En defensa de la democracia participativa, la vida y el Patrimonio

El lunes 12 de diciembre asambleas autoconvocadas de distintos puntos de la Ciudad llevaron a cabo una serie de actividades de visibilización y protesta ante la política urbanística que desarrolla la actual gestión el Ejecutivo porteño.

“El carácter autoritario de las mismas, teniendo en cuenta que la en su mayoría fueron adoptadas sin priorizar las necesidades reales de las comunidades barriales, demuestran que las mismas están orientadas a favorecer el mercado inmobiliario y entregar el espacio público para usos comerciales tal es el caso del polo gastronómico del instalado en pleno Casco Histórico; el megaestadio musical en el barrio de Villa Crespo o bien la sobreconstrucción en altura en los barrios Villa Santa Rita y Villa del Parque”, señala un informe elaborado por el Observatorio por el Derecho a la Ciudad.

De Casco Histórico a Polo Gastronómico
La ejecución del Plan de Renovación del Casco Histórico, que avanza con prisa y sin pausa, pese a una presentación judicial para poner freno a esta iniciativa suscripta por miles de vecinos y vecinas, da cuenta de las consecuencias nefastas que produce esta iniciativa, tanto en habitantes como en comerciantes del barrio.

En la asamblea convocada por la organización Barrios Históricos Vivos, realizada en Parque Lezama, vecinos y vecinas plantearon con preocupada indignación el descontrol que se hace del espacio público de parte de los propietarios bares y restaurantes, eximidos de pagar canon alguno por el uso del mismo, a lo que se suma la contaminación auditiva hasta altas horas de la madrugada; acumulación de basura; continuas e incontrolables plagas de ratas; olores nauseabundos y condiciones de inseguridad del Mercado de San Telmo; entre otras molestias.

El desvío de las líneas de colectivos que atravesaban las calles de San Telmo y Monserrat, resulta también una preocupación acuciante para  adultos mayores y personas con movilidad reducida. En especial para quienes asisten a la escuela para no videntes que,  para hacer uso del transporte público, deben dirigirse hasta los recorridos del llamado metrobús del Bajo o 9 de Julio. La propuesta quienes habitan este territorio es que el Gobierno de la Ciudad que implemente alguna modalidad de trasporte alternativo para esta población.

En el mismo sentido, se criticó la nivelación de la calzada con la vereda, que «no sólo destruye la morfología histórica, sino que resultan de alta peligrosidad dado la cantidad de bolardos instalados a manera de fútil ornamentación».

El peligro en la estabilidad de los edificios que dan identidad al Casco Histórico, constituye otra consecuencia nefasta. «Romper el pavimento de hormigón de las calles con maquinas percutoras hace peligrar la estabilidad edilicia estas tradicionales construcciones, provocado rajaduras en las medianeras de las calles Bolívar, Venezuela y Balcarce». Por otra parte, expertos urbanistas recordaron que debajo de calle Perú corre un arroyo entubado hace cientos de años y por lo cual esta obra podría acarrear serias consecuencias.

Mientras el polo gastronómico avanza sobre el Casco Histórico, los servicios esenciales para el buen vivir se retacean progresivamente. Un claro ejemplo de esto es el  incumplido compromiso del parte del Gobierno de la Ciudad de mudar el Centro de Salud 15  del barrio de San Telmo, (CESAC 15), al amplio edificio del ex Padelai. El titular del Ejecutivo porteño, Horacio Rodríguez Larreta, viene frenando este traslado desde hace tres años, bajo el pueril argumento de no contar con los fondos suficientes para encarar el costo de las obras, que rondan los $330 millones de pesos.

¿Olvida, el Jefe de Gobierno, que en sólo dos meses recaudó $7174 millones por la subasta del ex Tiro Federal? ¿Omite Larreta que, según las leyes que autorizaron este remate, el dinero recaudado debía destinarse a salud, educación y al traslado de las oficinas administrativas al sur de la Ciudad?

La solución última de Larreta para conseguir el dinero,  acondicionar y poner en funcionamiento el tan necesario CESAC 15 en el ex Padelai, es seguir dando manija a la maquinita del remate de lo público. Propuso así, una nueva subasta de cuatro inmuebles. Uno de ellos situado en avenida Córdoba 2655  -sede del Jardín Comunitario Creciendo-, y tres ubicados en el Barrio de San Telmo: El edificio del CESAC 15 de calle Humberto Primo 470; el yermo terreno de avenida Brasil al 200 -donde se emplazaba la Escuela Taller del Casco Histórico, demolida bajo la excusa de dar paso a la construcción de la segunda etapa del llamado metrobús del Bajo- y el terreno situado en calle Perú 1191.

«Lo concreto es que los 210 millones de dólares que el gobierno porteño recaudó a través del mecanismo de venta de inmuebles y tierras pública desde el 2020, son utilizados a discreción del poder ejecutivo, gracias a la Ley N° 6.301 de Emergencia Económica y Financiera que impuso Rodríguez Larreta al inicio de la pandemia y que aún mantiene vigente», aseguran desde Barrios Históricos Vivos.

Megaestadio Movistar Arena o la pesadilla de Villa Crespo
Propiedad del Diario La Nación, MOVISTAR y la multinacional AEG WordWide en megaestadio Movistar Arena, situado en el corazón de Villa Crespo, es espacio dos veces más grande que el Luna Park. Sus 25 mil metros cuadrados con capacidad para albergar 16.000 personas fueron construidos sobre tierras públicas cedidas por la Legislatura Porteña al Club Atlanta que, a su vez, lo concedió en comodato al diario La Nación. Como si esto fuera poco, cuenta con una exención impositiva de ABL de 40 años.

Bajo estas benévolas condiciones y a costa del padecimiento de los vecinos y vecinas de Villa Crespo -que sí tributan ABL-, el megaestadio Movistar Arena realiza eventos masivos todos los días del año. Desde entonces la vida del barrio se convertido en una pesadilla: contaminación auditiva y lumínica; cortes de calles; saturación de los estacionamientos; dificultad para transitar con niños por las aceras -continuamente inundadas de basura o bien utilizadas como sanitarios debido a la alta concentración de espectadores-; vibraciones continuas producidas durante cada recital, que no sólo impiden el descanso, sino que afectan severamente la estructura de los edificios.

¿Qué pretenden los vecinos y las vecinas de Villa Crespo? Desde hace tres años cuando este monstruo emergió en el barrio, presentaron ante la Legislatura porteña un proyecto de Ley para que el megaestadio Movistar Arena sea utilizado únicamente para eventos deportivos y se le retire la exención del pago de ABL.

La iniciativa nunca fue tratada en el recinto parlamentario.

Sobreconstrucción y falta de servicios esenciales
Vecinos y vecinas de Villa del Parque, Santa Rita y otros barrios aledaños están en pie de guerra contra el Gobierno y la Legislatura porteña para poner freno al Código Urbanístico sancionado en 2018.

“Esta normativa trajo como consecuencia reiterados cortes de luz que se vienen aconteciendo a razón de las edificaciones en altura en Villa del Parque y Santa Rita, que han generado, además, baja o nula presión de agua, disminución de suelo absorbente privado, la tala indiscriminada de árboles y la reducción de superficie verde por habitante, la destrucción de las identidades barriales características de casas bajas, la demolición de patrimonio histórico, y el deterioro en la calidad del aire que respiramos, contaminación visual y sonora. La invasión de roedores, cucarachas y de dengue por las demoliciones y construcciones y su consiguiente movimiento del suelo”, señalan en un comunicado.

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