¿Limpiaron al 3er. Malón?

por Marcelo Valko 

Los integrantes de distintas comunidades jujeñas del 3er. Malón de la Paz afirmaron que ayer, viernes 15 de diciembre, retornarían a la provincia de Jujuy después de haber acampado desde el 1° de agosto en Plaza Lavalle frente a Tribunales, frente a un Palacio de una justicia para nada ciega, que sabe muy bien a quien mirar y a quien volverle el rostro, de letras muertas, que ampara dilaciones y eternas demoras del todo injustas. Y pese a todo, con su paciencia mineral, ellos aguardaron día a día y mes tras mes un fallo ante los avasallamientos legales del gobierno de Morales debido a una Reforma de la Constitución jujeña tan reaccionaria como viciada de nulidad, que apunta sin ninguna duda al manejo discrecional del “litio y tierras raras” y del agua; de hecho, Gerardo Morales desde la gobernación se asume como un eficiente empleado de las corporaciones y hasta reforma la Constitución Provincial para ajustarla a la medida de sus empleadores. Casi 70 años después del Malón de la Paz de 1946, estos maloneros vinieron a reclamar prácticamente lo mismo, demostrando la circularidad de la historia de injusticias que padecen las comunidades. 

 

Uno de los micros que debía llevar a los maloneros se descompuso y postergó la partida del día viernes. En tanto que Jorge Macri, el nuevo intendente de la ciudad de Buenos Aires, mostrando una absurda sobreactuación de fuerza, realmente bruta, envió como se advierte en varias fotos una cantidad desmedida de policías vestidos para la guerra para llevar a cabo un “exitoso desalojo” que los pacíficos jujeños ya estaban decididos a hacer. Sin duda Macri intenta fingir que su “firme determinación” consiguió el “desalojo” que los mismos kollas resolvieron de antemano. Evidentemente este Macri (que no en vano lleva ese apellido) aplica el dicho: finjamos que los milagros son obra nuestra. Las autoridades municipales hacen hincapié en preservar la limpieza e higiene de la plaza donde los kollas aguardaron una justicia que no llega abajo y que solo mira para arriba, racionalizando al Estado, recortando empleos o adecuando el dólar a gusto de los exportadores y los precios a pedido de los fabricantes. Las autoridades hacen resaltar en forma llamativa que el dispositivo policial se enmarcó en cuestiones de higiene (lo que parece emitir un cierto tufillo racista de las autoridades municipales). En 1946 el malonero Hermógenes Cayo anota en un cuadernito que hace las veces de su Diario: “Si no hay justicia que no haiga leyes…” Sin embargo, la historia es larga y un día habrá rendición de cuentas. Es lento, pero viene… 

Fotos: Télam

 

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