Foto de Rocío Bao

Nosotras abortamos

Por Mariela Acevedo

El martes 10 de abril se inició el debate en comisiones de la Cámara de Diputados de los proyectos de despenalización y legalización del aborto. La lista de oradoras/es -hasta  cuatro referentes presentada por cada diputada/o- incluyó a especialistas en Ciencias Sociales, Salud, Derecho y activistas que -a favor o en contra- dispusieron de siete minutos para señalar por qué el Estado debe intervenir o seguir dejando en la clandestinidad la práctica que llevan adelante mujeres y personas gestantes que optan por interrumpir un embarazo.

Uno de los nueve proyectos es el que presenta por séptima vez la Campaña por el Derecho al Aborto Legal, Seguro y Gratuito. Por primera vez desde 2007 el tema no se “cajonea” y se espera que en junio llegue a debatirse en el parlamento. Ingresará a la discusión con la firma récord de 71 diputadas/os de distintos espacios políticos. La importancia de que el proyecto que se debata sea efectivamente el que surge del movimiento organizado de mujeres radica en varios aspectos: mientras que otros proyectos pretenden ampliar las causales del aborto no punible  o solo despenalizar sin garantizar el ejercicio de derechos y las obligaciones del Estado, el proyecto de Ley de Interrupción Voluntaria del Embarazo (IVE) de la Campaña plantea la legalización y la intervención del Estado como garante de la salud integral y el derecho a decidir sobre su propio cuerpo de mujeres y personas gestantes. En esta oportunidad existe confianza de que tras los debates en comisión y la discusión en el recinto se obtenga la sanción de Diputados para dar pelea en Senadores, cámara que representa a las provincias y exhibe un perfil más conservador respecto de este tema.

La ola verde

“El avance más importante es que en estos trece años de existencia de la Campaña hemos logrado la despenalización social del aborto. Ahora vamos por la conquista legal de ese derecho”, afirma Florencia Lafforgue, profesora en Antropología e integrante de la Campaña que puso de “moda” los pañuelos verdes entre las jovencitas. En diálogo con Florencia repasamos los hechos de los últimos años: el escenario en disputa con sectores religiosos antiderechos y la ampliación de la base feminista que parece un mar de voces y cuerpas que reclaman en las camas, en las calles y en las aulas hablar de aborto.

Florencia es docente en el nivel superior y especialista en Educación Sexual Integral (ESI). Sus clases de ESI con futuras y futuros docentes pueden servir de termómetro de una discusión que ha excedido los círculos militantes y los claustros académicos y que encuentra en las aulas a adolescentes que requieren información y a docentes que muchas veces tienen miedo de abrir el debate. La percepción del tema no es homogénea en los siete profesorados en los que Florencia dicta clases, pero en líneas generales afirma que existen hoy más posibilidades de que el tema salga en la sala de profesoras/es y que encuentre en las aulas un debate acalorado.  “Hay mucho interés…también hay cierta apertura a preguntar que antes no era tan notoria. Preguntan y en alguna ocasión he tenido alumnas a las que he asesorado sobre el uso del misoprostol para interrumpir un embarazo” explica Florencia. Desde hace cinco años que su militancia feminista se despliega en la formación docente, pieza clave en la  garantía y el ejercicio de derechos de la ciudadanía. El rol de las y los docentes y su obligación a garantizar derechos de niñas/os y adolescentes es central a la hora de no callar en las aulas y permite pensar en lo que aún falta: “Hay protocolos de actuación en las escuelas para casos de abuso o maltrato pero no para actuar frente a una situación de embarazo de una niña” reconoce. Los mecanismos existentes que en las escuelas enfrentan situaciones complejas apelan al sistema de protección de la niñez, sin embargo no contemplan intervenciones que asesoren sobre acceso a aborto no punible a niñas y adolescentes que podrían requerirlo.

Aun así los avances son impresionantes y Florencia se muestra entusiasmada. Dirá que el proceso fue arduo, no solo por los trece años de trabajo de hormiga de la Campaña sino también gracias a los antecedentes que la hicieron posible. Se refiere expresamente a la Comisión por el Derecho al Aborto (CDA) en los primeros años de la democracia y a la figura emblemática de Dora Coledesky, militante fallecida en 2009 y pieza clave para la instalación del debate sobre el aborto entre las feministas que concurrían a los Encuentros Nacionales de Mujeres en los años 90.

La campaña y el proyecto

En el primer párrafo de los fundamentos del Proyecto de IVE -colgado en línea en la página abortolegal.com.ar- se sintetiza el surgimiento del espacio: “La creación de la Campaña Nacional por el Derecho al Aborto Legal, Seguro y Gratuito, fue decidida por más de 20.000 mujeres reunidas en el XIX Encuentro Nacional de Mujeres realizado en Mendoza en 2004. Iniciada el 28 de Mayo de 2005 por más de 70 organizaciones de mujeres de todo el país, es actualmente asumida por una amplia alianza a nivel nacional, que incluye más de 300 organizaciones, grupos y personalidades vinculadas al movimiento de mujeres, organismos de derechos humanos, al ámbito académico y científico, trabajadores de salud, sindicatos y diversos movimientos sociales y culturales”. El crecimiento continuo sin embargo se aceleró estos últimos años. Se nota en las ganas de activar: la Campaña está realizando charlas informativas para quienes se quieren integrar y formar parte de una agrupación con nodos en todas las ciudades del país y que tiene muchas tareas por delante que van desde encargar pañuelos, buscar imprentas para folletos y stickers, contactar a artistas para los festivales callejeros, a enviar correos a diputadas/os y realizar acciones de cabildeo. Lo más importante en este momento es garantizar presencia en la calle. Cuerpas no faltan: a las reuniones convocadas por redes sociales llegan mujeres de todas las edades que se sienten interpeladas por la consigna: “Educación sexual para decidir, anticonceptivos para no abortar, aborto legal para no morir”.

Este frenesí verde un poco sorprende y es posible aventurar -como sugiere Florencia- que el contexto global actual y en particular los últimos años en Argentina nos brindan esta coyuntura. Las masivas marchas de #NiUnaMenos y una mayor visibilidad de las demandas del movimiento de mujeres, lesbianas, travestis y trans permiten que hoy el debate se pueda realizar con amplio consenso social: sabemos que el objetivo es erradicar el aborto clandestino y clasista que condena a las más pobres a arriesgar la vida para impedir la continuidad de un embarazo.

Lo que se viene

El debate en comisiones del 3 de abril fue acompañado por una masiva presencia en las calles de activistas con el pañuelo verde al cuello. Mientras afuera del anexo la militancia feminista se expresaba frente a un escenario comandado por Señorita Bimbo y Malena Pichot, al interior del anexo se producían las exposiciones de referentes de las posiciones que se disputan el sentido común vigente. Por la mañana las presentaciones a favor de legislar por el derecho a decidir recorrieron un arco más diverso: además de médicas/os y abogadas/os, participaron actrices, un periodista ligado a sectores conservadores, la historiadora feminista Dora Barrancos y activistas de la Campaña como la abogada especializada en Derechos Humanos Nelly Minyersky, la psicoanalista Martha Rosemberg y la educadora popular Marta Alanis, de Católicas por el Derecho a Decidir. Por la tarde, los referentes de quienes se niegan a legislar para desclandestinizar la práctica del aborto fueron en su mayoría médicas/os, con la participación excepcional de juristas y religiosos. Los argumentos a favor y en contra pudieron ser seguidos en las redes y la diferencia argumentativa fue notable: mientras que durante la mañana se habló desde una perspectiva de derechos, se desplegaron números de organismos nacionales e internacionales, se citó evidencia e historizó la práctica de interrupción del embarazo en Argentina, la región y el planeta, por la tarde se escucharon dislates que atrasan 50 años la discusión. Oscar Botta, director de la ONG ProFamilia, merece al menos un par de líneas: en su arenga arremetió contra la ESI, a la que no dudó de tildar de “estimulación sexual forzada” ya que según indicó “aumenta todos los indicadores que supuestamente desea bajar, como las tasas de embarazo adolescentes, las enfermedades de transmisión sexual y la tasa de aborto criminal”. Tampoco se salvó el Programa de Salud Sexual y Procreación Responsable, que desde hace casi dos décadas tiene la tarea de proveer de anticoncepción gratuita al sistema público de salud, ya que según el argumentador se trata de una estrategia que pone en peligro “la seguridad demográfica” contra la que también atentaría una legislación sobre aborto: Señaló al respecto que Perón había prohibido los anticonceptivos, cosa cierta hace más de cuarenta años. También comparó el aborto con la desaparición forzada de personas, todo en siete minutos.

Las falacias que se desplegaron en varios de las/os presentadores contrastó fuerte con las voces de la mañana y me recordó a algo que dijo Florencia en nuestra charla: “Si no sale ahora, sale la próxima, pero el avance es irreversible”. Aún emocionada por esa certeza, quiero recuperar una frase de Dora Barrancos en su turno como expositora en un debate que continuará al menos dos meses más: “Insto a nuestros representantes a despenalizar y legalizar el aborto por una vida más justa, más equitativa y más democrática de las mujeres”.

Solo voy a agregar: Ahora que estamos juntas, que nos escuchan y nos ven, sepan, estamos haciendo historia. Y se va a caer, se va caer.

 Foto: Rocío Bao

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