Tercer Malón de la Paz. Ya entró en la historia Grande

por Marcelo Valko

Un mes después de su arribo a Buenos Aires, los integrantes del 3er Malón de la Paz siguen estrellándose ante la absoluta indiferencia pese a ser recibidos por algunos legisladores y el mismo presidente Fernández a quien se lo vio curioseando las wirphalas como si estuviera en una exposición de rarezas folclóricas. Obvio, como buen político inoperante prometió “crear una comisión para estudiar el reclamo…” y pateó el tema a lo lejos, algo parecido hicieron en el Congreso.

Pese a los 77 años transcurridos desde 1946 en que 174 kollas vinieron en Malón de la Paz desde la Puna para solicitar justicia al gobierno de Juan Perón, hoy, en 2023 pese a tanto tiempo existen las mismas trágicas analogías entre uno y otro. Ambos están atravesados por ejes básicos y centrales: tierras, usurpación e injusticia que se encuentran absolutamente interrelacionados. Conviene leer la historia para advertir las similitudes con lo ocurrido en 1946. En aquel entonces las comunidades caminan dos mil kilómetros durante 80 días para llegar a Buenos Aires después de pleitear sin éxito en tribunales provinciales manejados por los dueños del poder. Hoy, en Jujuy maestros y comunidades originarias se alzan de pie frente a una vida de miserias y silencios que busca imponer el gobernador Gerardo Morales mediante una Reforma Constitucional tan reaccionaria como viciada de nulidad que apunta al manejo discrecional del “litio, tierras raras y el agua”. Con buena parte de su familia en puestos del Estado, Morales se asume como un eficiente empleado de las corporaciones y hasta modifica la legislación provincial para ajustarla a la medida de sus empleadores. Vale acotar que tanto la UCR de Morales como el PJ votaron dicha reforma ilegal. Tamaña traición y desencanto explica en parte el resultado electoral en dicha provincia: Milei 40%, Cambiemos 23%, Peronismo 20% mientras que la Izquierda siempre enredada en análisis tan laberínticos como masturbatorios que la gente no logra seguir por lo que evidentemente no consigue ser creíble ni canalizar la esperanza de sectores populares llegó a un discreto 6,80%. El voto en blanco casi la alcanzó, fue de 4,58%. El enojo es una chispa potencial que está latente.


Ambos reclamos, tanto en 1946 como en 2023 están unidos por un hilo conductor que es la injusticia que se impone desde el poder. No solo ocurre en Jujuy. Hay que tener memoria y no quedarse con el árbol que impide ver el bosque. Antes de Jujuy, las megamineras obligaron en 2021 al gobernador Arcioni a modificar la ley para que pudieran hacer y deshacer a su antojo en Chubut. La gente dijo basta y estalló el chubutazo que obligó a dar marcha atrás a dicha aberración jurídica de “piedra libre”.
Como es sabido, pese a la numerosa e importante legislación que se refiere y avala la tenencia de tierras ancestrales para los Pueblos Originarios, en la realidad parece tratarse de letra muerta. Menciono alguna de estas legislaciones. Por ejemplo, el Convenio 169 de la OIT ratificado por Argentina que reconoce la noción de “ocupación tradicional”. La Constitución Nacional habla de la preexistencia étnica y cultural de los indígenas, eso significa que son anteriores al nacimiento de este país cuyo primer Gobierno Patrio data de 1810. A su vez la Ley 26.160 ordena un relevamiento técnico-jurídico-catastral sobre las tierras ocupadas por comunidades originarias para poner de una buena vez en orden, esta cuestión tan relevante. Por otra parte, queda claro que el Estado no “otorga” derechos sino que los “reconoce” dado justamente a su anterioridad.


Retomado las similitudes del reclamo de justicia de 1946 y el actual. En aquel momento varios niños acompañan a sus padres como Narciso López, Buenaventura Solano y Ciriaco Condorí entre otros a quienes le conseguí un subsidio (ver https://www.pagina12.com.ar/…/3-133254-2009-10-10.html), una reparación económica que es una forma de exigirle al Estado que pida perdón. Ahora bien, frente a la casi total indiferencia del gobierno nacional, partidos políticos, sindicatos y organizaciones, a Plaza Lavalle donde están acampando concurren grupos artísticos y algunos referentes a expresar su solidaridad con el reclamo. Y está muy bien. Sin embargo los maloneros no vinieron para oír conciertos a la noche, ni a escuchar a Valko, sino para resolver pronto una injusticia que abarca a todos los jujeños y también al medio ambiente y regresar a sus casas. Tal como lo expresaron en 1946 “nos vienen visitas que no nos importan de nada… nosotros queremos resolver nuestro asunto y regresar cuanto antes”.
Ojalá que el resultado no sea como el de 1946 tal como explico en mi investigación “Los indios invisibles del Malón de la Paz”. En ocasiones, la historia parece un calco de lo ocurrido, no en vano el poeta León Felipe asegura “Quien lee diez siglos de historia / y no la cierra al ver siempre / las mismas cosas con distinta fecha…” Nuestro país debe democratizarse, no solo con un voto cada dos años, sino animándose a aceptarnos tal como somos: un país plural, no monocromo. El Estado le tiene miedo a la pluralidad, con una historia oficial minúscula, de una clase social y esa historia de la elite que se autoglorifica no es la historia del país de todos, de una Patria Grande.


Al igual que en 1946, hoy varios integrantes del 3er Malón vinieron a Buenos Aires con sus hijos como ese bebe llamado Fernando Bastian Sumbaino nacido en Cochinoca a quien su mamá tiene en brazos y vemos en la foto. Ojalá que ese niño cuando sea mayor, no deba continuar con el mismo reclamo. En 1946 el malonero Hermógenes Cayo anota en un cuadernito que hace las veces de su Diario: “Si no hay justicia que no haiga leyes…”, los maloneros fueron secuestrados y regresaron a la Puna en un tren de ganado, lo que se vivenció como una derrota se transformó por completo cuando varios de esos integrantes y sus familiares directos se convirtieron en dirigentes indígenas de primer orden, nombro por ejemplo al Dr. Eulogio Frites. Hoy, pase lo que pase, no regresarán con la frente marchita ni con las manos vacías. Ya entraron en la historia argentina, ya entraron en la historia de la Patria Grande. Les aseguro, que aunque no lo parezca, es lento, pero viene…

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