El amor en los tiempos de la diversidad de género

por Analía Paez

«El chico de las estrellas», de Chris Pueyo; «El arte de ser normal», de Lisa Williamson; «George», de Alex Gino; y «Dos chicos besándose», de David Levithan, son algunos de los tí­tulos para adolescentes que involucran personajes LGBT (Lesbianas, Gays, Bisexuales y Transgénero), en historias que involucran su educación sentimental, descubrimiento de la sexualidad e identidad de género.
Bajo el precepto de que los grandes consumidores de libros son los adolescentes, las editoriales se interesan por títulos con personajes acordes a la actualidad y suman historias que trascienden el amor y la identidad heterosexual para adentrarse en la diversidad de género, con narraciones de jóvenes que se descubren a sí mismos y que encuentran el amor por primera vez.
«La inclusión de personajes gays, lesbianas, bi y trans en novelas juveniles y la aparición de ficciones enteramente enfocadas en la temática cumplen la importante tarea de visibilizar una realidad hasta el momento olí­mpicamente pasada por alto en la literatura para adolescentes», dice Sofí­a Olguí­n, editora del sello Bajo el arcoí­ris, creado en 2010 a fin de publicar cuentos infantiles y juveniles ilustrados en torno a la cotidianeidad LGBT.
«Los niños y adolescentes, y especialmente aquellos que se sienten diferentes de los demás por ser homo, bi o trans incluso sin saberlo o darse cuenta, necesitan saber que puede haber brujas, magos, hadas y héroes homo, bi o trans», remarcó Olguín, creadora de la editorial dedicada a contar historias de amor entre personas del mismo sexo, sobre el matrimonio gay, la adopción homoparental y la identidad de género que pueden descargarse en forma gratuita de Internet.
Si bien autores y editores se están dedicando con gran interés a subsanar ese descuido, agregó Olguín, «todas estas novelas responden al género Young Adult (YA), el cual, según la clasificación de Pierre Bourdieu, podrí­­a adjudicarse al polo comercial y no al cultural. Los sellos nacionales más importantes y reconocidos del polo editor comercial todaví­a no comenzaron a incluir esos temas en sus catálogos».
Además, «los padres hétero no sienten la obligación de contarle a sus hijos un cuento con personajes LGBT bajo un prejuicio muy arraigado, el de presunción de heterosexualidad, la no-creencia de que un hijo o una hija pueda ser lesbiana, gay, bisexual o transgénero, por eso la importancia de estas lecturas», concluyó, varias de las cuales pueden leerse gratis en http://bajoelarcoiris-editorial.blogspot.com.ar.
Entre la virtualidad y el papel, una de las alternativas la encarna el escritor español Chris Pueyo, conocido en las redes sociales como Peter Pan o «El chico de las estrellas», título de su primera novela autobiográfica, editada por Destino, donde exterioriza sus conflictos internos.
«Este libro está dedicado a todos esos chicos que tienen más amigas que amigos, su voz suena mas aguda de lo normal y caminan distinto. A los niños a los que les gritan ‘maricón’ por los pasillos del colegio y a quienes los defienden», escribió en la dedicatoria.
«El chico de las estrellas» no vivía más de dos años seguidos en una misma casa y a cada una de sus habitaciones las pintaba de azul con puntitos plateados, simulando estrellas, como un refugio que no lo protegía del maltrato familiar que con los años debió dejar para enfrentar un mundo igualmente hostil, el escolar, con compañeros que le hacían ‘bullying’ por su apariencia y sexualidad, hasta que descubrió el amor.
La mujer de las velas (su psicóloga), El señor de los bigotes (su padrastro), La mujer que en vez de respirar, fuma (su madre), La dama de hierro (su abuela), El chico más apuesto del mundo (su amor) y La arquitecta de sonrisas (su mejor amiga), son algunos de los personajes que construyeron su historia.
Otro de los textos que trata el amor es «El arte de ser normal», de la inglesa Lisa Williamson, quien además de escribir y estudiar drama trabajó en el Servicio de Identidad de Género en un centro de salud adolescente con conflictos con su identidad sexual, de donde se inspiró para escribir este trabajo editado por Cross Book (Planeta).
Williamson cuenta la vida de David Piper y Leo Denton, dos adolescentes con problemáticas distintas: David, un chico al que por ‘rarito’ sus padres envían a un instituto donde conoce a dos chicas con quienes se identifica y desea emular; y Leo, compañero que desea pasar inadvertido porque lo avergüenza su pobreza y tiene como objetivo encontrar al padre que lo abandonó años atrás.
Al conocerse, David y Leo construyen una sincera amistad que les permite mostrarse tal cual son, o creen ser, compartir problemas, deseos y superar el temor a ser diferentes porque en definitiva no los son tanto, o más bien, todos los son, porque cada individuo es irrepetible y único.
Otra posibilidad de lectura es «George», novela del estadounidense Alex Gino editada por Nube de Tinta, sobre un adolescente que desea quiere obtener el papel de Charlotte, la protagonista de la obra de teatro de la escuela, pero como la profesora le advierte que ni siquiera podrá ‘audicionar’, idea un engaño con su mejor amiga, Kelly, a través del cual no sólo participará de las pruebas para ganar el rol, sino que mostrará quién es ella en realidad.
Involucrado en el activismo queer y transgénero hace más de 20 años, Gino comenzó a escribir «George» en 2003 pero recién una década más tarde halló el interés social necesario para publicarlo.
Finalmente, «Dos chicos besándose» (V&R) cuenta la cruzada de dos jóvenes que quieren generar consciencia sobre los prejuicios en torno a la homosexualidad y para eso deciden batir el récord del concurso «El beso más largo de la historia».
Los protagonistas a los que Levithan da vida son la ex pareja de Craig Cole y Harry Ramírez, quienes están planeando ‘el gran beso’ y para eso deben mantener sus labios pegados durante al menos 32 horas, 12 minutos y 10 segundos: tiempo suficiente para desarrollar un relato coral que da cuenta de los juicios de los espectadores y participantes del concurso en torno a la imagen de dos varones besándose.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *