumentos, cementar espacios verdes y desfigurar la Plaza de la República.

Otra observación: recién el 30 de enero la empresa RIVA S.A., resultó preadjudicada  por un monto estimado en 115 millones de pesos. Cabe preguntarse por qué la obra se inició 19 días antes de que se firmara el dictamen de evaluación de ofertas.

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 Árboles vs. Progreso

La Organización Mundial de la Salud fija como meta deseable un mínimo de 10 m2 de áreas verdes por habitante y como óptimo 15 m2. La Ciudad de Buenos Aires apenas tiene 1.17 m2 por habitante. Si le añadimos la Reserva Ecológica de la Costanera Sur, la cifra se eleva a 2.97 m2.  En contraposición con estos guarismos, la ciudad de Curitiba, alma mater del Metrobús,  cuenta con 52.00 m2 de espacio verde por habitante.

La proporción área verde-habitante no parece preocupar a la gestión macrista a la hora de planificar la Ciudad. La obra del Metrobús en la avenida 9 de Julio se inició con el desplazamiento de 277 árboles del cantero central. Sin que mediara estudio de impacto ambiental y acústico alguno.  

El 11 de febrero, comerciantes, vecinos, entidades ambientalistas y profesionales, se manifestaron contra la tala indiscriminada de árboles y repudiaron la alteración del paisaje cultural urbano. Tras la presentación de dos amparos a la Justicia, el 13 de febrero el juez Guillermo Scheibler ordenó “suspender la poda, trasplante, remoción o destrucción de arbolado público, como cualquier actividad que implique supresión, limitación o reducción del espacio arbolado sobre la avenida 9 de Julio”.

El Gobierno porteño argumentó que de los 277 árboles removidos: 169 se trasplantarán dentro del área en cuestión; 108 se transferirán a parques cercanos, y sólo el 2 % será erradicado. También indicó que plantará 414 árboles nuevos en el lugar y solicitó a  la Justicia que se le permita continuar con la obra.

El 6 de marzo el juez Guillermo Scheibler, dispuso que “previo al reinicio de las obras, el Gobierno de la Ciudad, debe   informar el destino y características de los árboles trasplantados, la capacitación del personal involucrado, acreditar la participación de un especialista en la materia y contar con la supervisión de un organismo público que dé cuenta del cumplimiento de las reglas del arte: antes, durante y después de las tareas de trasplante”. En pocas palabras, la obra del Metrobús deberá ser rediseñada, lo que implicará un costo adicional a los porteños.

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Vamos estallar, mi amor…

El lunes 4 de marzo, una tunelera de la empresa contratista perforó un caño de gas en la intersección de la avenida 9 de Julio y Alsina. La zona se aisló. El tránsito se desvió hacia las calles aledañas.  Y la Ciudad se convirtió en un caos. Más de tres días se tardó refaccionar la avería. Los vecinos vivieron ese tiempo al borde del ataque de pánico.

Según Antonio Prosanto, interventor del Ente Nacional Regulador del Gas (ENARGAS), los planos de la zona se le entregaron Gobierno porteño con las correspondientes planchetas que indican exactamente donde está cada caño y a que profundidad está enterrado.

En el año 2008, ENARGAS sancionó al Gobierno porteño con una multa de cien mil pesos, cuando una contratista rompió un caño de gas en la esquina de Bullrich y Cerviño. En esa oportunidad, se tuvo que evacuar una clínica.

10 kilómetros de promesas

En la campaña electoral de 2007, Macri se comprometió a construir 10 km de subtes por año. Pasará a la historia como el Jefe de Gobierno porteño que menos extendió la red de subterráneos. En seis años inauguró tan sólo 1 kilómetro de vías. Si bien el bloqueo de los créditos por parte del Gobierno nacional recortaron las posibilidades de endeudamiento internacional. No es menos cierto que, cuando Macri cayó en la cuenta que no tenía sentido iniciar obras que serían inauguradas por otros “alcaldes”, dejó de reclamar los créditos a la Nación.

En un año electoral, el macrismo imaginó que la salida política más elegante para dar respuesta a las promesas incumplidas, era el trazado del Metrobús en la 9 de Julio. Una obra radicalmente más económica,  que reducirá el tiempo de viaje. Pero no solucionará la contaminación ambiental que provoca el transporte de combustión motora.

 

El urbanista Kevin Lynch, considera que la planificación de la ciudad debe pensarse en función del ciudadano y su identificación con el universo cotidiano. “El diseño no solo es la ubicación de lo construido, sino también el estudio de los valores y los derechos humanos”, sostiene. Para decidir un recorrido y crear su infraestructura, es preciso programar un sistema de transporte público integrado que contemple el derecho a la accesibilidad de las personas a sus lugares de trabajo y estudio, a los servicios de salud y a la recreación. El subterráneo, el autobús, el tranvía, la bicicleta y el tren suburbano deben conformar una red, cuyo eje troncal debe unir los principales nodos o puntos estratégicos de una Ciudad. Ninguno de estos conceptos puede aplicarse cuando esta planificación responde a agendas electorales, que imponen obras rápidas, y visibles.

 

Apostillas

Subterráneos del mundo uníos

Iniciada durante el gobierno de Salvador Allende e inaugurada por el dictador Augusto Pinochet en 1975, la red de metro de Santiago (Chile) hoy duplica la extensión de la porteña. Las 103 estaciones en los 102 kilómetros de túneles dejaron atrás a las 78 que hay en los 49 kilómetros porteños. La Caracas bolivariana, que empezó a usar subte hace apenas 30 años, ya cuenta con 60 kilómetros. En San Pablo, que abrió su primera línea en 1975, ya existen 61. Hasta la Brasilia de Oscar Niemeyer, que inauguró el subte a principios de este siglo, está a punto de superar a Buenos Aires en la extensión de su red. Londres, una ciudad con una población semejante a la de Buenos Aires, tiene 460 km. de subterráneos (100 veces más que Buenos Aires) que transportan 3 millones de pasajeros por día.

Apunte sobre desforestación

En Argentina se desmontan más de 200.000 hectáreas de bosques por año, más de 40 millones de árboles. La deforestación está provocando el desalojo de campesinos e indígenas. Son 130.000 km2 de superficie por año de bosques derribados.  La lista la encabezan las provincias de Santiago del Estero, Formosa, Chaco, Salta. La causa principal es la ampliación de la frontera agropecuaria, básicamente para ganadería y soja, pero también son responsables enfermedades e incendios por falta de cuidado y vigilancia. Si bien existe la ley 26.331 de bosques nativos, son pocos los esfuerzos del Estado por hacerla cumplir  ya que parece tan muerta como los arboles trozados en la 9 de julio.

La Comuna Ausente

El Metrobús de la 9 de Julio atravesará cinco barrios porteños: Constitución, Montserrat, San Telmo, San Nicolás y Recoleta. Todos ellos son parte de la Comuna 1. La actual la gestión de gobierno se ha jactado hasta el hartazgo de ser la única que “materializó” las Comunas porteñas y puso en práctica la anhelada democracia participativa. Sin embargo, nunca se le ocurrió poner en consideración de la Junta Comunal o el Consejo Consultivo Comunal esta obra que afecta primordialmente al espacio verde, área que según la Ley Nº 1777, es de competencia exclusiva de las Comunas.

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