La revolución NO es un sueño eterno

-con el perdón de Castelli y Rivera-

por Gabriel Luna

Yo pisaré las calles nuevamente
de lo que fue Santiago ensangrentada
y en una hermosa plaza liberada
me detendré a llorar por los ausentes.
Pablo Milanés

PARTE III

Los días y las noches pasan pero la revolución permanece. Y se suman más países latinoamericanos, contra la reforma laboral y de la jubilación, contra los ajustes y la desigualdad, que propone e impone el neoliberalismo desde las corporaciones y la metrópoli. El engaño del modelo neoliberal, o sea del colonialismo, consiste en dibujar soluciones económicas para los países periféricos que no son tales. Estas “soluciones”, presentadas como panaceas por la clase política cipaya y los medios de comunicación asociados, son en realidad mecanismos para transferir riquezas de los países periféricos a las corporaciones y la metrópoli. El resultado es más pobreza y desigualdad. Represión y largo adormecimiento, propiciado desde los gobiernos satélites y los medios corporativos.
La revolución es abrir los ojos, despertar de un sueño muy largo. Las calles y paredes de Santiago de Chile son libros abiertos, están pintadas con grafitis, escritas con consignas por todas partes: No son 30 pesos, son 30 años; Chile despertó; Mata un paco (un carabinero); No más AFP (Administradoras privadas de Fondos de Pensiones); Evade; Por la educación y la salud; Fuera Piñera; Evade. Son muchísimas palabras, recorren carteles, calles, veredas, paredes, cercos, cordones… Pero la más fulminante, la más multiplicada y temida por el neoliberalismo, por los cipayos y el Imperio, es: EVADE. No pagues. Y si el Estado ni el sistema privado cobran, todo termina. Fin del neoliberalismo y del contrato social. Así de sencillo.
Por eso es muy dura la represión en Chile, para que la gente no se reúna, no haga cabildos y se ponga de acuerdo. No se sabe con exactitud el número de víctimas pero en sólo seis días de revuelta, el 24 de octubre de 2019, la Comisión Internacional de Derechos Humanos (CIDH) estimaba 42 muertos, 121 desaparecidos, 12 mujeres violadas y miles de torturados. Estas cifras fueron corregidas por una organización gubernamental en: 18 muertos; 269 heridos, 137 por impacto de bala; y 1894 detenidos. Ya han pasado casi dos meses de estas cifras y la represión continúa diariamente desde entonces. Saque el lector o lectora sus conclusiones.
Sí se sabe que hay 210 heridos oculares, tuertos y ciegos. Una característica represiva carabinera, disparar a la cara, cegar. El castigo por abrir los ojos.

Las cifras de la CIDH en Bolivia, desde el 20 de octubre que fueron las elecciones y ocurrió el golpe de Estado reaccionario hasta el 19 de noviembre, eran: 23 muertos; 715 heridos de bala; 624 detenidos. Y destaca con preocupación la CIDH, las 9 muertes habidas en Sacaba, Cochabamba, donde también hubo 127 heridos de bala, en un operativo conjunto de la Policía Nacional y las Fuerzas Armadas el 15 de noviembre, sucedido tras un decreto de la presidenta de facto Jeanine Áñez donde eximía de responsabilidad penal al personal del ejército que participara en el restablecimiento del orden interno y estabilidad del orden público. El 11 de diciembre la CIDH constató que durante las protestas que iniciaron en octubre murieron más de 30 personas, hubo que 800 resultaron heridas y al menos 360 fueron detenidas, sólo en los incidentes ocurridos en las ciudades de Sacaba y de Senkata.

Mientras tanto en Bogotá, durante el multitudinario paro con cacerolazo del 21 de noviembre -que fue de una magnitud jamás vista en Colombia desde hace 60 años-, el gobierno de Iván Duque (socio de Uribe) informa que hubo al menos 3 muertos, 51 allanamientos y centenares de detenidos. Hay que destacar que en Colombia, sólo en 2019 y hasta el mes de septiembre, hubo 155 líderes sociales asesinados.
Y continúan las movilizaciones y los cacerolazos, la del 27 de noviembre en la Plaza de los Hippies, la del 4 de diciembre, y el 10 de diciembre la movilización que cerró con una brutal represión a estudiantes y defensores de los derechos humanos en la Universidad Nacional y en el Centro Nacional de Memoria.

Conclusión

Sigue la revolución contra el neoliberalismo en Haití, sigue desde hace años en Venezuela, sigue la revolución en Cuba desde hace sesenta años. “México está en rebelión contra el neoliberalismo”, declaró el presidente López Obrador en octubre de 2019. La revuelta en Ecuador frenó el paquetazo del FMI. “Argentina también irá contra el neoliberalismo”, parecen decir les Fernández. Lula está libre en Brasil. Revoluciona Chile y va hacia una Asamblea Constituyente de participación popular. Huelga nacional indefinida en Perú. Bolivia resiste el golpe y va hacia una Asamblea Plurinacional. Y Evo Morales, el legítimo presidente socialista boliviano llega desde México a Buenos Aires, en carácter de refugiado, para unirse a esa resistencia.
Nunca en este siglo ni en el anterior, estuvo Latinoamérica tan próxima de poder completar su emancipación. No hay registro de circunstancias más favorables. Sólo las hubo, en el siglo XIX. Hace doscientos años, cuando Bolivar, San Martín y Belgrano lucharon contra el yugo español y por la Patria Grande.

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