«El sistema prostibulario es el germen de la trata»

El Día Internacional contra la trata se estableció durante la Conferencia Mundial de la Coalición contra el tráfico y la trata de personas, en coordinación con la Conferencia de Mujeres que tuvo lugar en Dhaka, Bangladesh, en enero de 1999.
La fecha del 23 de septiembre se eligió en reconocimiento a la primera norma del continente contra la prostitución, la ley argentina 9.143 sancionada ese día del año 1913 por impulso del diputado socialista Alfredo Palacios.
Según Marcelo Colombo, fiscal general de la Procuraduría para el Combate de la Trata y Explotación de Personas, “Argentina es el único país latinoamericano que está discutiendo el sistema prostibulario, germen del delito de trata»
Colombo, asegura también que «el debate que planteó Palacios hace 100 años tuvo la virtud de emparentar el proxenetismo con la trata, y es la misma discusión que se ganó en estos últimos 5 años en el país». El abogado, considera que a partir de la sanción de la ley 26.364 contra la trata del año 2008, «nuestro país ha generado recursos legales y dispositivos para eliminar el sistema prostibulario como generador de la trata. No existe esto en Latinoamérica ni en otros lugares del mundo».
La trata de personas con fines de explotación sexual es un delito con «90 condenas» en 5 años; una situación que se da en todo el país, «aunque el sistema prostibulario está más instalado en el sur, donde está más naturalizada la práctica y donde hay mayor cantidad de prostíbulos», reseñó el fiscal.
La experiencia argentina «es mirada a nivel regional, y esto se debe tanto al esfuerzo de la sociedad civil como del Estado que escuchó a la sociedad civil y lleva adelante políticas destinadas a combatir la trata», afirma el funcionario.
Colombo enfatiza que «nadie puede decir que desconoce de qué hablamos, porque se dio el debate cultural de verdades naturalizadas sobre el sistema prostibulario, y si alguien sale a defenderlo, salen desde todos los sectores a criticarlo».
Para el fiscal «hay un consenso social» que quedó plasmado, por ejemplo, cuando se reformó la legislación que eliminó el consentimiento de las mayores de edad «como una posible defensa del tratante o del explotador. Ahora, sean mayores o menores son víctimas, reciben el mismo maltrato inhumano que tiene que ser castigado».
El cliente de un prostíbulo «es parte funcional al esquema de trata y es pasible de sanción conforme está establecido hoy en el Código Penal porque es un facilitador, promotor o partícipe de la prostitución», sostiene el abogado y afirma «quien va a consumir sexo a un prostíbulo, después de 5 años de tanta visibilidad de la trata y la enorme sensibilización que se generó por casos mal juzgados como el de Marita Verón, hace que exista una suficiente conciencia de que esos lugares son la fuente principal de la explotación y esclavización de mujeres».
Como «ningún hombre es candidato al delito de trata, no se sabe escuchar a las mujeres», afirma Colombo, situación «que es palpable en los operadores de justicia que escuchan mal a las víctimas, porque las escuchan desde sus prejuicios y preconceptos». «Los jueces -continua diciendo- siguen sin considerar a la víctima de trata como una víctima especialísima, y en ese escucharla mal está incluido que el imputado las mira, la defensa les hace preguntas directas, práctica que termina con la nueva ley, ya que ahora se hacen entrevistas en Cámara Gesell. Es el cuidado de la víctima».
Por último, el fiscal reconoció que el acompañamiento a las sobrevivientes de trata «es el gran desafío», pero «no hay que cargar las tintas sólo en el Estado, hay que mejorar el abordaje, porque es un problema complejísimo. Hay que buscar el equilibrio para contener e incluir en el sistema de protección a más víctimas».

Fuente: crónica de Silvina Molina para la Agencia Télam

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