Seguridad en la CABA / El huevo de la serpiente

por Gabriel Luna

Vigilar y Castigar

Rodríguez Larreta y Santilli inauguraron el Centro de Monitoreo 9 de Julio.
Larreta y Santilli, jefe y vice del Gobierno de la Ciudad -que serán candidatos en las próximas elecciones para continuar en sus cargos-, inauguran un Centro de Monitoreo cerca del Obelisco, dice una nota enviada a Periódico VAS el 17/05/2019 por el Ministerio de Justicia y Seguridad de la CABA.
Ubicado sobre la Diagonal Norte, una avenida peatonal estratégica que comunica el Obelisco con Plaza Lavalle y Tribunales, el Centro de Monitoreo 9 de Julio tiene una estructura de metal, la platea es de hormigón armado y el cerramiento es vidriado para que los vecinos puedan observar la actividad de los operadores. Trabajan en este Centro 50 operadores policiales que controlan 305 cámaras distribuidas a lo largo de las avenidas 9 de Julio y Corrientes para detectar más rápido los delitos, dice la nota, y para apoyar las tareas de investigación y captura.

El asunto remite al panóptico de Bentham analizado por Michel Foucault en su libro Vigilar y Castigar (año 1975); allí se infiere, a través del artilugio de Bentham ideado para presidios -una torre central donde un guardián vigila las celdas dispuestas en circunferencia-, la creación de una sociedad disciplinada por la vigilancia (o por la sensación de vigilancia constante). Una sociedad que resulta adecuada, moldeable y conveniente a determinados intereses de elites. Sin embargo, aquí en CABA, la vigilancia y la consecuente disciplina resultan aun más intensas que las analizadas e inferidas por Foucault, según se desprende de los siguientes datos.

El Centro de Monitoreo 9 de Julio cuenta con un videowall de un metro de altura por cinco de ancho, y cada puesto de operación tiene un monitor curvo de 34 pulgadas de última generación. Las cámaras de video-vigilancia tienen resolución 4K y están instaladas en puntos de captura, los cuales se conforman por cuatro cámaras -tres fijas y un domo de vista panorámica- que permiten una visualización de 360 grados. Estas cámaras con autofoco pueden visualizar escenas con muy poca luz y bajo condiciones climáticas adversas. Los domos tienen un zoom óptico de 30X y alta velocidad de movimiento, con la capacidad de visualizar y seguir a cualquier persona u objeto identificado en la zona. «Las cámaras van a permitir identificar los rostros a más de 50 metros de distancia», dice el jefe de gobierno Larreta. «Este Centro va a trabajar las 24 horas, los 365 días del año”, dice el vice jefe Santilli y agrega exultante: “Ya implementamos más policías en la calle y más cámaras en los subtes, en los colectivos y en los barrios».
El Sistema de Reconocimiento Facial a través de las 305 cámaras de video vigilancia del Centro de Monitoreo 9 de Julio permite identificar rostros comparándolos con los archivados en menos de medio segundo.
Por otra parte, el Anillo Digital ubicado a lo largo de la avenida General Paz y la autopista Buenos Aires – La Plata supervisa 128 cámaras y 538 lectoras de patente automotor. En total, la Red Integral de Monitoreo en CABA supervisa 7.000 cámaras en la vía pública, 849 en el subte y 4.000 en colectivos.

1ª Conclusión
El artilugio de vigilancia de Bentham ha sido superado con creces (y mucho más aún si se considera la vigilancia que se hace de los vecinos a través de las propias computadoras y celulares). La vigilancia es extrema y de sensación permanente, pero además no ocurre en una en una prisión del siglo XVIII, como había imaginado Bentham. Ocurre en la Ciudad de Buenos Aires.
La noticia es que estamos presos.

2ª Conclusión
Las cámaras funcionan los 365 días del año durante 24 horas. La población policial aumenta, dice el vice jefe Santilli. Y como la crisis económica también aumenta, las cámaras y policías durante 24 horas se usan para controlar y reprimir la protesta social. La manifestación política se trata entonces como un delito. Esto es disciplina social extrema. Y la verdadera razón de la vigilancia.

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