La esclavitud en los tiempos del cambio

PARTE II

por Gabriel Luna

La primera parte de esta nota trata sobre el trabajo precario, inseguro, de alta explotación, y asimilable a una esclavitud, impuesto por las plataformas-empresas “Glovo”, “Rappi” y “Pedidos Ya” en el ámbito de la Ciudad. Trata sobre la defensa a rajatabla de estas plataformas-empresas por Horacio Rodríguez Larreta (el intendente de la Ciudad) y sus funcionarios, hasta el extremo de no acatar la Justicia y repudiar al juez que las sanciona.1 En esta segunda parte se descubre que la esclavitud no sólo es ejercida por las plataformas privadas sino también por el propio Estado porteño. En ambos casos, los descubrimientos, desarrollos y conclusiones surgen porque hay víctimas: los maltratados, los malheridos, y los muertos: Ramiro Cayola Camacho (20), ciclista repartidor de “Rappi”; Cinthia Choque (28), agente de tránsito de la Ciudad de Buenos Aires.

La muerte de la agente de tránsito Cinthia Choque (2 hijas) explotó en la cara del Jefe de Gobierno porteño. Horacio Rodríguez Larreta está en campaña. Teme que el caso de Cinthia empañe su imagen asociada a la Ciudad de las obras, pujante y segura, que intenta vender a sus electores. De inmediato, Larreta envía a sus funcionarios para amedrentar a los compañeros de trabajo de Cinthia, para negociar si hace falta. Periodistas y medios de comunicación reciben abultadas pautas para esquivar la noticia o para fabular una conspiración contra la “maravilla” del Gobierno larretista. Larreta quiere ocultar la historia, o al menos la parte que lo perjudica.
En esta historia una mujer fue asesinada cuando trabajaba para el Estado porteño. Dos niñas perdieron a su madre. Y otro agente de tránsito, Santiago Siciliano (30), 1 hijo, que estaba trabajando junto a Cinthia Choque, fue gravemente herido e internado en terapia intensiva. ¿Qué pasó exactamente? ¿De dónde surge la preocupación electoral de Larreta?
La madrugada del domingo 8 de septiembre de 2019 a las 3.30 hs., el periodista oficialista Eugenio Veppo (32), estrenaba su auto VW Passat conduciendo en zigzag a más de 130 km/h por la avenida Figueroa Alcorta. En ese vértigo temerario, Veppo atropelló brutalmente a Cinthia Choque y a Santiago Siciliano, agentes de tránsito que realizaban un control de alcoholemia en avenida Figueroa Alcorta y Tagle, barrio de Palermo Chico. Cinthia falleció en el acto. Santiago, con traumatismos craneal y pélvico, quedó entre la vida y la muerte. Catorce horas después Veppo se entregó a la Justicia. Y el lunes 9 de septiembre, bajo la lluvia, los y las agentes de tránsito del Gobierno de la Ciudad se movilizaron al Obelisco y cortaron la avenida 9 de Julio, exponiéndose a ser despedidos. Pancartas, piquete y protesta. Reclamo de justicia para Cinthia y Santiago. Reclamo por la precariedad laboral, la falta de derechos y el desamparo de todos los agentes de tránsito. Y este es precisamente el punto que preocupa a Larreta.

Planteo
Por la tragedia y el consecuente reclamo en el Obelisco, una parte de los porteños nos enteramos de que los agentes de tránsito son monotributistas o tienen contratos precarios con el Gobierno de la Ciudad. Es decir, no tienen vacaciones ni aguinaldo. No tienen obra social, ni ART, ni seguro. El Gobierno larretista está violando derechos laborales. Está atropellando, lo mismo que Veppo. Los agentes de tránsito no tienen estabilidad laboral ni indemnización en caso de despido. Son trabajadores en negro (en relación ilegal). Ninguna ART cubrirá la incapacidad laboral de Santiago. Tampoco el Estado porteño cubrirá su rehabilitación. Y no habrá indemnización a la familia de Cinthia por su muerte. Esta información, como vecinos porteños, como parte que somos del Estado, nos responsabiliza. Aquí se presentan dos caminos. Podemos admitir el trabajo estatal en negro o no, somos responsables de esto y también por el Gobierno que tenemos. Debemos elegir el camino. La pregunta es por dónde iremos.

Trabajo en negro
Hay 1800 agentes de tránsito con precariedad laboral en la Ciudad de Buenos Aires. 1800 agentes que trabajan y ponen el cuerpo en nombre del Estado porteño en espacios de riesgo: controles vehiculares de velocidad, de alcoholemia y estupefacientes, controles de registros y patentes; control de ciclovías -que se hace en bicicleta-; y también en la actividad principal que es el ordenamiento del tránsito. Todos ellos corren los mismos riesgos que Cinthia Choque y Santiago Siciliano y no tienen cobertura. Además trabajan los siete días de la semana, doce horas los fines de semana, no tienen aguinaldo ni vacaciones, cobran alrededor de $ 20.000 mensuales (descontando AFIP e ingresos brutos) -menos que el índice de pobreza para una familia tipo de $ 32.823-. Y se los disciplina para cumplir incluso funciones proselitistas, porque pueden ser despedidos o despedidas sin motivo ni indemnización.

Revuelta
El valeroso y subversivo piquete (instalado pese a la disciplina) de los y las agentes de tránsito en el Obelisco daba comienzo a una lucha que iba a enterar a cada vez más electores porteños del trabajo precario gestionado por el Gobierno larretista, mostrar la inseguridad y la subestimación de la vida. Llegó entonces un funcionario de Larreta para calmar los ánimos y disolver la protesta. Leandro Ricciardi, Gerente Operativo de Control de Transito, se reunió con parte de los manifestantes en la pizzería Kentucky, cerca del Obelisco, y les dijo que los agentes de tránsito por ser monotributistas no tenían derecho a llevar a cabo medidas de fuerza porque carecían de “personería jurídica”. Es decir, admitió la condición de trabajo precario e hizo también alusión a despidos. Y restó además importancia o trascendencia a la protesta. «Si ustedes me preguntan a mí, les digo que su compañera no va a volver”, propuso con absoluto desprecio intelectual, como si la marcha se tratara de un infantil intento de resurrección. Y al referirse a Santiago no le auguró mejoría sino que siguiera debatiéndose entre la vida y la muerte.2 (sic)
Ante la postura de Ricciardi, la Agrupación «Celeste» de Trabajadores Municipales de la Ciudad de Buenos Aires, nucleada en SUTECBA, denunció al funcionario por Acoso Laboral y Hostigamiento a los Trabajadores Agentes del Cuerpo de Tránsito. “Esta actitud demuestra la desidia sistemática de un Gobierno de la Ciudad, que sigue con su política de precarizar a los trabajadores y, ahora, pretende limitar aún más sus derechos”, expresa SUTECBA en un comunicado de prensa, y agrega: “Pese al inmenso dolor, tristeza y angustia que los compañeros y compañeras de trabajo sienten por esta tragedia, los funcionarios amenazan con despidos”.
La protesta se sostuvo. “Los agentes de tránsito no pisaremos la calle, estaremos en la vereda y no labraremos ningún tipo de acta para salvaguardar nuestra vida”, dice una acordada, “llevaremos el chaleco al revés, un brazalete negro, y no haremos guardias de doce horas los fines de semana”. El viernes 13 de septiembre hicieron un homenaje a Cinthia Choque en Figueroa Alcorta y Tagle, donde fue atropellada, frente a la TV Pública. Y después marcharon hacia el Hospital Fernández, donde está internado en terapia intensiva Santiago Siciliano. Entonces el jefe de Ricciardi, el secretario de Transporte porteño, Juan José Méndez, dio una reunión a quince delegados de los agentes y al sindicalista de SUTECBA Aníbal Torretta. Los delegados le pidieron el pase a planta permanente de todos los agentes de tránsito precarizados (son 1800) y también mejoras en las condiciones de trabajo, especialmente en la seguridad y asistencia médica. El secretario Méndez sólo ofreció el pase a planta permanente de los cinco agentes involucrados en la tragedia. No hubo acuerdo. Seguirá la protesta y las marchas. Los trabajadores y las trabajadoras de tránsito saben que con estas medidas ponen en juego la continuidad de su fuente laboral. Pero entienden la urgencia de visibilizar la precariedad que viven y además quieren denunciar la presión constante de los funcionarios porteños.
Un dato curioso. Tras la reunión, el secretario Méndez dijo a un cronista que los agentes de tránsito ingresaban como monotributistas y que a los dos años, o a lo sumo a los tres, quienes querían pasaban a planta permanente. Cinthia Choque llevaba seis años de monotributista cuando murió.

Entretenimiento mediático
La estrategia del Gobierno larretista ante la evidencia de la precariedad y el desamparo social es muy simple. Ocultar y distraer. Y si no se puede ocultar, el Gobierno procurará que el tratamiento de los medios de comunicación sea en torno a Veppo, sea en torno de la tragedia particular y quede afuera la precarización de Larreta. Para lograr este objetivo el Gobierno cuenta con Leandro Ricciardi, que se define como periodista, y con el secretario Juan José Méndez, que desarrolló su actividad profesional como productor de televisión. Por si esto fuera poco, Eugenio Veppo y también su padre son periodistas oficialistas. El escenario y los personajes para la posverdad ya están dispuestos.
Sin embargo, Veppo (aunque prosélito del PRO) no parece un buen actor para el entretenimiento del Cambio. Tiene denuncias por amenazas y una demanda por lesiones culposas cuando -también manejando- encerró e hizo chocar a un motoquero haciéndose pasar por policía. Trabajó con poco éxito en distintas productoras y canales televisivos, su última aparición fue en El Diario de Mariana, conducido por Mariana Fabbiani en canal 13. De allí, pasó a ser asesor en el Área de Comunicación y Prensa del Registro de Violadores (curioso destino), del Ministerio de Justicia y Derechos Humanos de la Nación. No fue la meritocracia lo que lo llevó a este cargo bien remunerado y de alto rango, sino la influencia de su padre, Fabián Veppo, que conduce el noticiero de canal 9. Conclusión. El muchacho atropellador PRO, inútil pero peligroso, además soberbio, nene de papá y apañado por el Cambio, tampoco resulta mediático para Larreta. Mejor esquivar la noticia y pagar el silencio.
Pero el silencio puede quebrarse. El miércoles 18 de septiembre, a diez días de la tragedia, y pese a los deseos del funcionario Ricciardi, el agente atropellado Santiago Siciliano dejó de pelear con la muerte, salió del coma y tiene muchas ganas de hablar. Aún no puede, pero pronto lo hará y será otro escenario para Larreta y sus funcionarios.

La esclavitud en los tiempos del cambio
Más allá de los dichos, de los escenarios, del marketing político, y de los blindajes mediáticos (que en el caso de Larreta son muy fuertes), surge de la primera y segunda parte de esta nota que las condiciones laborales de un agente de la Ciudad son las mismas que la de un repartidor de “Glovo”, “Rappi” y “Pedidos Ya”, de las plataformas privadas. Es decir: la esclavitud en los tiempos del cambio crece y se extiende al área estatal. ¿Cuánto se extiende? No se trata sólo de los 1.800 agentes monotributistas. Surge a través de una investigación pormenorizada de la Asociación de Trabajadores del Estado, ATE, publicada el 15 de septiembre,3 que hay por lo menos 18.000 personas trabajando en negro, para el Estado porteño. No se consiguen estadísticas oficiales al respecto, los datos recabados hasta ahora en distintas áreas del Gobierno de la Ciudad son los siguientes:

Ministerio de Desarrollo Humano y Transporte: 2.800 monotributistas (incluidos los 1.800 agentes de tránsito).
Ministerio de Ambiente y Espacio Público:  2.200 monotributistas.
Ministerio de Justicia y Seguridad: 2.800 monotributistas.
Consejo de los Derechos de niñas, niños y adolescentes: 430 monotributistas.
Ministerio de Desarrollo Humano y Hábitat: 1200 monotribustistas.
A la suma deben agregarse 9.000 personas, correspondientes a otras áreas y distintas contrataciones. Conclusión. Larreta tiene 18.000 trabajadores en negro.

Esta cifra es alarmante de por sí (debiera dar lugar a una causa judicial), pero además tiene connotaciones fatales. Porque no se puede esperar que tipos como Larreta y el secretario de transporte Méndez -el jefe de los agentes de tránsito atropellados- puedan controlar, atendiendo al bien común y los fines sociales, la actividad de plataformas-empresas como “Glovo”, “Rappi”, “Pedidos Ya”, “Uber” y “Mercado Libre”, que se nutren de la pobreza, producen desigualdad y ofrecen trabajo esclavo.
Aquí, como se dijo antes, se presentan dos caminos. La pregunta es por dónde iremos.

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1. Ver “La esclavitud en los tiempos del cambio”Periódico VAS Nº 126. Agosto 2019
2. Intervención de Ricciardi con el video de sus dichos.
3. Ver Gestión Sindical 

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