¿Peligra la Línea 144?

Con un ministerio de Mujeres, Géneros y Diversidad devenido en subsecretaría, peligra el funcionamiento de una de las políticas públicas más importantes que trabaja contra las violencias de género, en los últimos 10 años: La Línea 144. Periódico VAS conversó con sus trabajadoras, quienes hacen un repaso histórico de esta herramienta gratuita que ya salvó la vida de muchas personas

por Miranda Carrete

La 144 brinda asesoramiento y contención en casos de violencia por razones de género las 24 horas del día. Trabaja con cinco lenguas indígenas y personas no hispanohablantes. Este año sumó intérpretes para personas sordas e hipoacúsicas. Trabajan 140 profesionales, y reciben un promedio de 340 comunicaciones diarias, 125 mil anuales. Según estadísticas oficiales un 98 por ciento de quiénes llaman son mujeres. En el 81 por ciento de los casos, el agresor es un varón (42 por ciento, la actual pareja y 39 por ciento, el ex). Se trata de un Dispositivo Federal de Atención de las Violencias de Género, aunque es mucho más que eso.
Lxs trabajadorxs reciben denuncias, contienen a personas en situaciones de violencia de género, brindan información a familiares y amigxs, escuchan, accionan y articulan con instituciones y organismos de distintas partes del país para brindar atención y asesoramiento a mujeres y LGBTI+. El equipo es interdisciplinario y está compuesto por profesionales de las áreas de derecho, psicología, trabajo social y afines, con capacitación y/o especialización en perspectiva de género. La Línea fue creada en 2013 para cumplir los objetivos establecidos por la Ley 26.485, artículo 9. Es por eso que se contemplan todos los tipos y modalidades de violencia de género: física, psicológica, sexual, económica y patrimonial, simbólica, política, doméstica, institucional, laboral, contra la libertad reproductiva, obstétrica, mediática, política y en el espacio público.
Hoy, en la Línea se vive un momento de angustia e incertidumbre, la desarticulación de esta política pública pone en riesgo la vida de muchas personas, además de estar en juego los puestos de más de 140 trabajadorxs. No se trata de un call center, son profesionales comprometidos y especializados en el tema, que acompañan situaciones de emergencia, también contienen e informan, además de articular en los distintos territorios para que la atención sea efectiva, a tiempo, y llegue de manera presencial. “La palabra incertidumbre es la que circula, nadie sabe qué va a pasar con el organismo, con quiénes vamos a poder articular, qué va a pasar con las áreas de género locales o provinciales”, manifiesta Daniela, que es trabajadora social y entró a trabajar en la Línea en abril de 2020, en plena pandemia, un momento de mucha demanda y transformaciones.

10 años de trabajo contra las violencias
La Línea nace en 2013 bajo la órbita del entonces Consejo Nacional de las Mujeres. Durante el gobierno de Macri se descentraliza la atención de CABA y la provincia de Buenos Aires. Pero luego se crea una coordinación para articular ambas jurisdicciones. También se logra aliarse con los números gratuitos de otras provincias y con líneas que atienden a personas víctimas de diferentes violencias: la 137 y el 102, entre otras. “En principio había muy poquitas llamadas, todo empieza a tomar notoriedad en 2015 con el Ni Una Menos. Otro momento importante fue cuando se dio a conocer el abuso que sufrió Telma Fardín, con la Ley de Aborto… La Línea es un termómetro social”, cuenta Flor, psicóloga y trabajadora de la Línea desde el 2017. Con la creación del Ministerio de las Mujeres, Géneros y Diversidad de la Nación se empezó a fortalecer y modernizar el servicio. En 2015, se recibían alrededor de 1500 llamadas a la semana, luego de la marcha de Ni Una Menos se superaron las 13000 llamadas. “Si bien no es una línea de emergencia, trabajando los fines de semana durante la madrugada, constantemente atendemos emergencias articulando con la policía”, cuenta Flor.
Otro momento crucial fue durante la pandemia. La Linea 144 se convirtió en una herramienta clave, ya que muchas personas convivían con su agresor y se posibilitó el acceso de mujeres y personas LGBTTIQ+ a un canal confidencial. También se incorporaron dos líneas de WhatsApp y un correo electrónico. Otra conquista fue la declaración de la Línea 144 como servicio esencial durante la pandemia y nunca cortó la atención. Al respecto, Dani asegura que se trabajó en ampliar la llegada, “el contexto dificultó la atención y produjo un crecimiento de las situaciones de violencia, hubo que aprender rápido, actualizamos protocolos, nuevas herramientas para mejorar la atención”.
Este año, en el marco del convenio con el Centro Universitario de Idiomas, los mensajes de respuestas automáticas del WhatsApp se tradujeron al quechua, qom, wichi, mapuzungun y guaraní y también al inglés, francés, ruso, portugués, chino. A través de ese servicio se podrá coordinar una llamada posterior en la que pueda participar una persona intérprete de cualquiera de esas lenguas. También se habilitó videollamada para personas sordas e hipoacúsicas.

¿Por qué es importante la Línea 144? 
“No somos un call center, es una línea de asesoramiento y de contención, dedicamos mucho tiempo a cada persona que se comunica para evaluar cuál es la situación y brindar estrategias específicas”, dice Flor y suma que hay mucha psicoeducación, sobre los ciclos de la violencia, las posibilidades de cada persona, la red, el contexto. En ese sentido, Dani agrega que cada demanda es específica y la atención que se da es completamente personalizada en función de lo que se necesita en ese momento: “algunas personas llaman para pedir que las ayudemos a identificar si lo que están viviendo es una situación de violencia, o si están o no en una instancia de denuncia. Otrxs llaman con mucha información, pero no saben cómo denunciar, también para hacer catarsis”.
Las trabajadoras observan que a nivel social la problemática de la violencia por motivos de género está instalada, sin embargo, el abordaje continúa siendo muy complejo porque la transformación no llegó a todos los organismos ni a todas las áreas. La típica traba con la que se suelen encontrar lxs denunciantes son los malos tratos en las comisarías, o que subestimen su denuncia, en algunos casos las mandan a la casa directamente por no tener marcas visibles de violencia. Es ahí cuando es clave la intervención de la Línea, para poder encauzar esas denuncias y que la persona no se rinda, porque en definitiva está en peligro.
“La línea es importante, por un lado, para abordar desde la articulación institucional este tipo de situaciones donde otros organismos no dan la respuesta que la persona necesita, y por otro, para las personas que están en situaciones de violencia”, subraya Flor, y destaca que no hay otros organismos que tengan una perspectiva de género tan clara y que esté disponible las 24 hs del día.
Dani suma que el trabajo es esencial porque muchas personas no tienen con quien hablar, ellxs escuchan y contienen “no pasa solamente por hacer catarsis en un llamado, sino por orientar de manera profesional. Ofrecemos herramientas. Ofrecemos caminos concretos y alternativas”. Las trabajadoras están ahí para reforzar el móvil, se mantienen en contacto con la persona en situación de emergencia hasta asegurarse de que se aborda esa situación. “No dejamos nada a la mitad, hay una acción muy directa con muchas implicancias inmediatas. Algo que no es menor, teniendo en cuenta la extensión del país y las múltiples realidades que se viven”.
“Lo que está pasando es un golpe muy fuerte en el corazón de las políticas públicas que hemos logrado. Si cae una política así va a afectar a todas las personas, lo que muestra el claro mensaje de odio del Gobierno entrante”, expresa preocupada Flor. Sin embargo, ambas trabajadoras son optimistas. Argentina tiene historia de lucha y resistencia transfeminista. Las redes construidas trascienden la institucionalidad, esto fue demostrado. Esta política es primordial para contener muchas situaciones a las que otros organismos no llegan, por la cercanía de una charla telefónica y por el trabajo arduo de articulación que construyeron sus integrantes durante estos 10 años de existencia.

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