Sala Alberdi: resistencia contínua

Alumnos y docentes de la Sala Alberdi del Centro Cultural San Martín realizaron anoche un corte en la Avenida Corrientes para reclamar contra el cierre de ese espacio y denunciar represión y hostigamiento por parte del Gobierno de la Ciudad por órdenes directas del ministro de Cultura, Hernán Lombardi, acusado también de ejercer presión ante la Justicia.

A 14 días del inicio de la toma, el colectivo artístico de la Sala Alberdi llevó su plan de resistencia a las calles de Corrientes y Montevideo para hacer «más visible» el conflicto con la puesta en escena de un festival cultural abierto que contó en su cierre con la participación del histórico grupo de rock nacional Vox Dei.

Los integrantes de la Asamblea reclaman continuar sus actividades abiertas y gratuitas en el Centro Cultural San Martín y denuncian que «la jueza Fabiana Schafrik, que había denegado el traslado al Espacio Los Andes (en Chacarita), ahora cambió de opinión después de varias reuniones que mantuvo con el ministro de Cultura de la Ciudad, Hernán Lombardi, y Gabriela Ricardes, directora general del Centro Cultural».

Nicolás González, integrante de la Asamblea de la Toma y la Autogestión de la Sala Alberdi, explicó que «la decisión de reclamar en la calle es una respuesta a los últimos episodios de violencia y hostigamiento ejecutados por la Policía Metropolitana, agentes de seguridad no identificados y una patota que agredió con violencia y palos a estudiantes el domingo pasado».

«Lombardi nos extorsiona con el riesgo de vida de nuestros compañeros, porque no nos permite el ingreso de agua y de alimentos (al lugar del acampe, en la entrada del edificio). Peligra la integridad física de compañeros y utiliza eso como medio extorsivo para que nosotros dejemos la toma», agregó.

Luego de una de las últimas movilizaciones que llevaron a cabo este mes, alumnos y docentes se reunieron con el ministro de Cultura porteño pero «no avanzamos en nada y decidimos profundizar el plan de lucha, porque lo que está haciendo Lombardi es de lo más bajo, y no tiene la voluntad de resolver este conflicto».

El funcionario macrista es señalado como «el responsable de impartir órdenes a agentes de seguridad no identificados que hicieron su aparición en el Centro Cultural ubicado en la calle Sarmiento a partir de su enrejado y su cierre temporal por `vacaciones` que llegó acompañado por el cambio de opinión de la jueza Schafrik, días antes del inicio de la feria judicial».

«De un día para otro la jueza se dio vuelta, y de repente ahora ese espacio es apto a pesar de que no llega ni a la mitad de la capacidad de la Sala Alberdi, que no está equipado, no tiene escenarios ni butacas y donde además funciona la carrera de escenografía del EMAD, quienes estuvieron también en conflicto», agregó González, sobre el cauce judicial.

Ante los «oídos sordos» del Gobierno de la Ciudad, alumnos y docentes de la Sala Alberdi sostienen que «tanto la presión judicial como el hostigamiento no son hechos aislados, forman parte de una política sistemática para intentar amedrentarnos para que no sigamos adelante con la lucha y la resistencia, algo que no va a suceder. Y por eso lo importante es denunciarlo».

«Los matones sin identificación que operan dentro del Centro Cultural, en conjunto con la Infantería de la Policía Metropolitana y la custodia permanente del espacio, tienen un jefe de seguridad que dice responder a Hernán Lombardi y llamarse Fabián Carrizo. Hay fuerza policial y también parapolicial, como la que atacó el domingo pasado a un grupo de compañeros», agregó.

Sobre los últimos episodios, González resumió que ocurrió cuando «unos compañeros fueron a comprar comida, a la vuelta del Centro Cultural, y fueron interceptados por una patota de ocho personas, armadas con palos, que rodearon a una pareja de compañeros y los cagaron a palazos. A otra compañera un patrullero de la Policía Metropolitana la siguió hasta la puerta de su casa».

«Hubo también seis detenidos por hacer difusión con esténcil en paredes. Los compañeros estuvieron incomunicados sin ningún tipo de justificativo, por hacer una pintada en una pared. No sólo incomunicados sino que los registraron en la Comisaría 3ra recién cuando nos presentamos con abogados a preguntar por ellos», concluyó González.

Los docentes y trabajadores de la Sala Alberdi se comprometieron a continuar con la toma en la entrada del Centro Cultural San Martín, donde ya se concentran en más de cincuenta carpas y donde continúan brindando talleres y charlas abiertas y gratuitas.

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