“Profesión y Maternidad no pueden ser cuestiones contrapuestas»

por Maia Kiszkiewicz

En Argentina, según Elizabeth Gómez Alcorta, ministra de las Mujeres, Géneros y Diversidad, para noviembre de 2021, siete de cada diez pobres eran mujeres. Esto sucede en un contexto histórico en el que es difícil conseguir trabajo adecuadamente remunerado. Pero para nosotras, más.

Hay varios factores que influyen en esta situación. Uno es que las tareas de cuidado recaen, en su mayoría, sobre las mujeres y eso deja poco tiempo y energía para estudiar o realizar labores fuera del hogar. Otro es que, cuando se logra acceder a un puesto laboral, muchas veces el sueldo aún haciendo las mismas tareas que un varón; es más bajo, al igual que las posibilidades de acceder a cargos de tomas de decisiones con mayores responsabilidades y sueldos más elevados.

Aún en este escenario, hay algo que excede a los sexos: las lógicas de poder. Si bien es cierto que por vivir en una sociedad capitalista y patriarcal está mayormente en manos de hombres, sería ilógico pensar que las mujeres nunca tendrían actitudes despóticas. Por eso es necesario reflexionar y cuestionar, también, sobre las formas verticalistas y el poder en sus diferentes modos. Es decir: ¿Cómo se distribuye el poder en nuestro lugar de trabajo?, ¿y en nuestra ciudad, nuestro país, nuestro continente y el resto del mundo?

Es innegable. Hay movimientos, de forma paulatina se producen cambios. Sin embargo, detrás de las estadísticas y porcentajes de pobreza o las reflexiones de fondo, hay historias, ejemplos, personas que necesitan respuestas urgentes.

Maia Bernztein es Diseñadora de Indumentaria egresada de la Universidad de Buenos Aires. Ella, desde hace tres años, es trabajadora de la sastrería del Teatro Colón. “Justo ahora, que curso mi sexto mes de embarazo, no me renuevan el contrato”, manifiesta Maia.

Bernztein denunció esta situación ante las autoridades, pero no tuvo respuestas. Por eso, decidió hacer pública su vivencia mediante un posteo de Instagram. Allí, no solamente contó sobre la discontinuidad de su trabajo en 2022, sino también visibilizó condiciones laborales precarias y maltratos que se sostienen. “Mi Jefa, Stella Maris López, me amenazó con darme solo 2 meses de licencia por maternidad, cuando por ley corresponden 3. En una ocasión, corrió violentamente una mesa en el taller impactando sobre mí. Y, el 22 de diciembre, en el detrás de escena de la Misa Criolla, me gritó llegando a levantarme el brazo de forma amenazante frente a compañeros de diferentes áreas”, expresó la diseñadora en redes sociales.

Y, en realidad, a Maia nunca le dijeron que no se presentara a trabajar. Simplemente se enteró de que el 31 de enero le llegó un mail a sus compañeros y compañeras para que presentaran. Pero a ella y a Inés, no. “Ni nuestra jefa ni ninguna otra autoridad se comunicó con nosotras», relató a Periódico VAS.

Entonces, no queda claro. Si nadie les dice que no vayan a trabajar, ¿por qué no van a ir?

A fines de diciembre nos habían confirmado que nos iban a renovar, que retomábamos actividades el 5 de febrero. Para mi compañera y para mí, esa fue la última información. Por eso, de todas maneras, nos presentamos a trabajar. Pero no nos dejaron entrar.

Ante esto, dejamos en Mesa de Entradas una nota solicitando que se aclarara nuestra situación y que nos asignaran tareas. Pero no fue respondida. Yo, además, presenté una carta documento denunciando  discriminación por estar cursando el sexto mes de embarazo, una serie de maltratos laborales que padecí por parte de mi jefa, Stela Maris López, y la situación precaria en la que se trabaja. Este documento fue con notificación al Gobierno de la Ciudad.

¿Y tuviste respuesta?

Recién cuando hice público lo que sucedía, las autoridades del Teatro Colón se comunicaron conmigo. En principio, recibí un llamado de Recursos Humanos para que me presentara. Querían conocer mi situación aunque claramente ya la conocían. Dijeron que querían traerme tranquilidad, pero no me hicieron ninguna propuesta concreta.

Entonces la campaña pública continuó. Compartir, dar notas. El domingo hicimos un Abrazo al Teatro. Muchas personas se solidarizaron. Quiero destacar el apoyo de mis compañeros y la solidaridad de la gente que trabaja en todas las áreas del Colón.

Además, muchas mujeres me compartieron sus experiencias. Creo que la repercusión que tuvo mi caso tiene que ver con una identificación. Lo que estoy atravesando es la realidad que viven muchas mujeres a lo largo y ancho del país.

Es similar a cuando en las entrevistas laborales le preguntan a las mujeres si están en pareja, conviven y planean tener hijos o hijas. Algo que a los varones no les preguntan. Eso deviene en la idea de que las mujeres tengan que elegir entre ser madres o profesionales. Cuando, en realidad, podés ser madre y seguir creciendo como diseñadora de indumentaria, ¿no?

Totalmente. Es impresionante que sea algo tan generalizado. Después de todo el proceso que viene viviendo el movimiento de mujeres, una realmente espera que haya un cambio en los lugares de trabajo. Y, sin embargo, la discriminación sigue latente.

Sobre todo, en este caso estamos hablando de un organismo público. No era mi jefa la que me pagaba el sueldo. Aún así, está esa idea de que si sos madre no sos productiva, no servís para el trabajo.

Entonces, cambiar esta realidad que vivo tiene que ver, también, con no permitir que estas cosas sigan sucediendo. Y creo que la visibilización que se está logrando es un aporte gigante. No por mí, sino por todas las mujeres. La profesión y la maternidad no pueden ser cuestiones contrapuestas.

Y no casualmente, tu compañera, a la que tampoco le renovaron el contrato, había pedido un aumento salarial. Aparece con ella también lo de la productividad. Algo así como que si no te amoldás a las condiciones laborales y producís, hay consecuencias.

Sí. Es un hecho totalmente aleccionador por parte de mi jefa. Y no es solamente para nosotras, sino que es algo que quiere demostrar hacia adentro del sector. Y es constante. Por ejemplo, cuando fuimos entrevistadas para empezar a trabajar, nos dijo que no nos preocupáramos, ue el contrato se renovaría automáticamente cada 3 meses. A no ser que faltáramos o nos enfermásemos.

¿Trabajás hace 3 años con un contrato que se renueva cada 3 meses? Es decir, no cobrás antigüedad, por ejemplo.

Ni vacaciones ni aguinaldo ni bonos. Las personas que trabajamos en la sastrería somos monotributistas. Nuestros aportes jubilatorios y Obra Social lo pagamos de nuestro sueldo. Vivimos con el miedo constante de si tendremos o no trabajo. No sabemos qué pasará si nos enfermamos. Muchas veces vamos con fiebre, por las dudas.

Y la cantidad de mensajes que recibí es impresionante. Compañeras que no llegué a conocer porque fueron excluidas antes que yo. A algunas, por ejemplo, no se les renovó el contrato después de la licencia por maternidad, otra se tuvo que ir una hora antes del trabajo porque su marido se accidentó y Stela Maris López le dijo, entre risas, que si se iba no iba a renovarse su contrato. Y así fue. Me llueven los testimonios de personas que atravesaron hechos de violencia, maltrato y discriminación.

Pero el Gobierno y otras autoridades del Colón están al tanto de lo que pasa. Está tu denuncia, ¿qué acciones tomaron?

Tuve una nueva reunión con el área de Recursos Humanos. Pero me hicieron una propuesta que retrocede a la del año pasado. Mantiene la falta de estabilidad y el mismo sueldo, desconociendo la inflación. Y, lo peor de todo, es que me quieren aislar, llevar a otra área de trabajo. Yo soy Diseñadora de Indumentaria graduada en la Universidad de Buenos Aires. Mi expertis tiene que ver con la sastrería. Mi perfil es el de esa área.

¿Cuál es el argumento para desplazarte?

Como hice una denuncia, dicen que me quieren proteger, que no trabaje con Stela Maris López. Pero esto debería funcionar al revés. Si quieren protegerme a mí, y al resto de mis compañeros que padecen maltrato constantemente deberían, de una vez por todas después de tantos años de silencio, tomar cartas en el asunto  respecto de la jefatura.

Por eso, en la carta documento que envié, solicito la separación preventiva de Stela Maris López del cargo de Jefa de Sastrería. Que, hasta que la Procuración se expida y resuelva, se separe a la persona violenta. No a la víctima. Sino estamos en el mundo del revés.

Pido que me reincorporen a mi sector. Quiero trabajar sin ser discriminada.

Fotos: Maia Bernztein

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