Un cupo para una vida mejor

Por Paula Arraigada*

Este martes está convocada la última reunión informativa para el tratamiento de Ley del Cupo Laboral Travesti / Trans en el Congreso Nacional. Actualmente, son 12 los proyectos presentados, de lo que seguramente surgirá un proyecto conjunto.

No es cualquier proyecto, será la ley que buscará enmendar décadas de olvido. Un olvido, por parte de quien debía articular las disparidades de la sociedad. Un olvido, que nos alejó del acceso a la salud, a la educación, al trabajo y terminó con que hoy en día tengamos una expectativa de vida de treinta y cinco años. Sí, leíste bien: treinta y cinco años.

Un olvido frente a una violencia sistémica. Un sistema de salud binario, biologicista y expulsivo, un sistema educativo opresor basado en el disciplinamiento y una crueldad sin límites de las fuerzas de seguridad de todo tipo, nacionales, provinciales, municipales, que buscaban corregirnos, que pretendían adoctrinarnos.

Es una obligación dar un nuevo paso en el camino que pretende reparar lo que por acción u omisión provocó una verdadera masacre por goteo, lo que hoy denominamos el «Genocidio travesti/trans». Un camino que comenzó en 2012, con la Ley de Identidad de Género, que sin dudas brindó nuevas oportunidades para quienes exigimos el derecho a la autopercepción de nuestra identidad. Pero no fue suficiente, necesitamos saldar la deuda de años de violencias.

Una forma de dar el siguiente paso y de reparar tanto daño, es reconocer el derecho al trabajo. Empleo de calidad, donde las excluidas seamos parte y los olvidados estén presentes.

Ningún reclamo es fácil, y menos cuando la mayoría del pueblo sufre las consecuencias de una pandemia que nos complicó la vida a todes. Pero mientras todes sufrimos, el 90% de la población travesti/trans vive de la economía popular. Ya sea de la autogestión de un emprendimiento o del trabajo sexual, en ningún caso existe un marco legal que les proteja.

Lo que para muches es común, para nosotras es un sueño. Obra social, aguinaldo, vacaciones, son cosas impensadas que muchas incluso lo ven como una utopía.

Queremos trabajar. Medidas como la IFE, la asistencia alimentaria, el potenciar trabajo, sirven para una emergencia pero no resuelven el problema de fondo. La respuesta es crear fuentes de empleo y que se garantice nuestro acceso.

Hemos sido rehenes de la injusticia durante mucho tiempo y creo que llegó la hora de construir un país igualitario de verdad.

Espero que el gobierno de Alberto Fernández tenga la voluntad política y las organizaciones LGBTIQ+ la madurez de dirimir sus diferencias en otro espacio, porque ahora está en juego la posibilidad de mejorarle la vida al colectivo travesti/trans, de honrar tantas muertes que eran evitables y de reponer las libertades que le fueron arrebatadas a tantes niñes.

Si lo logramos, estaremos sentando las bases para un país justo, igualitario y diverso. Y si empezamos por las últimas, llegaremos a todas, todos y todes.

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* Activista Transfeminista e integrante del Movimento Trans Nadia Echazú y La Nelly Omar.

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