A 517 años de la llegada del español a América

La conmemoración no oficial en la Av. Corrientes

Entre la alegría y la tristeza, marchan los pueblos originarios por la avenida Corrientes. Van con charangos, quenas, sikus, y las banderas del arco iris. Bailan y cantan a la Pacha Mama vestidos con ponchos, trajes típicos; parecen venir de lejos, de un paraíso perdido hace 500 años.

Se cumplen 517 años del encuentro de dos civilizaciones desconocidas entre si, y como bien dijo el lingüista y sociólogo Todorov: entonces debió ocurrir el descubrimiento del Otro. No fue un episodio feliz. La civilización invasora destruyó a la otra. La subjetividad del Otro fue negada. Los pueblos originarios, tuvieron rango de animales o cosas, y fueron explotados, masacrados, cultural y físicamente por los conquistadores. Había 900 millones de habitantes  en  el continente americano cuando llegaron los europeos,  150 años después había 90 millones. ¿Qué pasó? Millones de hombres nativos fueron muertos por mano de los conquistadores a causa de vejaciones, torturas, trabajos forzados, hogueras, y enfermedades traídas al continente por los europeos. Pero  los pueblos originarios no sólo fueron masacrados sino que también fueron saqueados en sus bienes. Según los registros de Sevilla, durante los primeros 150 años de la conquista entraron a España provenientes de América ciento ochenta y cinco mil (185.000) kilos de oro y dieciséis millones (16.000.000) de kilos de plata. Esto equivalía al triple de la reserva de toda Europa en esa época.

La marcha multicolor sigue avanzando por Av. Corrientes. Suena un carnavalito contagioso tocado por un centenar de sikus y charangos, la columna de ponchos y polleras baila hacia el Obelisco. Desde las ventanas y los balcones la gente aplaude, en las veredas también. Muchos se suman a la marcha. El mensaje es simple: los pueblos originarios tienen una relación filial con la naturaleza, quieren solidaridad, reconocimiento. Y el Estado, esta sociedad nuestra, que siguió tras el período colonial masacrando, saqueando y explotando a los indígenas, debería resarcirlos.